Jaime Aleé, asesor del Centro de Energía de la U. de Chile:

“Hay exceso de optimismo en el negocio del litio”

Entrevistado por el programa Sin Pretexto de Radio U de Santiago, el creador de la primera fábrica de baterías de litio del país, desmitifica las potencialidades de la industria del mineral no metálico y aclara su real alcance y proyección.
“Es tan poco estratégico que Chile nunca ha explotado el litio con sus propias compañías, entregándole un material que considera estratégico a privados”, comenta Jaime Aleé.

El 2015 surge Elibatt, la primera fábrica de baterías de litio del país. No obstante el proyecto, desarrollado por el Centro de Innovación del Litio (CIL) de la Universidad de Chile, no fructificó, por problemas de administración y con la comercialización del producto, según se informara  oportunamente.

Entrevistado por el programa Sin Pretexto de la Radio U de Santiago el otrora director del CIL y creador de Elibatt, Jaime Aleé, es tajante al afirmar que la existencia en el país de importantes reservas del mineral no metálico no es garantía para el surgimiento de una industria asociada, “no por explotar caucho vas a fabricar neumáticos. No hay relación directa en cuanto a poseer una materia prima con el hecho de dedicarse a desarrollar una industria”, precisó. 

Si bien el litio ha estado en la primera línea del debate público por las posibilidades que ofrece en el naciente desarrollo de la electromovilidad a nivel mundial, Jaimé Aleé es cauto al indicar las proyecciones de bonanza de la industria del litio en Chile, precisando: “El negocio es relativamente pequeño. Chile exporta del orden de los 700 millones de dólares al año, el equivalente a 1 semana de producción de cobre, o a la exportación total de nueces del país”.

Y a futuro, desde  su perspectiva, el negocio no se ve más auspicioso. “El litio nunca va a crecer mucho más. Ni siquiera en una situación hipotética de uso masivo de vehículos eléctricos. Las proyecciones para el 2030, señalan que aumentará la demanda de litio en unas cinco veces”, explica Aleé. Esto significa pasar de 200 mil a 1 millón de toneladas en Chile. Sin embargo, el precio que actualmente es alto por un aumento de la demanda, “probablemente se estabilice, porque el litio es extremadamente abundante. El negocio no pasará de los 7 mil millones de dólares en el mundo. Hay un exceso de optimismo en el negocio del litio”, sentencia el experto.

¿Mineral estratégico?

El año 2014 la presidenta Bachelet creó la Comisión Nacional del litio con el mandato expreso de “generar una política nacional que incorpore el desarrollo sustentable de esta industria”. En enero de 2015, esta comisión entregaba a la mandataria un informe en el que proponía al litio y a los salares como “bienes estratégicos para Chile”.

En opinión de Jaime Aleé tal definición estratégica pierde sentido dado que, “se lo declaró así, considerando la importancia para la fusión nuclear, sin embargo, ello no será posible en los próximos 50 o 100 años. Por otra parte el litio es extremadamente abundante, por tanto tampoco es estratégico por ser un material escaso”.

Y es más, “es tan poco estratégico que Chile nunca ha explotado el litio con sus propias compañías, entregándole un material que considera estratégico a privados”, comenta Jaime Aleé.

Realismo, expectativas y proyecciones

“Estoy siendo un poco pesimista, pero quiero ser lo más realista posible, porque se hacen una serie de supuestos y fantasías que no son buenas para el futuro  de Chile”, reconoce Jaime Aleé, al ser consultado por Radio U. de  Santiago, respecto de las expectativas cifradas en la explotación de este mineral no metálico.

“Chile ha producido cobre por muchos años ¿Qué industria se ha generado a partir de su producción?”. A partir de  esta interrogante el especialista Aleé no sólo fundamentó su visión, sino que convocó a reflexionar respecto del diseño de una política pública que procure el desarrollo de una industria del litio, sustentada no sólo en “actos de voluntarismo, sino que teniendo altos grados de realidad respecto de porqué y bajo qué condiciones la explotación sería ventajosa o no, para el país”.

De este modo, y a pesar de que agentes públicos y privados sacan cuentas alegres de las potencialidades de la industria del mineral no metálico, Jaime Aleé estima que las expectativas son exageradas, y expone una teoría: “Los países que han vivido de las materias primas sienten una suerte de dolor de que sean explotadas por los países del primer mundo” y agrega que “al litio se le asocia a un mundo tecnológico industrial que no tiene sustento alguno en la realidad. Todo esto es un pensamiento mágico y no por desearlo ocurrirá. Al litio se lo ha ‘inflado’ más de lo que realmente es”.

Finalmente, y en cuanto a las proyecciones de explotación del litio, Jaime Aleé prevé la recuperación del liderazgo en el mercado considerando los nuevos contratos firmados por CORFO, descartando la creación de una empresa nacional para el desarrollo de la industria del mineral no metálico.

Autor: 
Eduardo Leiva Pinto