Experta detecta falencias en proceso de regularización de migrantes

La directora del Centro de Estudios Migratorios de nuestra Casa de Estudios, Dra. Carmen Norambuena, sostiene que la planificación del proceso para que los extranjeros normalicen su situación en el país, que partió con largas filas el lunes de la semana pasada (23), fue “apresurada” y terminó transgrediendo algunos de los derechos de los inmigrantes. “Pasan la noche en la calle y esperan en un lugar que no les da la posibilidad de acceder a un baño”, critica.
“Una migración regularizada trae el beneficio de que esta gente va a poder encontrar, conforme su expertise o la formación que tenga, un trabajo normal, digno y regulado. Por otra parte, desde el punto de vista de la sociedad chilena, hay muchas áreas donde la participación del migrante va a ser esencial”, sostiene la Dra. Carmen Norambuena.

Con largas filas partió este lunes 23 de abril el proceso de regularización extraordinaria de extranjeros que se encuentran en situación irregular y que ingresaron a Chile hasta el 8 de abril. Durante el primer día, más de 13 mil personas se inscribieron para legalizar su situación en Chile, pero en algunos casos tuvieron que llegar con hasta 12 horas de anticipación. Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) expresaron preocupación por las condiciones en que miles de migrantes esperaron por un número.

Al respecto, la Directora del Centro de Estudios Migratorios (CEM) de la Universidad de Santiago de Chile, Dra. Carmen Norambuena, concuerda con esta visión del INDH. En primer lugar, critica lo que considera una planificación “apresurada” de la jornada. “Hay premura en este proceso, demasiado apuro. Si se sabía que eran miles de inmigrantes en situación irregular, las autoridades debieron prever medidas para atender correctamente a esta cantidad de personas”, afirma.

Por otra parte, la especialista apunta que las condiciones para los migrantes que esperan por su turno tampoco fueron las más adecuadas. “Pasan la noche en la calle y esperan en un lugar que no les da la posibilidad de acceder a un baño”, critica. “Tal como hay que resguardar que la gente entre de manera regular, también debe respetarse al migrante”, enfatiza.

Finalmente, la especialista indica que regularizar a esta población es una buena señal, ya que el país puede determinar el tipo de migrante que se encuentra en Chile y le permite a los extranjeros aspirar a un trabajo más digno en áreas donde su participación puede terminar siendo vital para la economía del país.

“Una migración regularizada trae el beneficio de que esta gente va a poder encontrar, conforme su expertise o la formación que tenga, un trabajo normal, digno y regulado. Por otra parte, desde el punto de vista de la sociedad chilena, hay muchas áreas donde la participación del migrante va a ser esencial”, concluye.

Autor: 
Cristóbal Miranda Ríos
Fotografía: 
Marco Avilés