Socióloga Finnborg Steinthorsdottir

Experta en género islandesa realiza pasantía en nuestra Universidad

La académica de la Universidad de Islandia, en el marco de su Doctorado sobre el neoliberalismo en la sociedad y su impacto en las universidades desde una perspectiva de género, decidió cursar una pasantía en el Diplomado de Transversalidad de Género e Institucionalidad de nuestro Plantel. Junto con valorar este espacio académico, estima que “generar educación desde la Universidad hacia sus propios profesores, para que adquieran un conocimiento que luego puedan usar en sus clases, me gusta mucho, porque el problema de género no es sólo cuestión de los jóvenes”.
"Con colegas de Islandia estamos iniciando un proyecto sobre la incorporación de la perspectiva de género a la política de los presupuestos con el foco a políticas de educación, la ciencia y la investigación en colaboración con cinco universidades en Europa y una en Estados Unidos, dos ministerios en el gobierno de Islandia (ministerio de finanzas y asuntos económicos y ministerio de educación, cultura y ciencia) y la ciudad de Reykjavík. Sería genial si la U. de Santiago participara en esta colaboración con un proyecto hermano"

Con un cuestionamiento profundo al sistema neoliberal en distintos países, respecto  al financiamiento en la educación superior desde una perspectiva de género, la socióloga y profesora en género de la Universidad de Islandia, Finnborg Steinthorsdottir se encuentra realizando una pasantía de dos meses en la Universidad de Santiago.

 

La estudiante se convirtió en la primera islandesa en cursar un programa en nuestro Plantel, con apoyo del Programa de Movilidad Estudiantil Internacional del Departamento de Relaciones Internacionales e Interuniversitarias de la Vicerrectoría de Vinculación con el medio, cursando actualmente el Diplomado de Transversalidad de Género e Institucionalidad.

 

Durante su paso por la U. de Santiago, la docente ha conocido la realidad de los estudiantes chilenos, los métodos de enseñanza, y espera a futuro lograr consolidar un proyecto colaborativo con nuestro Plantel junto a su país, universidades de Europa y Estados Unidos, asociado a  la incorporación de la perspectiva de género en la política de los prepuestos, situando el foco en educación, ciencia e investigación.

 

-¿Qué te motivó a estudiar en Chile?

 

Vine a Chile porque viví aquí cuando era pequeña, en Coyhaique, y visité la U. de Santiago por el trabajo que realizan en cuanto a género, que me gusta mucho.

 

Actualmente, asisto al Diplomado de Transversalidad de Género e Institucionalidad, que me tiene fascinada, ya que lo que hago en Islandia es parecido a lo que hacen en él, con el mismo foco, trabajando con profesores y funcionarios con un enfoque de género, lo que es muy interesante y necesario.

 

-¿Por qué te llamó la atención el Diplomado de Transversalidad de Género e Institucionalidad?

 

Porque entrega herramientas únicas sobre el comportamiento y pensamiento de académicos dentro de un espacio en común. Trata sobre cómo podemos utilizar los medios de igualdad en el trabajo dentro de la Universidad. Por ahora, es sólo para académicos, porque es la primera vez que lo están haciendo, pero veremos sus resultados en un tiempo más.

 

-¿Crees que la U. de Santiago es un lugar óptimo para estudiar?

 

Sí, tiene de todo. Y lo que están pasando aquí, sobre los temas de género, es algo muy interesante. Creo que el próximo año realizarán estudios de género para estudiantes también, eso sí que es bueno. Lo que están gestando acá es único. Quienes hablan del tema, en este caso mis profesores, puedo decir que tienen muchísimo conocimiento.

 

Generar educación desde la universidad hacia sus propios profesores, para que todos adquieran un conocimiento que luego puedan usarlos en sus clases, me gusta mucho, porque el problema de género no es sólo cuestión de los jóvenes. A veces, los más adultos de la sociedad son lo que más necesitan saber del tema y aprender en la colectividad.

 

-¿Qué hay detrás de tu trabajo? ¿Qué buscas?

 

Quiero continuar en la academia, me gusta mucho hacer investigaciones de género. Además, por mi doctorado estoy trabajando en un proyecto europeo, somos siete países trabajando sobre género en la economía (el financiamiento de educación superior), y también bajo un foco de la precariedad existente en la academia en cuanto a los profesores.

 

Hay un problema global, y es que no somos críticos, por eso hago mi doctorado, estoy cuestionando al sistema, los cambios que ha generado en las universidades y su impacto según el género de las personas. Nos cuestionamos cómo se está usando la plata de la gente, qué se oculta, qué se transparenta y qué no.

 

-¿En qué consiste el proyecto internacional?

 

Con colegas de Islandia estamos iniciando un proyecto sobre la incorporación de la perspectiva de género a la política de los presupuestos con el foco a políticas de educación, la ciencia y la investigación en colaboración con cinco universidades en Europa y una en Estados Unidos, dos ministerios en el gobierno de Islandia (ministerio de finanzas y asuntos económicos y ministerio de educación, cultura y ciencia) y la ciudad de Reykjavík. Sería genial si la U. de Santiago participara en esta colaboración con un “proyecto hermano”.

 

-¿Qué destacarías del Programa de Movilidad Internacional? ¿Cómo aportó a tu estadía en el país?

 

Lo más destacado del programa de Movilidad han sido los profesores que he tenido el placer de conocer. Especialmente la académica Dra. Amaya Pavez Lizarraga, Directora Diplomado de Transversalidad de Género e Institucionalidad, y Cecilia Baeza Correa, coordinadora del proyecto en el Departamento de Educación Continua.  Ellas han compartido sus experiencias y conocimientos conmigo, y creo que su trabajo del diplomado es invaluable para el adelanto de la igualdad en esta Institución y en Chile. Creo que la transversalidad de género abre muchas oportunidades.

 

-Respecto a la enseñanza que se imparte en tu país, ¿Qué similitudes o diferencias podrías rescatar en comparación al modelo educativo de Chile?

 

Los modelos educativos en Islandia y Chile son muy muy diferentes. Chile es gigante y con muchas personas, en Islandia solo viven 340 mil, y tenemos siete universidades. La más grande, en la que yo trabajo, la Universidad de Islandia es una universidad pública.

 

En qué radica la diferencia, la educación es gratis o sea pagas una vez cada año -como “registration fee”-, y eso es 450.000 pesos (que es mucho dinero acá, pero no tanto en Islandia).

 

Todos los que terminan educación secundaria pueden entrar a casi todos las programas, algunas tienen pruebas para entrar. El estado también ofrece a los estudiantes “préstamos”, que es muy importante para aumentar accesibilidad a la tercera educación.

 

Ambos sistemas educativos son muy impactados por el neoliberalismo, que es el tema de la investigación de mí doctorado: Como la neoliberación de la tercera educación genera desigualdad de género.

 

-¿Por qué recomendarías la U. de Santiago para venir a estudiar?

 

Por los valores que entrega y por su enfoque crítico. Solo conozco hasta ahora el diplomado, pero me gustó demasiado, es una muestra de progreso, es algo a lo que los estudiantes deben tener acceso.

 

Se trata de una buena visión que es necesaria implementarla dentro de las universidades. Las profesoras que lo imparten son muy aplicadas, conocedoras y apasionadas. Eso es lo que más me gusta, se nota la vocación. Es algo nuevo pero muy necesario que se siga desarrollando.

Autor: 
Soledad Fuentes Mansilla