Doctora Iriux Almodóvar destaca alcances y ventajas de la “Química Verde”

  • A través de métodos alternativos, la académica e investigadora de la Facultad de Química y Biología, promueve una nueva forma de concebir la química. Esto, en concordancia con la idea de hacer un aporte al país, con el sello de responsabilidad social que define a los integrantes de nuestra Casa de Estudios.

Iriux Almodóvar se mueve con soltura. Si bien su ambiente natural es el estructurado mundo de la química, su forma de abordarla mixtura lo mejor de la academia  con la cadencia tan característica en el hablar y sentir de su tierra: Cuba. Es que ella desde el año 2006, esto es cuando doctoró por la Universidad de Chile, sentó raíces en este país y desde el año 2010, se desempeña como académica e investigadora de la Facultad de Química y Biología de nuestra Universidad. Desde hace un tiempo la “química verde”, aquella parte de la ciencia que está en sintonía con la salud del planeta, es parte relevante de  su interés científico.

Para comprender el recorrido que  ha debido hacer la  química  verde,  área del conocimiento que  en estricto rigor se ocupa del desarrollo, diseño y aplicación de productos químicos y procesos para reducir o eliminar el uso y la generación de sustancias peligrosas, es necesario un poco de historia.

Contexto histórico

La preocupación por la conservación del medio ambiente- a través de una relación equilibrada entre los seres humanos y el ecosistema que los circunda- es un asunto que ha estado presente desde la segunda mitad del siglo XX. Un paso significativo, en esta materia, lo dio la bióloga norteamericana Rachel Carson de la Universidad Johns Hopkins, quien en el año 1962 publicó “Primavera Silenciosa”, obra que aborda el influjo nocivo que tienen ciertas sustancias químicas en la salud humana y su enorme red de alcance. “Todo ser humano se halla ahora sometido al contacto con sustancias químicas peligrosas, desde su nacimiento hasta su muerte. En menos de dos décadas de uso, los plaguicidas sintéticos se han distribuido de manera tan amplia por todo el mundo animado e inanimado, que se encuentran prácticamente por todas partes” , advierte la académica  norteamericana. Y no se queda allí, puesto que sostiene que aquellas esencias perjudiciales para la salud, están alojadas en cada ser vivo y reserva natural, por lo que es muy difícil que alguien logre abstraerse de esa realidad. “Residuos de estos productos químicos se acumulan en suelos en los que pudieron haber sido aplicados una docena de años antes. Han penetrado, y se han alojado en el cuerpo de peces, aves, reptiles y animales salvajes y domésticos, de manera tan universal que a los científicos que llevan a cabo experimentos animales les resulta casi imposible localizar individuos libres de dicha contaminación” , concluye.

Desde Rachel Carson hasta la actualidad, el cuidado del medio ambiente ha tomado relevancia a nivel internacional. Por ejemplo algunos países disponen de organismos encargados de su preservación. Un caso concreto lo constituye la Agencia de Protección Ambiental (EPA) en Estados Unidos, que  desde 1970 promueve el desarrollo humano en armonía con la naturaleza. Asimismo, la Comisión de Desarrollo y Medio Ambiente o  “Brundtland” de Naciones Unidas, acuñó el término “desarrollo sostenible” y lo definió como la forma de vislumbrar el futuro, respetando el presente. Para ello, conminó a los gobiernosdel mundo, entre otras cosas, a llevar políticas de desarrollo hermanadas con la protección del planeta.

La Química Verde

En estricto rigor  la “química verde” se focaliza en la ejecución de productos y procesos que disminuyan en su constitución, el nivel de sustancias nocivas para el medio ambiente y los seres humanos. Su  historia parte en el año 1990, cuando  los químicos estadounidenses Paul T. Anastas y John C. Warner entendieron que utilizando métodos alternativos  en el quehacer químico, era posible hacer frente a los altos niveles de contaminación que hasta ese momento el área aportaba. A ese nuevo paradigma lo llamaron “química verde”.

A juicio de la doctora Iriux Almodóvar aquello es “una nueva forma de pensar sobre cómo se debe hacer química, y una herramienta que utilizan los científicos para realizar el diseño, desarrollo y la implementación de los productos químicos en los procesos”.

