Macarena Cárcamo Morel: “Llegar a esta jefatura ha sido un tremendo desafío, porque siento que las mujeres nos tenemos que validar el doble”

Se tituló de diseñadora gráfica el 2008, llegando ese mismo año a nuestra Universidad. Después de una larga trayectoria, donde conoció la estructura y las herramientas de gestión institucional, Macarena asumió el liderazgo del Departamento de Admisión Usach, entregando nuevos bríos al área y resultados positivos tanto en la oferta académica como en el ingreso de nuevo estudiantado a nuestra casa de estudios.

Macarena Cárcamo Morel, jefa del Departamento de Admisión Usach

Floridana de corazón, Macarena Cárcamo Morel, jefa del Departamento de Admisión Usach, estudió en el colegio Shirayuri, institución educacional en la que siempre destacó por sus virtudes en las artes plásticas.

Durante su niñez heredó la fuerza e inteligencia de su madre, que se desarrolló como secretaria y promotora en algunas instituciones, antes de dedicarse a la crianza de sus tres hijos. “Mi madre ha sido una líder nata, a pesar de que ella no se desempeñó gran tiempo laboralmente. Donde estuvo mostró sus dotes de guía, las formas de llevar la casa, el constante apoyo a la familia, a los vecinos. Sin dudas aprendí muchas cosas de ella y se lo agradezco enormemente”.

Sus habilidades artísticas desde muy niña la llevaron a presentar exposiciones al interior de su escuela, en la que fue reconocida por el profesorado y sus compañeras y compañeros. Por aquella época, de la mano de su abuela, comenzó a asistir a la parroquia en donde hizo la primera comunión. Luego en su adolescencia se integró a la Capilla Sagrados Estigmas, ubicada a cuadras de su casa donde realizó la Confirmación, siendo atraída por el trabajo social de la iglesia. Fue catequista de niñas y niños y monitora de adolescentes, incluso estuvo a cargo durante una década de un grupo de Misioneros que viajaba a la isla de Chiloé. “Había jóvenes desde los 16 años y hasta un integrante del grupo que jamás supimos su edad, porque nunca nos quiso mostrar su carnet de identidad, pero era bien abuelito” recordó con una sonrisa en su rostro.

Además, Macarena acotó que estudiar Diseño Gráfico fue una suma de experiencias, tanto al interior de su casa como en aquellos espacios en donde pudo conocer más personas. “Darme cuenta que me gustaba liderar, que me gustaba organizar, que tenía esa capacidad de ordenar y distribuir funciones, es algo que aprendí en la capilla. En cuanto al tema de la carrera, eso proviene de la vida familiar, ya en séptimo básico sabía que quería estudiar diseño”.

Macarena se refiere a esto porque su padre trabajó en el área de la publicidad construyendo stands y letreros, con un familiar que sí era diseñador gráfico. Ante la visión social de la carrera, Macarena, a pesar de la pasión que sentía por el diseño, decidió estudiar arquitectura, luego que fuera influenciada ante opiniones que indicaban que la carrera no tenía mayor empleabilidad en el mercado. Ella daría la vuelta larga, porque entraría a estudiar Arquitectura, programa que abandonaría al año siguiente para volver a diseño y titularse el año 2008.

En aquel tiempo, Macarena ingresó al Coro de la Capilla, con quienes prestaron servicios en múltiples bautizos y matrimonios, dinero que le sirvió para comprar los materiales que la carrera exigía. 

Así, una vez titulada ingresó a trabajar a la Usach en el Departamento de Admisión, lugar en el que logró destacar por su desempeño. De hecho, nos comenta que una vez un vicerrector le dijo que llegaría lejos en la universidad, y ella le respondió que lo veía difícil porque era mujer. La autoridad la quedó mirando y le expresó que no debería pensar de esa forma, que de a poco las mujeres se venían abriendo paso. “Una vez, en una reunión en la que había muchos hombres, una persona, de la cual omitiremos su identidad, me dijo: “Ah, qué bueno que llegó para que adorne la mesa”. Se me ocurrieron un montón de cosas para responderle, pero no se podía, yo era mujer, diseñadora y él una jefatura”.

Liderazgo transversal y colaborativo

¿Cómo ha sido la experiencia de asumir una jefatura siendo mujer?

Llegar a la jefatura del Departamento de Admisión ha sido un tremendo desafío, porque siento que las mujeres nos tenemos que validar el doble. Igualmente ha sido difícil el proceso porque siempre creen que una no está preparada. Hay casos en donde te critican al ponerte un poco más dura o severa, cosa que es un atributo si lo hace un hombre y eso lo ven como liderazgo. Pero, así como hay gente que aún le cuesta asumir este cambio cultural, tengo que decir que desde que asumí la jefatura en junio de 2021, he podido demostrar las destrezas con resultados concretos, lo que he logrado también gracias al respaldo de las autoridades que confiaron en mi. Fue un largo trayecto del 2008 al 2021, en el que fui validándome, incluso en áreas que no eran las mías o en las que no calificaba mi expertiz, y creo que eso me ayudó mucho a llegar a donde estoy ahora. 

Macarena, ¿Cuáles han sido las dificultades más grandes al asumir este reto?

Lo más complejo es cuando uno no puede realizar los cambios que le gustaría, porque hay muchas normas por seguir. Estoy a cargo del proceso de Admisión, que es un proceso crítico para la institución, en donde la mayoría de las reglas las impone el Ministerio de Educación. Comunicar esto, y que la comunidad universitaria lo tome como propio ha sido complejo, pero creo que lo hemos logrado, que se ha ido validando poco a poco desde que llegamos y en el que nos hemos dedicado a trabajar para que quienes toman las decisiones en las Unidades Académicas, conozcan esta tras bambalina y puedan sumarse al objetivo de todos, que es tener estudiantes y muy buenos estudiantes.

¿Cuál es el sello que quieres infundir en tu equipo de trabajo y en la Usach?

Siempre he sido de la idea que en el equipo somos todos profesionales, entonces todos podemos aportar, aunque claramente las decisiones finales las tomo yo, porque soy la persona que está a cargo. Creo que he trabajado en eso, en abrir espacios de conversación para generar ciertas directrices, no siempre con los frutos que uno quisiera, pero de a poco y en conjunto hemos ido construyendo un lugar en donde no solo se hace lo que la jefa dice, sino que en lo que el equipo se pone de acuerdo. Es un trabajo transversal y colaborativo. Hemos incluido mucho a las y los embajadores, por ejemplo, que trabajan a diario con  nosotros, incluso hay uno en particular que hizo su práctica el año pasado con nosotros y ahora está trabajando como un profesional más en el equipo Admisión, y así hemos ido dando tareas a uno que otro estudiante que han demostrado trabajo y compromiso por las metas que nos hemos propuesto.

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