Opinión de Paula Walker, profesora Escuela de Periodismo Usach

¿Qué les asusta de la paridad?

El proceso constituyente está en marcha. El pasado viernes, el Presidente Piñera firmó el decreto supremo que convoca a los chilenos a participar del plebiscito constitucional del 26 de abril del 2020. Sin embargo, persiste la discusión sobre la paridad de género. En la siguiente columna la profesora de la Escuela de Periodismo de la Usach, Paula Walker, aborda el tema.
¿Recuerdan cómo trató la clase política, los medios, los analistas, los empresarios a la Presidenta Bachelet? Fuimos testigos de la manera brutal como fue criticada, con rabia, con desdén, con mirada machista y reprochadora: “las cosas que se le ocurren a Bachelet, cambiar la Constitución.” o hacer “reforma tributaria”. “no está capacitada”. No le dieron tregua.

¿Qué les asusta de la paridad? Respuesta: repartir el poder, lo que ha sido siempre un proceso complejo, difícil, muchas veces violento. El poder ha estado históricamente en manos de los hombres desde los inicios y, claro, compartirlo es un problema.

Como por suerte la historia no es estática, se mueve y las cosas cambian, ahora tenemos que repartir el poder entre hombres y mujeres, aunque para evitarlo se hayan creado todo tipo de teorías. Desde la urgente necesidad de que nunca salgamos de nuestras casas a trabajar, pues si lo hacemos las familias se desarman y son disfuncionales, o los hijos e hijas se crían mal y son violentos, o adictos o una amenaza para la sociedad; hasta decir que las mujeres en política pueden estar, pero en los “temas blandos”, esos que no requieren de “experiencia política”: ojalá a cargo de la política de infancia, o de turismo, o de la salud de la tercera edad, y jamás de la seguridad interior, ni de las arcas fiscales y solo dos veces en nuestra historia, haber sido presidenta.

¿Recuerdan cómo trató la clase política, los medios, los analistas, los empresarios a la Presidenta Bachelet? Fuimos testigos de la manera brutal como fue criticada, con rabia, con desdén, con mirada machista y reprochadora: “las cosas que se le ocurren a Bachelet, cambiar la Constitución.” o hacer “reforma tributaria”. “no está capacitada”. No le dieron tregua.

Pero ahora que el país -hastiado de tanta violencia y abusos- se levantó en movilizaciones sociales, ahora que una pieza cultural lúcida, terrible y masiva como “un violador en tu camino” nos representa a la gran mayoría de mujeres (y ojalá más hombres la comprendieran), ahora por fin vamos a discutir sobre la paridad y el poder.

Antes lo pedimos, lo describimos, lo propusimos un millón de veces, durante miles de años. Porque esto no es una “espontaneidad” o una “moda” o una ocurrencia “histérica” típica de “minas” como piensan muchos. Ahora que las cosas no volverán a ser como antes, ahora que las respuestas tradicionales no dan abasto, ahora que las recetas y las fórmulas mágicas no tienen respuesta y no dan pie con bola, recién ahora habrá que buscar la mejor manera de conducir esta energía social en aguas turbulentas.

Y viene a ser el momento de navegar este barco entre todos y todas, escucharnos, cuidarnos, proteger la dignidad de todas las personas, donde hombres y mujeres somos iguales en derechos.

Así que la paridad habrá que instalarla, gestionarla, medirla, promoverla no solo en el proceso constituyente, sino al interior de las empresas, organizaciones, municipios, Universidades (que son los únicos que tienen una ley que así lo mandata), gremios, manifestaciones culturales, medios de comunicación, la familia, etc., etc. ¿Sabe usted a qué le teme cuando le hablan de paridad de género?

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