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Enrique Gatica, doctorando en Historia: ”La Usach es un espacio formativo riguroso, pero también punto de encuentro y cobijo”

Enrique Gatica, doctorando en Historia: ”La Usach es un espacio formativo riguroso, pero también punto de encuentro y cobijo”

Sin lugar a dudas las protestas ciudadanas del año 2019 pasarán a la historia de nuestro país. El estallido social golpeó fuerte a la familia de Enrique Gatica aquella tarde del 8 de noviembre cuando Carabineros disparó perdigones a su hermano Gustavo dejándolo ciego. Ese hecho fue un punto de inflexión para este magíster en historia de nuestra Universidad que lo impulsó a transformarse en un activista por los derechos humanos. Hoy como jefe de gabinete de dicha subsecretaría, muy cerca de La Moneda,  nos cuenta la importancia que él le asigna a cursar un doctorado en nuestra Casa de Estudios, que por ahora mantiene congelado, debido a que el tiempo se hace escaso en el cumplimiento de sus labores, entre ellas asumiendo temáticas como la mesa de reparación integral para víctimas y el plan nacional de búsqueda.

Enrique desde que se tituló como profesor de historia y ciencias sociales de la UAHC, se vinculó al trabajo en los sitios de memoria. Trabajó en José Domingo Cañas y en Villa Grimaldi. Sin embargo, su intención fue siempre continuar con sus estudios y fue así que ingresó al Magíster en Historia de la Usach. Su línea de investigación fueron las organizaciones populares de subsistencia en alimentación. Su tesis se relacionó con las ollas comunes y organizaciones de protesta de los años 80, que dio paso a un libro titulado “Perdiendo el miedo”.

¿Por qué elegiste a la Universidad de Santiago para cursar tus postgrados?

Por dos motivos. Cuando estaba en el liceo me comenzó a gustar la historia y a acercarme a sus distintas dimensiones, pero en especial a la época más reciente, con la etapa de la Unidad Popular y la dictadura. Me fui topando con el legado histórico de la UTE y comenzó el acercamiento. Víctor Jara era una figura que me llamaba mucho la atención y tenía inquietud por ese espacio. Cuando estudié el pregrado me comencé a especializar en historia del siglo 20 en Chile y muchos de los estudios que leía eran de Julio Pinto y de Igor Goicovic, académicos que estaban en la Usach. Tras titularme de profesor, mi primera opción fue esta Casa de Estudios. Fue natural que postulara a su programa de Magíster y a la vez muy enriquecedor, porque vine a buscar a la Universidad de Santiago a aquellos profesores que les estaba siguiendo la pista. Otro de ellos fue Mario Garcés, quien tenía mucha relación con los sectores populares. Fue un crecimiento muy importante trabajar con esos académicos tanto desde el punto de vista metodológico como por la teoría que manejaban y por ese vínculo hacia lo social  hacia los territorios

Si bien muchos estudiantes luego de cursar un Magíster intentan continuar su doctorado en el extranjero apelando a las Becas Chile, Enrique decidió seguir en nuestro Plantel por razones obvias ya que si bien era una oportunidad interesante, su tesis es sobre historia reciente en Chile lo que incluye  entrevistas a pobladoras, y “la Usach cuenta con profesores que hacen mucho trabajo local”, remarca. Su tesis sigue la línea de investigación del Magister en el contexto del modelo neoliberal de segunda mitad del siglo XX enfocado en historia de las mujeres. Actualmente y por razones laborales ya esgrimidas mantiene congelado desde marzo de este año dicho programa, pero espera retomarlo en 2023.

-Es imposible, no preguntar tu sentimiento por lo ocurrido a tu hermano y el apoyo que recibieron de gran parte de la ciudadanía.

-Lo de Gustavo fue un cambio de ruta absoluto. Por las cosas de la vida mi investigación había estado vinculada a temas de historia, pero mi trabajo como experiencia laboral a derechos humanos y sitios de memoria desde lo Académico. Con ese suceso me transformé en un activista de derechos humanos. Tuve que luchar porque avanzara la justicia para mi hermano, y por un asunto global como sociedad. Ha sido duro y complejo, pero también de mucho aprendizaje. Mi hermano mostró una fortaleza admirable y a toda la familia nos abrió un horizonte para no decaer, y mantener una lucha colectiva. Gustavo  hoy está comprometido al ciento por ciento por el plebiscito de salida, por hacer campaña del Apruebo si es necesario, y este proceso como familia lo abordamos como un desafío histórico, de transmitir este mensaje y discurso a favor de las transformaciones sociales. Nosotros crecimos en una población y desde pequeños sabíamos hacia dónde debíamos apuntar.

-Desde ese hecho en particular y como proyección en lo académico, ¿qué sientes por nuestra Casa de Estudios?

Ha sido un enorme espacio formativo exigente y riguroso. He encontrado profesores de alto nivel, con compañeros y compañeras del Magíster y del de Doctorado, que son mis grandes amigos y a quienes respeto profundamente. También la Usach fue un punto de encuentro y diálogo cuando ocurrió lo de Gustavo; la Universidad siempre estuvo en una posición de apoyo. No quiero usar el concepto de familia, pero ha sido un espacio de cobijo donde he podido establecer vínculos sociales y políticos que son súper valiosos por el tipo de comunidad que genera y hay una identidad que se transmite mucho a quienes pasamos por esta Institución de Educación Superior.

 

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