Académicos Usach recrean virtualmente el Combate Naval de Iquique

Fascinantes hallazgos preliminares ostenta el estudio que lideran tres académicos de nuestra Universidad, del que iremos entregando detalles en esta semana que recordamos la hazaña de los seis héroes de nuestro plantel que participaron en el Combate Naval de Iquique.

 

Recrear el salto de Prat, además del segundo y último abordaje al Huáscar liderado por Ignacio Serrano, egresado de nuestra Escuela de Artes y Oficios, EAO, es parte del proyecto "Ergonomía de nuestros Héroes", que desarrollan tres académicos de la Facultad Tecnológica, Lucio Cañete, Carolina Marchant y Pablo López.

Su apuesta es recrear la ergonomía, biomecánica y geografía del Combate, actividad científica jamás realizada. Para su trabajo han contado con el apoyo de Marcelo Villalba, dueño del museo de la Guerra del Pacífico, quien ha entregado información de la geometría, materiales y peso de las naves, velocidad de embestida, vestuario y anatomía de los marinos, posiciones de combate, condiciones meteorológicas y oceanográficas, entre otras variables de aquel 21 de mayo de 1879.

Estos datos, al ser integrados en simulaciones con apoyo computacional, han arrojado resultados tan sorprendentes como fidedignos: notables desaciertos en los disparos desde el Huáscar; la habilidad de los tripulantes de la corbeta para resistir los dos espolonazos del Huáscar; y el papel crucial que ejecutaron tanto Serrano, quien asume el liderazgo del segundo abordaje luego de la muerte del capitán de la Esmeralda, y de los otros ex estudiantes de la EAO, que estuvieron en los mismos patios que hoy nosotros recorremos: Vicente Mutilla, Dionisio Manterola, Manuel Santiago, José Gutiérrez y Juan Agustín Torres.

 

Los desaciertos en los disparos desde el Huáscar

Por más de dos horas el Huáscar disparó sus cañones sin impactar a la Esmeralda. Estaba a una distancia de 550 metros de ella, "la misma que separa la placa donde se recuerda a estos héroes en el patio de la EAO con la pileta del Planetario", precisa el Dr. Lucio Cañete, por lo que se trató de una separación corriente en cualquier enfrentamiento naval, que en este caso, además, tuvo excelentes condiciones de visibilidad.

La Esmeralda era una nave vieja, pero en ningún caso pequeña; un blanco teóricamente fácil con sus 60 metros de eslora (largo) y 12 metros de manga (ancho). "Quince autobuses pegados por los costados, uno al lado del otro, formarían el volumen expuesto por la corbeta chilena. Entonces, ¿por qué falló el acorazado en su intento por destruir a la Esmeralda con su poderoso sistema de artillería?"

El fracaso se explica en la habilidad de Prat en orden a perturbar las maniobras del enemigo: la posición y orientación que logró la Esmeralda, obligó a la localización espacio-temporal más indeseada para el monitor peruano. Suponiendo la existencia de minas submarinas que impedían un mayor acercamiento hacia la nave chilena, el Huáscar se vio obligado a realizar disparos elevados para no dañar a la población civil peruana que quedó en la línea horizontal de fuego gracias a la localización estratégica que ocupó La Esmeralda. Además, la posición del Huáscar, lo expuso a un mayor oleaje, de tal forma que sus cañones quedaron en máxima oscilación.

Aun así, las probabilidades de impacto no eran lo suficientemente bajas; por lo tanto, se supone que la Esmeralda debió haber logrado algunos ligeros desplazamientos que la convirtieron, por sí sola, en un blanco disperso. "El efecto combinado del origen móvil de los proyectiles, y del destino también móvil de ellos, con una trayectoria de notoria parábola, es la única causa plausible para explicar las fallas de la artillería que poseía el Huáscar. Gracias a los ex estudiantes de la EAO que operaban en la sala de máquinas y en otros puestos de control de la nave chilena; la posición que tomó la Esmeralda obligó a los cañones del Huáscar a que oscilaran en un plano vertical, produciendo un efecto similar al que sufre una persona en una silla mecedora cuando quiere embocar papeles amuñados en un cesto de basura que está 3,5 metros enfrente", precisa Cañete, ingeniero civil en Geografía.