Gratuidad para el 60 por ciento de los 3 mil 900 nuevos estudiantes que llegan hoy a nuestra Universidad

  • Hijos de padres cesantes o con bajos niveles de ingreso en el hogar, madres solteras y jóvenes que se ven obligados a trabajar para allegar recursos a la familia, son algunos ejemplos de los más de 2 mil 300 nuevos estudiantes que ingresan hoy a nuestra Institución, gracias a la ley de gratuidad. Todos ellos presentan un denominador común: habían perdido la esperanza de proseguir estudios superiores.


 



Hijos de padres cesantes o con bajos niveles de ingreso en el hogar, madres solteras y jóvenes que se ven obligados a trabajar para allegar recursos a la familia, son algunos ejemplos de los más de 2 mil 300 nuevos estudiantes que ingresan hoy a nuestra Institución, gracias a la ley de gratuidad. Todos ellos presentan un denominador común: habían perdido la esperanza de proseguir estudios superiores.

Este importante beneficio cierra brechas y abre caminos de inclusión, promueve la equidad y movilidad social, ratificando que la educación es un derecho y no un bien de consumo.

“Al ser mamá tendría que haber renunciado al futuro, porque es imposible costearse una carrera con el sueldo mínimo que percibo y mis padres tampoco podían ayudarme. Es un regalo divino, porque la posibilidad de estudiar sin costo alguno era solamente un hermoso anhelo”, expresa Eillene Zúñiga, quien llega a Ingeniería de Ejecución en Computación e Informática.

“Vengo de otra universidad y es un incentivo para terminar esta carrera. Me están brindando las herramientas para que pueda enfocarme solo en estudiar”, comenta Gustavo Hurtado, de Ingeniería Civil en Informática.

“Que podamos acceder a educación gratuita, no a través de becas ni créditos complementarios es súper importante, porque por fin se empieza a sentir -aunque sea un cierto porcentaje- que la educación realmente es para nosotros y no un negocio donde tenemos que pagar millones”, afirma Catalina Yáñez, quien se integra a  Ingeniería Civil Informática.

Por su parte, Alejandro Martin comenta que su padre está sin trabajo, por lo que cualquier intención universitaria estaba descartada de plano sin la gratuidad. “Esto me enfocará en mis estudios y mi único objetivo será responder bien en Publicidad”, expresa.

El caso de Alejandra Gallardo no es muy diferente de los anteriores; es la primera de su familia en acceder a la educación superior, “Estoy feliz porque era algo impensado, ya que mi mamá trabaja en una feria”. Asume como “un gran desafío” estar en la Carrera de Tecnología en Construcción.

“Llegar a la Universidad parecía una meta demasiado lejana, porque a mis padres les hubiese sido muy difícil costear una carrera. Por eso agradezco el beneficio y responderé como corresponde. Para mi familia es una ayuda importante. Mis padres me dijeron que si no hubiera sido beneficiado, difícilmente hubiese podido estudiar, así que en lo personal me ayuda mucho”, destaca Diego Vera, quien se integra a Publicidad.