Columna de opinión del candidato a rector, Pedro Palominos: La importancia de recuperar una comunidad unida

Estamos en momentos en que la división entre “buenos y malos” no basta para generar un futuro exitoso. La división en esas categorías dicotómicas ha generado daños en nuestra sociedad que aún no logran ser superadas.

Cuando pensamos en nuestra Universidad, no solo pensamos en el número de carreras, hectáreas y años de acreditación. Qué duda cabe que esos indicadores son importantes, pero la verdadera universidad es la comunidad de personas que trabajan día a día desde sus diferentes posiciones.

Una de las principales tareas de un próximo gobierno universitario será la consolidación de una comunidad con mayor confianza y reciprocidad, pues nunca será posible el éxito organizacional sustentable sin la unidad de todos y todas. Las jefaturas o autoridades no bastan para llevar adelante los desafíos de una universidad compleja, sino que ellos son catalizadores de un trabajo que viene de las personas que día a día aseguran el cumplimiento de las labores misionales.

La universidad son los y las estudiantes, los investigadores (as) que generan conocimiento, los y las docentes que forman los futuros (as) profesionales y post-titulados, la secretaria que nos apoya cotidianamente, el mayordomo que resuelve una multiplicidad de necesidades operativas, el guardia que vigila el Campus, las y los auxiliares que nos aseguran espacios limpios y los jardineros (as) que nos embellecen el entorno. En el trabajo de todos y todas se hace universidad.

Creo firmemente que el éxito de la Universidad depende de todos los actores de la Comunidad. Cuando señalamos “sin ti la Universidad no es la misma” es porque estoy convencido que mantener la unidad de la comunidad es clave para cimentar las bases de ese trabajo exitoso.

La ausencia de alternancia en el gobierno universitario por casi dos décadas hace que (voluntaria o involuntariamente) se generen grupos privilegiados cercanos a las autoridades en desmedro de personas alejadas de esos círculos. Las diferencias generadas por mayor o menor proximidad con las autoridades genera divisiones duraderas en la comunidad en una lógica de gobierno de los que “están conmigo” y “los que están en mi contra”. Esta lógica persistente en la administración Universitaria debe quedar atrás, porque nos debilita en el desarrollo de capacidades institucionales y del posicionamiento estratégico externo. 

En la última elección de rector pudimos ver esa lamentable fragmentación, esa división que, aunque explicable cuando se trata de presentar diferentes propuestas de Universidad, puede generar consecuencias en el trabajo diario, muchas veces bajo el síntoma del temor, del ausentismo, de la desmotivación y la deslegitimación de las autoridades.  

Por todo lo anterior nuestra propuesta para ejercer un liderazgo positivo y constructivo se fundamenta en la transparencia, en la participación y en la colaboración entendiendo que solo en la medida que las comunidades son escuchadas podemos generar comunidades unidas, empoderadas y comprometidas con nuestro aporte a la sociedad chilena.

Estamos en momentos en que la división entre “buenos y malos”, “conmigo o en mi contra” “jóvenes y viejos” etc. no basta para generar un futuro exitoso. La división en esas categorías dicotómicas ha generado daños en nuestra sociedad que aún no logran ser superadas. Mi invitación es a respetar y valorar nuestras legítimas diferencias de enfoque o de énfasis, pero siempre teniendo como norte el bienestar de la Universidad y de sus personas.

En lo personal, estoy orgulloso de esta casa de estudios, de su rol en la historia de Chile, del evidente avance y desarrollo de las últimas décadas. Pero al mismo tiempo estoy convencido que las nuevas generaciones exigen adaptarnos a nuevas realidades antes no visibilizadas como el enfoque de género, la crisis climática, la migración, una nueva institucionalidad para el País.

Para enfrentar estos desafíos necesitamos experiencia, sensatez, y una comunidad unida y sin temores. Como rector mis principales esfuerzos estarán en esa labor pues nadie sobra, todos y todas son necesarias en ese futuro.

 

 

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