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Académico propone nuevo modelo médico para abordar “enfermedades” organizacionales

Académico propone nuevo modelo médico para abordar “enfermedades” organizacionales

  • El Doctor Mario Tarride, del Departamento de Ingeniería Industrial de nuestra Universidad, desarrolló una línea de investigación que asocia el binomio salud/enfermedad de las personas, desde el paradigma médico científico, con la salud de las organizaciones.


El innovador estudio “Enfermedades Organizacionales: Diagnóstico y Tratamiento", es financiado por el Departamento de Gestión de Proyectos de Investigaciones Científicas de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación y su propósito es buscar un modelo integral que permita diagnosticar y tratar los problemas de las organizaciones.

El investigador Mario Tarride explicó que la idea de la investigación era establecer el estado de salud de una organización cualquiera,  y “lo primero que hicimos fue desarrollar un modelo y un método para determinar cuándo una organización estaba saludable”, sin embargo frente a las diversas formas  para referirse a lo saludable,  se hizo necesaria una mirada integradora.

Tomando como base la metáfora humana de las organizaciones, se recurrió a la definición de salud de las personas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El académico explica el resultado: “Una organización es saludable en la medida que presente un completo estado de bienestar físico, mental y social, y no sólo ausencia de enfermedad. Fue necesario, entonces, determinar qué era lo físico, lo mental y lo social en la organización, para lo cual usamos la idea de homomorfismo funcional, cibernético, como método de vinculación”.

En consecuencia, se definió que lo físico tiene que ver con la estructura de la organización; lo mental, con lo estratégico; y lo social, con el vínculo con el medio.

El investigador recordó que en esta primera etapa del homomorfismo entre ser humano y organización, “nos preguntamos, por ejemplo, a qué correspondía el sistema respiratorio del ser humano en la organización, lo que nos obligó a estudiar materias de la biología humana, permitiéndonos describir partes y subsistemas del cuerpo, que luego asociamos con partes y subsistemas organizacionales. Era necesario describir rigurosamente el funcionamiento de los sistemas constituyentes del cuerpo humano para luego hacer el traslado a la organización”, explicó el profesor Tarride.

Relación médico-paciente
En una segunda etapa, se abordó la relación médico-paciente y analista-organización, buscando la forma en que el médico determina si su paciente está sano. Así, se adecuó el quehacer del analista ante la organización, emulando la relación médico-paciente, con el fin de trasladar ese modo de operar al cuidado y mejoramiento de las organizaciones.

En este proyecto, el investigador Mario Tarride, ingeniero industrial y Doctor en Salud Pública, propone dar nombres a las enfermedades organizacionales, usando como referente las patologías de las personas. “Si una organización resulta no estar saludable, esperamos diagnosticarla -indicar qué padece- y tratarla; y para ello es necesario identificar signos y síntomas, realizar exámenes específicos, elaborar y descartar hipótesis diagnósticas, e indicar tratamientos adecuados que permitan sanarla”, detalló el investigador.

La idea del investigador es contribuir a enriquecer los métodos de diagnóstico y tratamiento organizacional que hoy existen, usando como referencia el modelo médico alopático (medicina tradicional).
 

Editor de Blacpma participa en publicación internacional

Editor de Blacpma participa en publicación internacional

  • El primer semestre de este año, y después de dos años de trabajo, se publicó “Medicinal Plants: Biodiversity and Drugs”, texto especializado en plantas medicinales, en el que participó el editor del Boletín Latinoamericano y del Caribe de Plantas Medicinales y Aromáticas, Blacpma de la U. de Santiago, José Luis Martínez.


La publicación, que ya está a la venta en librerías especializadas de Estados Unidos, surgió de un trabajo común entre José Luis Martínez y el Dr. Mahendra Rai (India), ambos con una gran experiencia en la generación de publicaciones en el área. Tras esto, decidieron convocar a los otros tres co-editores: Geoffrey Cordell (USA), Mariela Marinoff (Argentina) y Luca Rastrelli (Italia), con quienes habían compartido en diversas instancias de investigación.

El libro “Medicinal Plants: Biodiversity and Drugs”, está dirigido a investigadores que se dedican al tema de las plantas medicinales, tópico que se aborda a lo largo de los 23 capítulos, en que se narra en forma científica el uso y estudio de especies vegetales que poseen diversas propiedades medicinales.

