Académico propone línea de buses controladas por el Estado para mejorar el Transantiago

  • El especialista en transporte urbano de nuestro Plantel, Rodrigo Martin, descarta la viabilidad de las iniciativas para implementar la gratuidad total en el transporte, debido a los altos costos que implicaría. 

 




Una propuesta de Transantiago gratuito se dio a conocer esta semana como una alternativa para solucionar los altos índices de evasión que alcanza el transporte público en la capital (28 por ciento). Sin embargo, no es el único problema que ha evidenciado el sistema desde su puesta en marcha. A juicio de expertos, los tiempos de viaje y la calidad del servicio también son materias al debe.

El experto en transporte urbano de la Universidad, Rodrigo Martin, descarta la viabilidad de implementar la gratuidad total en el transporte, subrayando los altos costos que implicaría una medida de este tipo.

“No estoy de acuerdo con que el Metro y todo el Transantiago sea gratuito, pero creo que el Estado debiera asumir un rol en al menos un par de ejes importantes de transporte”, afirma.

Explica que para solucionar el problema de la evasión, una medida más viable sería ofrecer un solo servicio gratuito que genere un impacto social.

“Debe haber un compromiso estatal de financiar el transporte para los estratos más complicados con pagar el precio del pasaje”, señala el master en ingeniería del Smart City Lab – Santiago, centro de investigación del plantel que busca mejorar la calidad de vida de la ciudadanía gracias a la comprensión de los fenómenos urbanos.

Expresa que es prioritario modificar el modelo de mercado que se impone en el área del transporte, ya que solo se licitan recorridos de buses a empresas privadas y estas operan en base a criterios que no siempre se condicen con su función social. “Ellos van bajando la calidad del servicio en la medida que lo necesitan, por un tema de funcionamiento económico propio”, indica.

Enfatiza el especialista que “en Santiago, tenemos una falta de políticas claras con respecto al transporte en general y un modelo que está basado principalmente en lo económico, sin visión en temas de equidad o acceso. El transporte no es solo moverse, son oportunidades para acceder a cosas. La movilidad permite el acceso al trabajo, a oportunidades y al esparcimiento. Genera una mejor calidad de vida y no puede ser considerado como una necesidad secundaria”.

“El Estado se ha liberado de esa responsabilidad licitando, entregando vías y autopistas, todo al control de privados”, critica.

Funcionamiento de la propuesta

“El Estado debiera asumir un cierto rol en los gestores de transporte público, tener uno o dos corredores propios”, esboza el experto, haciendo hincapié en que la autoridad metropolitana en materia de transporte “debiera diferenciar cuáles son los recorridos que se licitan de aquellos donde el Estado debiera asumir una responsabilidad”.

“No es que vayamos a tener por la Alameda buses públicos y privados compitiendo entre sí, sino que el Estado debiera detectar cuáles son los puntos más complejos del transporte, dónde tenemos más carga y más necesidades económicas, y asumir ese eje”, sintetiza.

De acuerdo a los modelos de movilidad en Santiago, los mayores volúmenes de usuarios que utilizan el transporte público se registrarían de sur poniente a norponiente durante las mañanas y de manera inversa por las tardes, indica el especialista.

Respecto a los criterios para medir a una eventual línea de buses del Transantiago estatal, sostiene que estos debieran ser equivalentes a los de la empresa privada en términos de tiempos de recorrido y calidad del servicio, pero que también debiera considerar intangibles, como equidad y acceso al transporte.

Se requiere una acción coordinada

Especifica que “se extraña una política estructural en materia de transportes. Se requiere una autoridad metropolitana o superintendencia empoderada en esta materia”.

No obstante, descarta la posibilidad de cambiar el Transantiago por otro sistema distinto, ya que, a su juicio, el modelo “ya está instalado”.

El académico recalca que las tareas pendientes para mejorar el sistema -como aumentar la red del Metro, asegurar vías exclusivas y mejorar la calidad de los buses- debieran ser tratadas en conjunto a través de un plan “estratégico y secuencial que permita que las cosas no tengan rebotes o reacciones incómodas. Todo requiere una acción coordinada, bien planificada, a nivel urbano completo”.

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