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Expertos llaman a aumentar recursos para prevenir problemas de salud mental en universitarios

Expertos llaman a aumentar recursos para prevenir problemas de salud mental en universitarios

El 50% de los estudiantes de la educación superior tiene algún problema de salud mental, el 5% ha tenido la idea de quitarse la vida y la segunda causa de muerte de los jóvenes de 18 a 29 años es nada menos que el suicidio. Esas son las preocupantes cifras que reveló el Ministerio de Salud, en el marco de la presentación de la primera Guía Práctica en Salud Mental y Prevención del Suicidio para Estudiantes de Educación Superior durante el mes de septiembre (http://www.shorturl.at/cfks4).
 
Para los psicólogos de la Universidad de Santiago, Walter Kühne y Beatriz Painepán, lo relevante de que el país conozca estas cifras es que constituye un importante precedente al momento de discutir los recursos con los que cuentan las instituciones para enfrentar el problema. 
 
“En general, las Universidades manejan  recursos insuficientes en la materia, aunque, progresivamente, la tendencia es a contar con equipos de Salud Mental”, afirmó Walter Kühne, Magíster en Psicología Clínica y editor del libro Guía de Apoyo Psicológico para Universitarios, de la Editorial Usach (http://www.shorturl.at/iosvZ). “Nuestro sistema de salud público y privado es completamente insuficiente para los problemas de salud mental en Chile. Las Isapre prácticamente no cubren la atención psicológica y esto obliga a las Casas de Estudios a hacerse cargo del problema”, agregó.
 
“Los temas de salud mental siempre han sido importantes y, en ese sentido, faltan recursos para atenderlos e implementar iniciativas en esta línea”, sostuvo por su parte, Beatriz Painepán, Jefa de la Unidad de Promoción de la Salud Psicológica de la Usach, que presta servicios especializados en psicología a los estudiantes de la U. de Santiago. “Ya que ahora hay más conciencia de los problemas y riesgos asociados, podrían apoyarse más las implementaciones de los servicios de salud estudiantil”, afirma.
 
Protocolos 
 
Para Kühne, las cifras reveladas por la Subsecretaría de Salud Pública son alarmantes y dan cuenta de una sociedad cada vez más individualista, que entrega cada vez un menor apoyo social. Para Painepán, en tanto, es necesario que el país conozca esta realidad, pero que los números deben ser contextualizados, ya que si bien el suicidio es la segunda causa de muerte en jóvenes, la primera son los accidentes vehiculares. 
 
Con todo, ambos concuerdan en que la Guía entregada por el Minsal es adecuada, oportuna y didáctica. “Los protocolos de las Universidades para prevenir el suicidio de estudiantes deben informar a todos los estamentos sobre la prevención del suicidio y la depresión; contar con medios claros, expeditos y por todos conocidos para acceder a atención psicológica; y considerar un sistema de apoyo de compañeros de estudiantes suicidados”, considera Kühne.
 
Para Painepán, los protocolos deben “informar, sensibilizar y no estigmatizar problemáticas de salud mental; ayudar a identificar signos y síntomas que requieren atención; y considerar tanto especialistas que atiendan las necesidades psicológicas más inmediatas como la derivación oportuna y pertinente a las necesidades que se observan”.
 
Finalmente, la jefa de la UPS recalcó que en la Usach hay psicólogos también en el rol de docentes que ayudan en temas de prevención a la comunidad, se atienden urgencias y se realizan psicoterapias individuales y talleres grupales preventivos en temas de salud mental. Además, anunció que organizarán nuevamente la feria de bienestar psicológico para la comunidad universitaria el próximo 10 de octubre.
 
“Cada mes, atendemos cerca de 400 estudiantes en psicología clínica. Las primeras sesiones tienen en promedio una demora de 15 días e incluso menos”, aseguró. “Para nosotros lo más importante es la prevención, porque en la medida que se realiza hay menos situaciones críticas”, concluyó.

Estado debe duplicar recursos en salud mental para enfrentar incremento de depresión

Estado debe duplicar recursos en salud mental para enfrentar incremento de depresión

La primera estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las ventajas económicas de los países que combaten desórdenes mentales reveló que el trastorno más común en Chile es la depresión, que padece el 17,5% de la población y que es responsable del 26% de las licencias médicas que se emiten anualmente. Nuestro país lidera el ranking mundial en esta enfermedad.

Frente a este panorama, el Jefe del Programa de Psiquiatría Adulta de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Juan Maass, sostiene que las cifras dan cuenta de una situación grave que amerita un aumento significativo de los recursos para tratar esta y otras enfermedades de salud mental.

“Actualmente, se destina alrededor del 2,8% del presupuesto asignado a salud en general para salud mental, y lo ideal sería entre un 5 o 6%”, sostiene. De acuerdo al especialista, la falta de recursos para tratar el tema es uno de los principales factores que repercuten en que nuestro país se encuentre entre los principales afectados por la depresión.

Por otra parte, el académico señala que estos recursos debieran estar asegurados en una Ley de Salud Mental, norma que actualmente no existe y que, para el Dr. Maass, debiera comenzar a discutirse a nivel ministerial, con el objetivo de presentar lo más pronto posible un proyecto de ley en la materia.

“Por la depresión y otras enfermedades, siempre es mejor contar con una Ley de Salud Mental, pero es un proceso que debe partir con financiamiento porque no es fácil obtener estos recursos. Además, tiene que haber madurez legislativa para que el tema se aborde no solo como una enfermedad, sino como un determinante que puede afectar la formación o, incluso, el orden económico y social”, afirma.

A su juicio, los índices de depresión en Chile deben ser vistos como alarmantes, ya que implican que muchas personas, por ejemplo, no se desempeñan de manera óptima en sus lugares de trabajo, lo que repercute en la producción.

Finalmente, señala que contar con una política pública definida en torno a este tema previene otras enfermedades y, por lo tanto, termina implicando un ahorro o un mejor rendimiento de los recursos en el área. “Las leyes serias siempre tienen financiamiento y organizan lo que está disperso, y aquí se trata de que la dispersión se organice en un cuerpo común para que los pacientes se vean beneficiados con esta reorganización”, concluye.

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