Proyecto Cecta busca mejorar producción de vinos nacionales de alta calidad afectados por el cambio climático

El proyecto de investigación aplicado Fondef IDEA, pretende generar una levadura con una eficiencia de conversión de azúcar en alcohol reducida, que permitirá producir vinos con niveles de alcohol adecuados a las exigencias de mercados de alta gama, por medio de un proceso que no arriesgue su calidad.
¿El origen del problema? En los últimos años, producto del calentamiento global, ha ocurrido un desface entre la maduración adecuada de la uva para producir vino y el contenido de azúcar que posee, lo que se traduce en una uva que madura tardíamente con alta concentración de azúcar.

El cambio climático está afectando dramáticamente a la industria vitivinícola nacional. Altas concentraciones de azúcar en la uva, a consecuencia del aumento de las temperaturas, están generando productos con mayores niveles de alcohol, perjudicando la producción de vinos de alta gama.

Sin embargo, una innovadora solución a este problema podría nacer en los laboratorios de nuestra Universidad, gracias al Proyecto Fondef IDEA “Cepas de levaduras con menor eficiencia en la producción de alcohol para la elaboración de vinos de calidad”, liderado por el Dr. Claudio Martínez, académico e investigador del Centro de Estudios en Ciencia y Tecnología de Alimentos, Cecta-Usach

El proyecto de investigación aplicado se adjudicó en diciembre de 2021 y pretende dar respuesta a este desafío que está afectando la competitividad de la industria vitivinícola, no solo a nivel comercial debido al incremento de la carga impositiva producto del mayor grado alcohólico, sino que también a nivel sensorial, ya que el alcohol enmascara los sabores, olores y disminuye la percepción de dulzura y acidez.

¿El origen del problema? En los últimos años, producto del calentamiento global, ha ocurrido un desface entre la maduración adecuada de la uva para producir vino y el contenido de azúcar que posee, lo que se traduce en una uva que madura tardíamente con alta concentración de azúcar.

Posteriormente, durante el proceso fermentativo, la levadura transforma esa mayor cantidad de azúcar en más alcohol de lo normal, generando como resultado la producción de vinos con sobre 16 grados de alcohol, graduación excesiva para productos de alta gama como los denominados “gran reserva”, “premium”, “ultra premium” e “ícono”.

Mejoramiento genético

“Por razones adaptativas naturales, la levadura, que es un hongo unicelular, siempre va a tratar de consumir azúcar y producir alcohol, porque es la forma que tiene de sobrevivir y competir con el resto de los microorganismos presentes en el ambiente, por lo que la única opción es intervenirla a través de un programa de mejoramiento genético, gracias a procesos que durante años hemos ido desarrollando y perfeccionando diversos investigadores en los laboratorios del Cecta”, explicó el Dr. Claudio Martínez.

“En este sentido, la levadura que proponemos es una cepa mejorada de la especie Saccharomyces cerevisiae, la que se obtendrá por medio de un programa de mejoramiento genético, equivalente a las estrategias de mejoramiento de vegetales tradicionalmente usadas en la industria de los alimentos, que permitirá, luego de una serie de cruzamientos, obtener un microorganismo con una eficiencia 9% menor en la conversión de azúcar en alcohol que las cepas actualmente utilizadas para vinificación y que, además, utilice el azúcar residual para generar otros productos secundarios que contribuyan a la calidad del vino”, agregó el Dr. Martínez.

Hasta el momento, los productores de todo el mundo han intentado abordar el problema de la alta concentración de alcohol en el vino con distintas estrategias, siendo algunas de ellas, la dilución del mosto (zumo de la uva) con otros de menor contenido de azúcar, la adición de una fracción de agua o la intervención directa del vino por medio procesos de ósmosis inversa que permite extraer el alcohol, para luego reconstruir un producto con una menor concentración alcohólica.

“Lo anterior, si bien permite reducir el alcohol en el producto final, incrementa el riesgo de perder calidad en el vino, ya sea porque significa diluir las propiedades del mosto o del vino, o porque alteran el producto de la fermentación. En este sentido, el proceso que nosotros proponemos no afecta la producción de forma artificial, ni arriesga su calidad”, aseguró el Dr. Claudio Martínez.

Impacto en la industria

Actualmente nuestro país se ubica en el cuarto lugar dentro los países exportadores de vino y el primero en exportaciones de los países emergentes, con un aporte significativo a la economía chilena, el cual representa  0,5% del Producto Interno Bruto y 5,7% de las exportaciones no mineras.

En este contexto, el investigador del Centro de Estudios en Ciencia y Tecnología de Alimentos  señaló que “si nuestro país busca consolidarse como líder en la producción de vinos de alto segmento, sin duda se debe asegurar una mayor calidad de acuerdo con lo que demandan los mercados más exigentes, en los que se valoran comercialmente atributos como su concentración, estabilidad, aroma, sabor y un adecuado grado alcohólico”.

De esta forma, el proyecto de investigación aplicada, que tendrá una ejecución de 24 meses, busca tener un impacto relevante en esta industria, para lo cual contempla un trabajo con actores como la Asociación de Ingenieros Agrónomos Enólogos de Chile, viñas y empresas proveedoras de insumos, tanto a nivel nacional como internacional.

Autor: 
Pablo Mora
Fotografía: 
Cedida