Académico advierte que batalla contra la obesidad escolar es tarea de la sociedad

  • El Simce de Educación Física aplicado a estudiantes de octavo básico, y sus inquietantes cifras de sobrepeso y obesidad, mandatan una discusión profunda y urgente sobre cómo combatir este mal, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se instala como una epidemia a nivel planetario. En esa línea, el director de la Escuela de Ciencias de la Actividad Física, el Deporte y la Salud (Eciades) del Plantel, Omar Fernández Vergara, sostiene que es necesario que la sociedad chilena comprenda que el problema hay que asumirlo como un tema país, donde es imprescindible que confluyan todos los esfuerzos para contrarrestar su arrollador avance.

 




En octubre pasado, se dieron a conocer los resultados del Simce de Educación Física 2014, aplicado a jóvenes de octavo básico, que arrojó cifras alarmantes: cuatro de cada diez estudiantes de ese nivel, presentan algún grado de sobrepeso u obesidad. 

Para el director de la Escuela de Ciencias de la Actividad Física, el Deporte y la Salud (Eciades), profesor Omar Fernández Vergara, las cifras develadas no son más que el reflejo de una sociedad en riesgo, incapaz de vislumbrar la importancia que tiene la vida activa y saludable. 

Según el académico, si bien el Simce ha evidenciado un serio problema de obesidad, tal como en el año 2002 cuando se aplicó la prueba por primera vez, no ha tenido la capacidad de instalar el asunto dentro las prioridades nacionales. En ese sentido, advierte, la sensación es la misma que hace trece años. 

“Estamos nuevamente ante resultados que desde el año 2002 se vienen conociendo en muestras representativas y todos en este periodo se conmueven, entrevistan a especialistas, hacen recomendaciones y al cabo de un tiempo este tema para la política pública queda archivado hasta el próximo año, porque aún en las políticas de Estado, el cuerpo y toda sus manifestaciones biológicas, emocionales, expresivas, técnicas y culturales están ausentes”, reflexiona Omar Fernández. 

Para el especialista, es necesario revisar el rol de la educación, como un concepto integral que comprenda todos los años de formación escolar y que actúe de forma coordinada con padres, apoderados y profesionales afines a la salud humana.

Se debe “discutir e investigar sobre el valor de la educación temprana, que permita superar la sobreprotección, se promueva la vida activa desde los primeros meses de vida, que las educadoras dispongan de una sólida formación en el ámbito de la motricidad infantil, quienes junto a profesionales de la actividad física conformen un grupo de trabajo eficiente y documentado con los nuevos avances de la investigación”, opina.

Asimismo, el académico estima como fundamental que los profesores de los niveles preescolar y básico, cuenten con una completa preparación en la materia pues, a su juicio, “lo paradojal es que estos dos profesionales son los primeros en ‘iniciar a la vida activa a los estudiantes’ y no tienen una formación sólida y documentada”.

El papel del núcleo familiar

Agrega que la inequidad en la distribución del ingreso que hay en Chile, repercute directamente en la calidad de vida de gran parte de la población nacional, debido a que condiciona el acceso a los “bienes culturales de la actividad física y deportiva”. 

Conforme la prueba, el 43 por ciento de los estudiantes que presenta obesidad pertenece a grupos socioeconómicos más bajos. En los estratos más altos, en cambio, la cifra disminuye a un 27 por ciento.

Ante esa realidad, “la primera responsabilidad de esta pandemia como la obesidad y el sedentarismo (retazo de la posmodernidad y el neoliberalismo) es de los padre y madres. Sin su complicidad y compromiso esta situación se mantendrá, agudizada en los sectores de mayor vulnerabilidad social y con marcado énfasis lamentablemente en las mujeres”, sostiene el director de Eciades.

Para Omar Fernández, combatir las desigualdades sociales que priman en nuestro país debieran ser los objetivos fundamentales en la dura lucha contra la obesidad. 

“Necesitamos recuperar el tejido social que antes de la dictadura tuvo la asociación deportiva. El club deportivo del barrio era una de las agencias más importantes, en términos identitarios y simbólicos; con su actividad  se copaban los espacios públicos y se ejercía el arte de la convivencia”, reflexiona el académico.

No obstante lo fundamental, a juicio del especialista, es entender el asunto como una tarea que compete a toda la sociedad, por lo que todos sus miembros deben asumir un rol activo en la prevención y control de la obesidad. 

“Debemos comprometer a todos los sectores de la sociedad pues cada día los trastornos son más prematuros, con consecuencias más crónicas y con costos más elevados para cada grupo familiar y el país en su conjunto”, concluye.