Académico Rodrigo Martin

Prevén lenta adaptación de usuarios a cambios tecnológicos de Línea 6 del Metro

El especialista en transporte urbano y académico de nuestra Casa de Estudios, Rodrigo Martin, sostiene que el nuevo trazado, que ya comenzó sus operaciones de prueba, considera una serie de tecnologías para automatizar el servicio que no serán asimiladas tan fácilmente por la población. “Este sistema, tan automático e impecable, se va a topar con fenómenos de la cultura local”, afirma, en alusión a situaciones de emergencia que los pasajeros no están habituados a enfrentar.
El especialista advierte que como los carros serán conducidos automáticamente, es probable que se generen desafíos ante situaciones de emergencia. Por ejemplo, cuando un tren eventualmente se quede detenido entre dos estaciones, los pasajeros se quedarán solos en la vía, sin conductor presencial y recibiendo instrucciones que emanarán desde una central.

La Presidenta Michelle Bachelet dio inicio a la marcha blanca de la nueva Línea 6 del Metro de Santiago, que conectará a la comuna de Cerrillos con Providencia. Desde la empresa, proyectan que esta etapa de pruebas durará ocho semanas, por lo que las nuevas estaciones comenzarán a operar a mediados de septiembre.

Para el experto en transporte urbano y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Rodrigo Martin, la Línea 6 funcionará de una manera muy distinta a cómo opera actualmente el ferrocarril metropolitano. Esto, debido a la automatización de muchos servicios, lo que provocará una lenta adaptación por parte de los chilenos.

El especialista advierte que como  los carros serán conducidos automáticamente, es probable que se generen desafíos ante situaciones de emergencia. Por ejemplo, cuando un  tren  eventualmente se quede detenido entre dos estaciones, los pasajeros se quedarán solos en la vía, sin conductor presencial y recibiendo instrucciones que emanarán desde una central.

“Me queda la duda de qué tan eficiente será este sistema en el contexto cultural chileno, porque la gente acá es más pasiva”, sostiene. Para el académico, la población aun valora que el personal dirija los operativos en terreno.

Según el especialista, otro aspecto a resolver, asociado a la ausencia de personal, es cómo responderán  aquellas estaciones donde se prevé una alta afluencia de pasajeros, como la que estará en el Estadio Nacional; aquí, uno de los mayores retos se asocia con la  seguridad producto de eventuales actos de violencia o vandalismo, dada la naturaleza de los eventos que convoca el recinto.

“Observé  una puerta que estaban testeando en resistencia. Son de cristal templado, como los vidrios de un automóvil, con una película de plástico encima. Es decir, son perfectamente destruibles para una turba”, asegura, en alusión a las puertas que estarán en los andenes y que se coordinarán con los carros para su apertura y cierre.

El académico agrega que todas las nuevas estaciones ya no contarán con boleterías donde personal realiza la recarga de la tarjeta Bip!, sino que habrá máquinas para realizar esta transacción de manera automática (algo que ya ocurre, pero solo en algunos puntos, como Estación Central).

“La marcha blanca va a ser más larga que lo que se proyecta. Probablemente, para ajustarla a las costumbres de los chilenos”, advierte. Aunque reconoce que el sistema es similar al japonés, que lleva 20 años desde su implementación, pone el acento en la necesidad de considerar las diferencias  entre la población asiática y la criolla. Por eso, anticipa un “choque cultural” que tendrá que ser combatido con información sistemática respecto a la nueva operación de Metro.

“Se presentarán muchas situaciones puntuales. Este sistema tan automático e impecable se va a topar con una serie de fenómenos de la cultura local”, puntualiza.

 

Más velocidad

 

No obstante, Martin está de acuerdo en que la automatización traerá beneficios, como una mayor rapidez del servicio. Esto, porque la conducción automática cambiará el criterio respecto de cómo se moviliza el ferrocarril metropolitano. Actualmente, los carros avanzan a medida que los tramos se van desocupando.

“En la Línea 6 será otro sistema, manteniendo una distancia fija entre los trenes, lo que redundará en una mayor velocidad y un servicio más eficiente”, afirma.

Finalmente, advierte que la implementación de la nueva línea implicará nuevas oportunidades de desarrollo para la ciudad de Santiago. Por ejemplo, en Lo Valledor, donde también habrá una estación.

“Es un área con bastantes paños vacíos, que permitirá instalar servicios útiles para la ciudad y no solo para la especulación inmobiliaria”, concluye.

Autor: 
Cristóbal Miranda Ríos