Luego del tercer espolonazo dado por el Monitor Huáscar, y siendo exactamente las 12.10 horas del día miércoles 21 de mayo de 1879, la corbeta Esmeralda se hundía en la rada de Iquique y se llevaba junto a ella la vida de 6 héroes de la Escuela de Artes y Oficios.
El teniente segundo de la Armada, Ignacio Serrano; el ingeniero segundo y jefe de máquina, Vicente Mutilla; los ingenieros terceros, Dionisio Manterola y José Gutiérrez; el herrero primero Manuel Santiago; y el mecánico Juan Agustín Torres, perdieron la vida defendiendo a la patria en el Combate Naval de Iquique.
Es por ello que cada año, en esta importante fecha, nuestra comunidad universitaria y la Armada de Chile, recuerdan a sus héroes.
En palabras del rector, Dr. Rodrigo Vidal Rojas, el valor demostrado por los mártires de Iquique, es un símbolo que se ha asentado en la identidad de nuestra comunidad universitaria. “Los seis muchachos que estamos recordando, impulsaron con su actuar el compromiso patrio, al mismo tiempo, antepusieron sus intereses personales por el beneficio de los demás, sembrando las primeras semillas de lo que actualmente es uno de los sellos institucionales: estar al servicio de las necesidades del país”, señaló.
El representante de la Armada, el contralmirante, José Agustín Pájaro Márquez, agradeció este tradicional homenaje y la relación que llevan adelante con la Usach. “Nuestros héroes se formaron en la Escuela de Artes y Oficios. Desde entonces, muchos marinos han seguido especializándose en la Universidad de Santiago de Chile, ex Universidad Técnica del Estado. En la actualidad, hemos logrado profundizar este lazo al permitir que oficiales y gente de mar se especialice en algunas ingenierías, y en el último tiempo, en la formación de periodistas para nuestra institución”, enfatizó el uniformado.
Además, el oficial agregó que “ambas instituciones poseen mucho en común, como formar en valores universales con el fin de obtener profesionales y chilenos comprometidos con su país, tal como lo demostraron estos primeros marinos estudiantes de la Escuela de Artes y Oficios, que fueron llamados al servicio de la patria y que no tuvieron dudas en ofrecer sus vidas por nuestro querido Chile”, aseguró.
El evento, que fue realizado en el Patio de Los Héroes de Iquique de la Escuela de Artes y Oficios, recibió a la Banda Instrumental y de Honor de la Escuela Don Orione, quienes interpretaron el himno nacional y el de la Armada de Chile.
En este contexto, Gabriel Gamboa Berríos, director administrativo de la Banda, manifestó que, estando por cumplir 70 años, se están preparando para un viaje a Italia en el mes de agosto, con el desafío de realizar un concierto para el recién ungido Papa León XVI, en el Vaticano. “Para nosotros como representante de la Congregación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, ha sido todo un honor el poder volver a participar de esta conmemoración de los Héroes de la EAO en el Combate Naval de Iquique. Hoy hemos retomado esta tradición que marca mucho a nuestros jóvenes, que nunca habían visitado una universidad”, expresó.
La actividad contó con la presentación del Coro Estudiantil Usach, bajo la dirección de la maestra Marta Gajardo.
La figura de Prat
El Dr. César Ross Orellana, académico Usach y Premio Nacional de Historia 2024, entregó una perspectiva única y enriquecedora del héroe nacional, señalando en su charla que, Prat falleció con tan solo 31 años, edad que tienen muchos de nuestras y nuestros estudiantes de pre y postgrado, así como también del personal joven de nuestra Universidad.
Habló del gran impacto que provocó su muerte en el territorio nacional, “Se vio en su figura y su sacrificio una síntesis de los ideales nacionales, de entonces (…) El sacrificio de Prat, tuvo además un efecto cohesionador, igual que la guerra. Reforzó la identidad nacional, el qué significaba ser chileno. Hasta la guerra, ser chileno significaba, por oposición, no peruano, no boliviano, no argentino. La guerra le dio un sentido de unidad a esta nación”, indicó el profesor Ross.
También, se refirió a las crisis actuales en las que es bueno hacerse preguntas cruciales. “La alta modernidad (Giddens) y la posmodernidad (Lyotard) nos han llevado a la convicción de que todo es incierto y que vivimos como dice Bauman, tiempos líquidos. En este contexto es relevante preguntarnos otra vez en este momento difícil ¿Quiénes somos? Y ¿De qué estamos hechos? La historia de Prat y nuestros antepasados que lucharon en la Guerra del Pacífico, pone un horizonte y un desafío ineludible que muchas veces la urgencia del presente no permite ver”.
Finalmente, relacionó la vida y el sacrificio de Prat con los valores y virtudes del código japonés del Bushido, que rige al comportamiento de los Sumarais, en donde la rectitud, la cortesía, el valor, la benevolencia, la honestidad y la lealtad, son los ejes básicos de la convivencia humana.
“Pongo de relieve esta condición cultural, porque lejos de nuestras costas, en la isla de Etajima, se encuentra el Museo Histórico Naval de Japón, y en él está emplazado un busto de Arturo Prat. Está a un costado del Almirante Togo y del Almirante Nelson, solo tres marinos reconocidos por la Armada japonesa en el mundo (…) Cada año, los jóvenes cadetes rinden homenaje a Prat y estos dos espléndidos navegantes, colocándole una ofrenda floral y destacando que ellos representan esos valores que son universales, permanentes y que nos cuestionan a nosotros, también”, concluyó el Premio Nacional de Historia.