Este nuevo paradigma conlleva una reflexión ética que antes no se producía y que hoy es indispensable para la supervivencia humana. “Tenemos que tratar de conservar energía, reducir los desechos y reemplazar los elementos tóxicos, por otros que no lo sean. Así podemos proteger al planeta y  a las personas, porque cada vez estamos en un mundo más contaminado y con personas más enfermas, con alto grado de cáncer y enfermedades pulmonares. El hecho de desarrollar procesos que tengan en cuenta contrarrestar todos estos malos efectos, son bienvenidos”, sentencia convencida la investigadora Almodóvar.

Múltiples beneficios

El desarrollo de la “Química Verde”, según la doctora Almodóvar, tiene múltiples beneficios para el ser humano en el área ambiental, social y económico. Y para  que no haya  dudas, explica en detalle que “tiene un impacto ambiental, porque se pueden desarrollar procesos mucho más sustentables para el planeta; social, porque influye en la salud de las personas y, por lo tanto, en su capacidad de trabajo; y también económico, porque todos estos nuevos procesos que se establecen, además de ser más limpios y más amigables con el ambiente, son de menor costo”.

Cabe poner  de relieve  que bajo la química tradicional, hay solventes que cuando son utilizados se van al ambiente, pudiendo ser inhalados de forma involuntaria por las personas e incluso adherirse al torrente sanguíneo . Otro tipo de contaminación se manifiesta en los residuos que se van por el desagüe. “El hecho de no utilizar solventes que sean tóxicos, significa que estamos bajando los niveles de toxicidad  que van al aire que uno respira. Si yo uso agua en vez de un solvente como benceno y se elimina, no va a producir ninguna contaminación. En tanto el benceno o cualquier otro solvente tóxico,  no lo puedo botar por el tragante. Esos desechos tóxicos, los tengo que mandar en unos bidones, y hay que hacer una degradación. Y eso ya es consumo de energía, que es escasa”, explica la doctora Almodóvar haciendo un llamado a tomar conciencia respecto de  estos temas.

Cualquier proceso se puede realizar en condiciones amigables con el medioambiente. Por ejemplo, la doctora Almodóvar comenta sobre los beneficios que conlleva-en ahorro de energía- ejecutar ciertas reacciones químicas mediante microondas. “En la  actualidad utilizamos mantas para calentar las cosas. Una reacción ahí puede durar como 8 horas. Si yo hago esa reacción en el microondas  puede durar 20 minutos. Entonces,  hay un claro ahorro ya que la energía eléctrica que gasté en esas 8 horas, no es la que estoy consumiendo en 20 minutos”.

La “Química Verde” en lo cotidiano

Una nueva forma de comprender y ejecutar la química, trajo consigo- como era comprensible- la elaboración de un código común. Así, se crearon 12 principios rectores encargados de ilustrar el método para hacer “química verde”. Entre ellos destacan una marcada preocupación por utilizar de manera eficiente los recursos dentro de un proceso,la posibilidad de que éstos se degraden con facilidad y que los resultados sean inocuos para el planeta.

Siguiendo los preceptos de la “química verde”, diversos productos nuevos han ido reemplazando a otros con resultados beneficiosos para el ecosistema. Por ejemplo, vasos hechos con materias primas provenientes del maíz o caña de azúcar que se degradan en escasos 120 días-comparados con los 300 años que demoran sus homónimos de plástico- o detergentes que en 28 días desaparecen de la faz de la tierra y sin ensuciar el agua que corre por el fregadero.

Sin embargo, en Chile falta mucho por hacer. Esto, pues solo existen productos semi degradables- como las bolsas de algunos supermercados o botellas de bebidas de fantasía-  pues no hay una industria dedicada a elaborar artículos biodegradables. Sin embargo, la doctora Iriux Almodóvar se muestra optimista al respecto: “Estos compuestos, de los productos biodegradables, no son derivados del petróleo, sino de residuos como por ejemplo de la leche. La idea es la reutilización de desechos; es decir, hacer como la naturaleza que todo lo mete dentro de un ciclo”.

En esta tarea, que involucra estudios no menores,  se encuentra la Dra. Almodóvar, quien suma  cada  día voluntades de  sus  estudiantes del Departamento de  Ciencias del Ambiente.