Para José Luis Martínez, este texto reviste gran importancia y su edición exigió un gran esfuerzo. “Haber elaborado un libro de esta naturaleza no fue fácil, sino fruto de un trabajo arduo de casi dos años. Cuando se publica un libro, la idea es que, por un lado, éste se venda y, por otro, sea ampliamente citado por otros investigadores, de modo que se transforme en un referente a nivel internacional y, sinceramente, creo que este libro lo va a lograr”, indicó el editor.

Según comentó, este trabajo constituye una actualización del tema de las plantas medicinales y, en otros casos, es la introducción de nuevos conceptos. “Así por ejemplo, el capítulo que comparto con la Dra. Marinoff versa sobre un estudio de etno-hongos utilizados por una población aborigen del norte de Argentina”, señala.

El libro está a la venta en la página de Amazon (www.amazon.com) y también en la editorial CRC Press, Taylor and Francis Group, y fue lanzado al mercado sólo en inglés, ya que “es considerado como un idioma universal para la difusión de la ciencia a nivel internacional, tal como lo fue el latín en épocas pasadas”, puntualizó el editor de Blacpma.

Empresarios interesados en conocer beneficios de Ley de Incentivo Tributario a la I+D

Empresarios interesados en conocer beneficios de Ley de Incentivo Tributario a la I+D

  • Así quedó demostrado en el seminario organizado por la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad y Asexma A.G, generando vivo interés del mundo empresarial. En la actividad participaron autoridades universitarias, representantes del Cedes y Corfo.


El 7 de septiembre último entró en vigencia la Ley 20.241 de Incentivo Tributario a la Investigación y Desarrollo, que tiene por finalidad contribuir a mejorar la capacidad competitiva de las empresas chilenas, al establecer un incentivo tributario para la inversión en esta materia.

Con la finalidad de entregar mayor información respecto de los beneficios a los que pueden acceder las empresas, y la vinculación que puede desarrollarse entre el mundo académico y el de los negocios, se realizó el seminario “I+D la Nueva Ley: Conozca a los beneficios y oportunidades para las empresas”; actividad organizada por Asexma A.G y la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación de la U. de Santiago.

En las dependencias de la agrupación empresarial, se dieron cita ayer (22) cerca de una treintena de empresarios interesados en conocer más detalles de esta normativa.

La bienvenida estuvo a cargo de Roberto Fantuzzi, presidente de Asexma A.G y presidente del Consejo de Desarrollo Social Empresarial (Cedes) de nuestra Corporación, quien se refirió a la relevancia de vincular ambos espacios. Además, expresó la necesidad de ser “capaces de generar instancias para ver qué opinan los trabajadores y cómo pueden contribuir en las empresas”.

En la oportunidad, el vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Óscar Bustos, comentó sobre la “Innovación en Chile: el rol de la Universidad de Santiago”, al tiempo que presentó las cifras que ha obtenido la Institución en este ámbito.

La autoridad recalcó que “la historia de la Universidad siempre ha estado vinculada con el desarrollo del país. Por esto, los objetivos institucionales son realizar investigación que genere impacto a nivel nacional, que pueda ayudar a resolver los problemas reales de Chile”.

Ley de I+D
Posteriormente, la jefa del Programa de Incentivo Tributario de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), María Isabel Salinas, explicó en detalle los beneficios a los que se pueden acoger las entidades que incentiven investigación.

Una de las principales características de este aliciente es que permite rebajar, vía impuestos, hasta un 35 por ciento de los recursos destinados a actividades de investigación y desarrollo.

María Isabel Salinas indicó que Corfo comprende que para poder ser más competitivas, las empresas necesitan invertir en investigación y desarrollo y que, justamente, el conocimiento y la generación de éstas, surge en las universidades y los centros de investigación.

Lo anterior, según la representante de la entidad gubernamental, hace necesario “incentivar el trabajo conjunto entre las empresas y las universidades de manera sistemática, y me parece que esta ley tiene como objetivo contribuir a fortalecer el vínculo entre ambas”, señaló.

Finalmente, la representante de Corfo evaluó de manera positiva el impacto de la normativa desde su entrada en vigencia, indicando que es muy representativo de lo que viene para el país. “Si sumamos la certificación de proyectos, más la solicitud de aviso de intención de acogerse a la ley, tenemos cerca de 20 mil millones de pesos, y en los cuatro años anteriores a la operación de la ley habíamos certificado sólo 6 mil 500 millones  de pesos”, comentó.

