Estudian mejorar las propiedades de los materiales biodegradables

  • Una bolsa plástica demora mil años en descomponerse. Ante ello, una alternativa son los materiales biodegradables. En este contexto se desarrolla el estudio liderado por la Dra. Ana Carolina López de Dicastillo, integrante del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y Nanotecnología -Cedenna- de nuestra Universidad. Gracias a la técnica de electrospinning obtendrán nanopartículas capaces de mejorar las propiedades de materiales biodegradables, con el fin de obtener -a largo plazo- un envase más amigable con el medio ambiente.

 




Como se conoce, una bolsa plástica demora mil años en descomponerse, afectando el entorno. Una alternativa a este problema son los materiales biodegradables, que son altamente beneficiosos para el medio ambiente cuando se desechan de forma correcta, sin embargo, estos no poseen las mismas propiedades barrera ni mecánicas que los derivados del petróleo, por lo que se tornan frágiles y altamente permeables.

Gracias a la técnica de electrospinning obtendrán nanopartículas capaces de mejorar las propiedades de materiales biodegradables, con el objetivo de, a largo plazo, obtener un envase más amigable con el medio ambiente. El estudio es liderado por la Dra. Ana Carolina López de Dicastillo, integrante del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y Nanotecnología (Cedenna).

El proyecto Fondecyt Regular, que se encuentra en su segundo año de ejecución, busca a través de la incorporación de nanopartículas obtenidas a partir de la técnica de electrospinning que ha sido muy poco utilizada en el país, mejorar las propiedades de un material biodegradable para su posterior uso como envase de alimentos.

El proceso de electrospinning permite obtener fibras por medio de estiramiento coaxial de una solución viscoelástica, estas fibras poseen diámetros que van desde la escala de micras a los nanómetros, donde es posible encontrar características únicas.

Debido a su atractivo, esta técnica ha sido ampliamente estudiada durante los últimos años para una variedad de aplicaciones, como ingeniería de tejidos, generación de membranas especiales y aplicaciones médicas para el reemplazo de huesos e implantes dentales y, en el caso de este proyecto, se orienta a mejorar las propiedades de materiales biodegradables para su uso en la industria alimentaria. Agregando que “además de trabajar y desarrollar nanopartículas y nanofibras, con esta técnica se pueden encapsular compuestos activos para su posterior liberación, lo que también es muy interesante en el área de alimentos”.

Aparte de mejorar las propiedades esenciales de un polímero biodegradable, buscará  crear un envase biodegradable que contenga propiedades antioxidantes y antimicrobianas, para proteger al alimento del ataque de microorganismos y de la oxidación, lo que -a su vez- prolongaría su vida útil.

La Dra. López de Dicastillo, investigadora responsable, explica que además “algunas de las expectativas que tenemos con el trabajo es tratar de implantar el concepto de la reducción de uso de plásticos en la vida cotidiana, la sustitución de los materiales clásicos por los biodegradables y  la conciencia del reciclaje y la sustentabilidad”.

La meta de esta académica es sensibilizar a la población sobre la problemática de la acumulación de residuos plásticos y la necesidad de sustituir materiales derivados del petróleo, que es una fuente no renovable, por materiales biodegradables.

“Estos materiales, sin embargo, todavía no tienen las propiedades que el mercado requiere, por eso proponemos mejorarlas y  una de las soluciones es la nanotecnología. Ahí entramos con nuestro proyecto desarrollando un tipo de nanopartícula que pueda ayudar a que las propiedades de los materiales biodegradables se asemejen a las del plástico convencional y comercial”, señala la doctora.

A lo anterior, agrega que “pretendemos difundir esta investigación a distintos niveles, desde enseñar a los niños la importancia y existencia de los materiales biodegradables y hacer énfasis en el reciclaje, hasta congresos y ponencias científicas”, concluye la investigadora.