Un 96% de las empresas del retail, servicios y turismo contrataría a adultos mayores

  • Un estudio de nuestra Casa de Estudios, que consideró a cerca de 100 compañías de estos rubros, revela que los empleadores valoran el compromiso, la responsabilidad y la puntualidad de las personas pertenecientes a este grupo etario. Estas características los diferencian de personas más jóvenes en áreas como atención de público o servicio al cliente.


 



Chile está en un proceso de envejecimiento avanzado. La población mayor a nivel nacional ya alcanza un 16,7% (Casen, 2013) y las proyecciones indican que el año 2023 la cantidad de adultos mayores y niños quedará igualada (Celade, 2013).

Para abordar el impacto de este fenómeno sobre el mercado de trabajo, la Universidad de Santiago, en alianza con Sence y la Otic del Comercio, Servicios y Turismo de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), desarrolló el estudio ‘Mercado laboral, adulto mayor y personas próximas a jubilar en Chile: línea base y recomendaciones de diseño programático para comercio (retail), servicios y turismo con foco en mujeres’.

De acuerdo a sus resultados, un 96% de aproximadamente un centenar de empresas de los sectores del comercio, servicios y turismo declara tener disposición e interés por contratar a personas mayores. “Los empleadores de estas compañías perciben que el desempeño laboral de los adultos mayores es mejor que el de personas más jóvenes en ámbitos como atención de público o servicio al cliente”, sostiene Cristián Hernández, investigador de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago de Chile y uno de los autores del estudio. 

La investigación revela, además, que las empresas atribuyen a este segmento habilidades y competencias como compromiso, responsabilidad, puntualidad, orientación a la excelencia y optimismo, además de un bajo nivel de ausentismo.

Sin embargo, Hernández advierte que el 90% de los puestos de trabajo disponibles para adultos mayores son de mediana o baja calificación. “Creemos que este es un desafío relevante que debemos superar como país, pues este segmento está perfectamente capacitado para desempeñar tareas más complejas y que además sean estimulantes en lo profesional”, afirma.

El presidente de la CNC,  Ricardo Mewes, resalta el aporte de este grupo etario en el mercado laboral. “Como cámara valoramos la disposición que muestran nuestros asociados para incluir, dentro de sus trabajadores, a personas mayores. Hemos comprobado por experiencia, que se trata de trabajadores muy comprometidos, responsables y con un liderazgo positivo dentro de sus equipos. Creemos que, como país, debemos desarrollar políticas públicas que los incorporen, considerando la mayor esperanza de vida y su aporte a la productividad y el crecimiento nacional”, sostiene.

Del desaliento a la inactividad: un solo paso

Otro de los problemas que detecta el estudio se relaciona con un desconocimiento respecto a las ofertas de trabajo para este segmento.

Mientras los empleadores declaran enfrentar dificultades para encontrar postulantes de mayor edad, estos últimos declaran que desconocen las herramientas para acceder a las plazas que se encuentran disponibles. Lo señalado provoca desaliento, lo que repercute directamente en un mayor nivel de inactividad.

En ese sentido, el informe plantea la necesidad de fortalecer instancias de “intermediación laboral” específicas para las personas mayores, acercando a los interesados a las ofertas laborales dirigidas a este sector.

“Las personas mayores tienen derecho a elegir,  y en ese sentido, si se encuentran en condiciones físicas y mentales de seguir trabajando, como sociedad debemos hacernos cargo de generar las condiciones apropiadas para que esto ocurra”, dice el director nacional del Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama), Rubén Valenzuela.

Razones para trabajar

Según datos de la Tercera Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez, realizada en 2013, un 64% de los encuestados declara que su decisión de trabajar obedece a una necesidad económica. No obstante, el estudio arroja que un 66% de las personas mayores que trabaja seguiría haciéndolo, incluso si no tuviera la necesidad económica de hacerlo.

Por eso, puntualiza que entre los factores fundamentales para analizar correctamente las motivaciones que llevan a trabajar a las personas mayores, se debe considerar su derecho a ser reconocidas como personas autónomas y capaces de decidir libremente si hacerlo o no.

A su vez, Hernández enfatiza  que otro de los desafíos es implementar modelos de trabajo que consideren jornadas y condiciones físicas acordes a las necesidades de las personas mayores.

Metodología

El estudio consideró el levantamiento, procesamiento y análisis tanto de información primaria como secundaria.

Respecto de la información primaria, el estudio desarrolló una serie de 12 grupos focales (seis en Santiago, tres en Iquique y tres en Temuco) y aplicó una encuesta on line a más de un centenar de empresas de los sectores comercio (retail), servicios y turismo, con el objetivo de indagar respecto a su disposición a la contratación de personas mayores y establecer los perfiles ocupacionales mayormente demandados para dicho segmento. Además, realizó un total de 22 entrevistas en profundidad a empresas (gerencias de recursos humanos) y organismos públicos y privados que promueven la inserción laboral de personas mayores.

En tanto, la información secundaria utilizada por el estudio proviene de la encuesta Casen (1990 – 2013), el Estudio Nacional de la Dependencia en las Personas Mayores (Senama), la Encuesta Nacional de Calidad de Vida en la Vejez (2013) y la Nueva Encuesta Nacional de Empleo (INE), así como de publicaciones anteriores que indagan sobre temáticas relativas al envejecimiento.

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