En la actividad, el jefe del Departamento de Transferencia Tecnológica de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, Luis Magne, expuso sobre los alcances logrados por la Institución en esta materia.

En la jornada también estuvo presente Luis Palma, secretario Ejecutivo del Consejo de Desarrollo Empresarial (Cedes) de la Corporación.

 
 

Investigadoras proponen fungicida natural para industria del vino

Investigadoras proponen fungicida natural para industria del vino

  • Investigación de las doctoras Milena Cotoras y Leonora Mendoza, de la Facultad de Química y Biología, es una de las cuatro propuestas de la U. de Santiago que resultó ganadora de la primera versión del Concurso de Ciencia Aplicada del Programa IDeA de Fondef.


El proyecto “Desarrollo de un fungicida producido a partir de residuos de la industria vitivinícola contra el hongo fitopatógeno Botrytis cinerea", es una de las cuatro propuestas de la U. de Santiago que se adjudicó recursos del Concurso de Ciencia Aplicada del Programa de Investigación y Desarrollo en Acción para Instituciones de Investigación (IDeA) de Fondef.

El estudio sugiere el uso de un fungicida de origen natural elaborado a partir de residuos de la industria vitivinícola y, según explica la investigadora a cargo del estudio, Dra. Milena Cotoras, cuenta con dos ventajas importantes. La primera de ellas, tiene que ver con hacer frente a uno de los principales problemas de la producción de frutas en Chile y en especial la uva de mesa y vitivinícola: la pudrición gris, causada por el hongo Botrytis Cinerea, infección que no sólo genera importantes pérdidas económicas en la industria, sino que también implica el uso de fungicidas sintéticos que contaminan suelos, aguas y provocan daño a la salud.

La segunda ventaja del estudio es que propone la utilización de residuos sólidos producidos por la industria vitivinícola, que en el año 2011 alcanzaron cifras aproximadas a las 146 mil toneladas.

Resultados previos conseguidos en los laboratorios de la Facultad de Química y Biología demuestran que extractos obtenidos de estos residuos poseen actividad antifúngica moderada contra Botrytis cinerea.

La académica Cotoras explica que “las plantas son una fuente importante de metabolitos secundarios, entre los que destacan los compuestos fenólicos, que han demostrado actividad contra variadas especies fúngicas y que, además, se encuentran en abundancia en los residuos de la industria vitivinícola”. Por esta razón  –agrega- “el proyecto plantea como objetivo general la formulación de un fungicida constituido de compuestos fenólicos, obtenidos de los residuos sólidos de la industria vitivinícola, los que presentan niveles de actividad superiores a los fungicidas naturales usados para controlar este hongo”.

Respecto a sus expectativas, la investigadora de la U. de Santiago proyecta “tener un fungicida de origen natural, formulado y validado a nivel piloto en el campo, y participar en la formación de estudiantes de pregrado y postgrado, apoyando la realización de sus tesis de grado”.

La propuesta tiene un plazo máximo ejecución de 24 meses e involucra a los investigadores, Dra. Leonora Mendoza (Facultad de Química y Biología), Dr. Rubén Bustos (Facultad de Ingeniería) y a representantes de la Viña Miguel Torres.

El Concurso de Ciencia Aplicada del Programa IDeA de Fondef, financiará 55 proyectos que, en promedio, recibirán montos de hasta 120 millones de pesos, de un total de seis mil 200. Su propósito es apoyar proyectos de I+D con un fuerte componente científico y que consideren obtener resultados intermedios en plazos breves, en la perspectiva de convertirse en productos o servicios con un impacto productivo, económico y social.
 

Estudian nuevas fuentes energéticas a partir de hongos y residuos agroindustriales

Estudian nuevas fuentes energéticas a partir de hongos y residuos agroindustriales

  • Con el fin de avanzar en la diversificación energética, la investigadora del Departamento de Ingeniería Química de nuestra Universidad estudia el comportamiento de diversos hongos que tendrían la capacidad de convertir los residuos lignocelulósicos (desechos agrícolas, forestales y de la industria del papel) en materia prima para la generación de combustibles alternativos, como el bioetanol.


En Chile, la búsqueda de nuevas fuentes de energía es la tónica de los últimos años. Según estudios recopilados por el Ministerio de Energía, el desarrollo energético a partir de biomasa podría ser una alternativa para el país, permitiendo desarrollar entre 4 mil y 9 mil megawatts.

