El cientista político de la Facultad de Humanidades, Dr. Bernardo Navarrete, sostiene que gran parte de quienes se encuentran ejerciendo el cargo competirán, de allí que tendrán una ventaja cuando entre en vigencia el proyecto de elección popular de estas autoridades. “Es difícil pensar que, por ejemplo, Claudio Orrego en Santiago tenga competidor, porque cuesta posicionar a un candidato a Intendente. La mayoría de los chilenos no ubica ni siquiera quién es su candidato a alcalde”, explica.
Esta semana fue aprobado en el Senado el proyecto de elección popular de Intendentes, iniciativa que en principio sería implementada en 2017, pero que finalmente entrará en vigencia solo cuando se le otorguen facultades a la nueva autoridad.El cientista político de la Facultad de Humanidades de nuestra Universidad, Dr. Bernardo Navarrete, explicó que la ventaja en estos sufragios correrá por cuenta de quien ostente el cargo en el momento en que se ponga en práctica la iniciativa.“Aquí lo esperable es que de los 15 intendentes que actualmente están en ejercicio, buena parte de ellos aspire, a partir de la plataforma de haber ejercido el cargo, a postular por él”, afirma. En ese sentido, si la elección fuese en 2017, como buscaba el Gobierno, “la primera ventaja la tiene la Nueva Mayoría, porque tiene posicionado al candidato”, proyecta.El académico de la Facultad de Humanidades del plantel estatal explica que “por de pronto, es difícil pensar que Claudio Orrego tenga competidor en Santiago, porque cuesta posicionar a un candidato a Intendente. La mayoría de los chilenos no ubica ni siquiera quién es su candidato a alcalde”.De detractores a partidariosA pesar de la aprobación, la iniciativa fue sumamente criticada desde distintos sectores. Uno de los principales problemas detectados por los senadores fue que la votación de este proyecto de elección de la autoridad regional no llevaba aparejado un proyecto que le otorgue facultades.Al respecto, el especialista explica que la crítica es inconducente, porque “mientras se discutía el proyecto de ley en el Congreso, no se puede crear una ley para una autoridad que es designada. Se le estarían traspasando competencias a un intendente que es designado. Por lo tanto, había que aprobar una ley y, desde ahí, empezar ahora un proceso para traspasar competencias”.Con todo, el Dr. Navarrete prevé que “en los próximos meses, quienes eran detractores, en tiempos de campaña van a ser los grandes líderes de la descentralización y del apoyo de los futuros candidatos a gobernadores regionales. Tienen que entrar al juego de designar al candidato de las respectivas coaliciones, así que todos se van a sumar al final. Solo es un problema de tiempo”.Unidad del Estado a salvoEl experto descarta que el proyecto de elección popular de Intendentes ponga en peligro la unidad del Estado de Chile, como se ha señalado en la discusión política sobre el proyecto. “Chile es un país que no se desarmará por la elección de gobernadores”, sentencia.“En Chile, salvo atisbos en la novena región, no tenemos demandas de autonomía ni tenemos regiones que estén pidiendo independizarse. Esto no es Cataluña”, agrega.Para el Dr. Navarrete, la necesidad de regionalizar la política es urgente, ya que este ámbito solo se discute desde una perspectiva nacional, con partidos políticos que no atienden las demandas locales. “Chile requiere sí o sí una ley que permita introducir incertidumbre en el sistema de decisión regional y eso solo se puede canalizar a través de una figura política que ponga en cuestión la enorme sobrerrepresentación que tienen los senadores”, indica.Intendentes electos presionarán el Presupuesto NacionalEl especialista prevé que esta política presionará por más recursos para las regiones en las próximas discusiones sobre el Presupuesto Nacional.“Eso es positivo, porque antes un tema que discutían tres personas ahora lo abordarán quince, y les pedirán explicaciones a los diputados y senadores. Hay varios que tendrán que salir al pizarrón porque antes era fácil decir algo en televisión y hacer un gran discurso que no le importaba a nadie respecto de cómo se financia el país. No va a ser gratis no entregar recursos a las regiones y que alguien no lo evalúe. Por el voto, puedo evaluar a un mal intendente y sacarlo”, sostiene.“Lo que le importa al ciudadano de a pie es que haya una autoridad específica que viva en la región, esté todos los días de la semana preocupado de legitimarse por la vía del rendimiento de las políticas que hace para satisfacer a la comunidad regional”, concluye.