En esta línea, la académica del Departamento de Ingeniería Química de la U. de Santiago, Elsa Contreras, lidera el estudio “Adición de valor a residuos agroindustriales mediante bioconversión fúngica, utilizando fermentación en sustrato sólido", que busca aumentar la valoración de diversos residuos agro-industriales, utilizándolos como sustrato para el cultivo de hongos, con potencialidad para degradar los constituyentes de esos residuos -lignina, hemicelulosa y celulosa- lo que permitiría obtener azúcares fermentables a etanol.

El proyecto, financiado por el Departamento de Gestión de Proyectos de Investigaciones Científicas de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, nace a partir de  anteriores estudios con hongos realizados por la investigadora.

Considerando que el hábitat natural de los hongos son los tejidos de la madera, es posible lograr su adaptación para crecer en diversos residuos de tipo agro-industrial. La fermentación en sustrato sólido, utilizando hongos, es una alternativa para el tratamiento del material lignocelulósico en el proceso de producción de bioetanol de segunda generación. Si estos organismos se aclimatan de manera efectiva, podrían constituir un importante eslabón en la generación de nuevos combustibles.

La académica explicó que “si uno logra aclimatar estos hongos, conseguir que crezcan en una biomasa residual similar a la madera, se podría trabajar sobre un sinnúmero de residuos lignocelulósicos, liberando la celulosa, la cual posteriormente puede ser tratada para producir biocombustibles, en particular bioetanol”.

La investigadora agregó que se está “estudiando el comportamiento de los hongos y su capacidad de crecer y producir enzimas ligninolíticas y celulolíticas, utilizando residuos agrícolas como fuentes nutricionales, tales como la cáscara de nuez, cascarilla de arroz, paja de trigo, e incluso, algunos residuos sólidos provenientes del sector agro-industrial, como la cebada cervecera o sedimento de café, evitando la utilización de otros sustratos que encarecen el proceso de obtención de estos biocatalizadores. Luego, pretendemos diseñar un pequeño prototipo de un bioreactor de laboratorio que nos permita evaluar este proceso”, recalcó la académica.

En  su estudio, la investigadora analizará el efecto de algunas variables como el tamaño de partícula de los residuos, la humedad inicial del sustrato y algunas modalidades de aireación, en la idea de establecer las mejores condiciones para el cultivo de los hongos mediante fermentación en sustrato sólido.

“Hace poco terminamos un trabajo en el que usamos cáscaras de nuez, pues tienen una composición bastante similar a las maderas duras, logrando detectar en éstas un promisorio crecimiento de los hongos”, puntualizó la investigadora.

El equipo de trabajo cuenta, además, con la participación de la profesora de la Facultad de Ingeniería, Luisa Sepúlveda, quien se desempeña como co-investigadora. El proyecto contempla tres etapas, sujetas a una duración de tres años, y su finalización se estima para 2014.

 

Investigadores dan a conocer aportes de la Universidad a la industria del salmón

Investigadores dan a conocer aportes de la Universidad a la industria del salmón

  • En 2008 la industria salmonera se vio fuertemente afectada por el virus ISA, lo que provocó importantes pérdidas a la industria. Desde esa fecha, el trabajo académico sigue avanzando, en orden a brindar mayor resguardo y mejoras a la producción de esta especie.


Durante el 2011 la industria salmonera registró cifras históricas: las exportaciones de salmones y truchas totalizaron US$ 2.915 millones, según el Servicio Nacional de Aduanas. Este incremento muestra una revitalización del área, tras la crisis provocada el año 2007 por la presencia del virus Anemia Infecciosa del Salmón (ISA). En este contexto, el trabajo investigativo en torno al tema no se detiene y, en eso, la U. de Santiago, a través de su Facultad de Química y Biología, ha mostrado un liderazgo.

En la novena versión del encuentro “Desarrollo, Conocimiento e Innovación”, organizado por el Departamento de Comunicaciones de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio y la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, el Dr. Rodrigo Vidal y el Dr. Miguel Ríos, ambos del Departamento de Biología, dieron a conocer sus contribuciones en esta materia.

El Dr. Ríos expuso sobre el proyecto “carbohidratos biológicamente activos para mejorar la competitividad de la industria acuícola”, trabajo en el que abordó cómo incrementar la productividad de los salmones con una menor cantidad de alimento. “Lo que hicimos fue desarrollar preparados de algas, capaces de estimular el crecimiento de la masa muscular de salmónidos, sometidos a condiciones intensivas de cultivo. Para ello, inhibimos todos aquellos elementos fisiológicos que impiden que la musculatura se desarrolle”, explicó el también director Departamento de Biología.

Como resultado, se obtuvieron carbohidratos biológicamente activos provenientes de algas feófitas chilenas para mejorar el factor de conversión, el que se redujo en un 16,7 por ciento. Además, este producto optimiza el uso de pigmentos de la industria salmonera, permitiendo reducir en un alto margen los costos de producción por concepto de alimentos y colorantes.

Posteriormente, el Dr. Vidal abordó el “Desarrollo de herramientas genómicas asociadas a familias de salmón atlántico con un elevado grado de resistencia al virus ISA, destinadas a aumentar la productividad”, investigación que ha contado con la colaboración de la empresa Marine Harverst.

El investigador explicó que la iniciativa tuvo por objetivo “desarrollar plataformas inmunogenómicas y nutrigenómicas de servicio comercial, para la evaluación de estrés, resistencia genética, vacunas y aditivos alimentarios en la industria de la salmonicultura”. Lo anterior constituye un paso altamente relevante, pues, según comentó el especialista, actualmente en Chile las empresas del rubro tienen a su disposición 16 vacunas registradas para combatir el virus ISA.

El Dr. Vidal manifestó que, dada la amplia oferta que existe en el mercado, es sumamente importante “evaluar si los salmones son más resistentes o sensibles a determinadas vacunas”, lo que orienta a los productores respecto a cuál utilizar.

Vinculación con la empresa
El Dr. Rodrigo Vidal remarcó que “somos una de las pocas instituciones en Chile que puede tener una cercanía con el mundo empresarial, producto de la trayectoria y los buenos resultados del trabajo realizado”.

Por su parte, el Dr. Ríos valoró este tipo de iniciativas, señalando que “es una instancia que permite vincular al mundo empresarial y los sectores productivos que requieren nuestros servicios, además de dar a conocer a la población nuestro trabajo”.

En el encuentro también participaron la directora del Departamento de Comunicaciones de la Universidad, Gabriela Martínez, y el asesor de proyectos de la Vicerrectoría de Investigación, Desarrollo e Innovación, Edgardo Santibáñez.

Universidad estrecha vínculos con Ministerio de Ciencia y Tecnología de China

Universidad estrecha vínculos con Ministerio de Ciencia y Tecnología de China

  • Representante de la Embajada de la República Popular China, Jia Shangang, se reunió con el vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Dr. Óscar Bustos, para definir líneas futuras de colaboración entre el “gigante asiático” y nuestra Corporación, en las diferentes áreas del conocimiento.


Uno de los primeros países que acudió en ayuda de las universidades chilenas afectadas por el terremoto de febrero de 2010, fue China. El llamado “gigante asiático” donó más de 60 millones de pesos en equipamiento docente a la U. de Santiago y, tras cumplirse un año  de este aporte, el primer secretario de Ciencia y Tecnología de la Embajada de ese país, Jia Shangang, realizó una visita a nuestra Corporación.

La autoridad diplomática se reunió con el vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Dr. Óscar Bustos, y con el académico de la Facultad de Ingeniería, Raúl Thoms, con el fin de conocer el destino de los fondos donados por el gobierno de ese país y ofrecer asistencia técnica para su uso.

Dentro del equipamiento figuran un espectrómetro de absorción atómica; balanzas analíticas y de precisión; microscopios; un refrigerador farmacológico; cromatógrafos de gases, además de notebooks, proyectores y pantallas LED de televisión, los que fueron distribuidos entre las distintas facultades.

El representante de la República Popular China expresó que su visita busca “estrechar la cooperación en el área de ciencia y tecnología entre Chile y China”, agregando que “la U. de Santiago es una universidad muy importante y antigua, que tiene un fuerte desarrollo de la investigación. Por esto, nuestra intención es que, en el futuro, tengamos más proyectos en diferentes áreas del conocimiento”, indicó Shangang.

Por su parte, el vicerrector Bustos valoró la visita del diplomático, ya que “demuestra el interés constante que tienen otros países por entablar vínculos con nuestra Institución”.

“China tiene interés de establecer vínculos con todas las universidades chilenas, en especial con la U. de Santiago, lo que para nosotros es muy importante. China es una potencia mundial en este momento, por lo que tiene mucho que ofrecernos y mucho que ganar, porque también esperan  obtener información de un país que está en desarrollo, como nosotros”, afirmó el vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación de nuestra Universidad.
 

Ranking Scimago 2012 ratifica a la U. de Santiago como una institución líder en investigación

Ranking Scimago 2012 ratifica a la U. de Santiago como una institución líder en investigación

  • El SIR World Report 2012, confirmó a nuestra Universidad en cuarto lugar entre los planteles nacionales que realizan investigación de impacto. La medición evaluó la producción científica entre los años 2006 y 2010, registrándose mil 501 publicaciones en revistas indexadas, según detalla la base de datos Scopus.
  • El último resultado del ranking Scimago, dado a conocer recientemente, ubica a nuestra Universidad entre los cuatro mejores planteles en investigación a nivel nacional.


El estudio midió el trabajo entre los años 2006 y 2010, de tres mil 290 instituciones -de 106 países- que desarrollan investigación, y  que son responsables del 80 por ciento de la producción científica a nivel mundial.

En esta versión, la productividad total de nuestra Universidad fue de mil 501 publicaciones en revistas indexadas en la base de datos Elsevier's Scopus, plataforma que registra las publicaciones y citas de los trabajos, considerándose aspectos como la colaboración internacional, promedio de citas y liderazgo científico; es decir, el número de papers publicados por investigadores de un plantel, entre otros.

Para el vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación, Dr. Óscar Bustos, el lugar ocupado por la U. de Santiago en esta medición internacional impone un desafío constante para la Institución. “Que estemos cuartos a nivel nacional, nos asigna importantes retos como Universidad, porque la idea siempre es escalar lugares y posicionarnos dentro las mejores instituciones en materia de investigación, lo que nos obliga a trabajar constantemente para subir en este ranking en las próximas versiones”, enfatizó la autoridad.

Por su parte, el director del Departamento de Investigaciones Científicas y Tecnológicas, Dr. Pablo Vera, remarcó que todos los indicadores que ha recibido la Institución en los últimos años, la posicionan dentro del selecto grupo de planteles que están abocados a desarrollar investigación de primer nivel, aportando -de este modo- al desarrollo del país.

“Haber mantenido la ubicación, tanto a nivel nacional como internacional, en un momento en que es altamente competitivo el desarrollo de la productividad científica, es algo positivo. Esto también nos anima a seguir trabajando para tener una mayor presencia y liderazgo en esta área”, indicó Vera.

Hacia la innovación
Tras los auspiciosos resultados de este importante ranking internacional, el vicerrector Óscar Bustos señaló que la Corporación debe orientarse -a futuro-  hacia el fortalecimiento de la innovación, agregando que “en el corto plazo esperamos incrementar la generación de patentes, a través de un trabajo colaborativo con empresas nacionales e internacionales, para ampliar nuestros horizontes, sin descuidar la producción de publicaciones y adjudicación de proyectos”.

Este ranking -a nivel nacional- fue liderado por la Universidad de Chile, con siete mil 874 publicaciones; seguida por la Pontificia Universidad Católica de Chile, con cinco mil 581; y la Universidad de Concepción, con tres mil 464.

Universidad se adjudicó fondos en Primer Concurso de Ciencia Aplicada de Fondef

Universidad se adjudicó fondos en Primer Concurso de Ciencia Aplicada de Fondef

  • Los recursos  obtenidos permitirán la ejecución de tres iniciativas en las áreas de Tecnología de la Información y Comunicación, Agropecuaria y Manufactura.


Financiamiento por la suma de 345 millones de pesos, para llevar adelante innovadores proyectos se acaba de adjudicar en el marco de la primera versión del Programa IDeA del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef), dependiente de la Comisión Nacional Científica y Tecnológica (Conicyt). Esta línea de financiamiento, reemplazó este año al Concurso Anual de Proyectos de Investigación y Desarrollo.

Los recursos obtenidos permitirán el financiamiento de tres proyectos en las áreas de Tecnología de la Información y Comunicación; Agropecuaria; y Manufactura, liderados por el académico del Departamento de Ingeniería en Informática, Mauricio Marín; las Doctoras Milena Cotoras y Leonora Mendoza, de la Facultad de Química y Biología; y por el académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Facultad de Ingeniería, Claudio Urrea, respectivamente.

El Programa IDeA de Fondef, en esta primera versión, asignó más de seis mil millones de pesos para desarrollar 55 iniciativas de investigación científica y tecnológica en diversas áreas del conocimiento, con potencial de convertirse en el futuro en productos o servicios con un gran impacto productivo, económico y social para nuestro país.

En particular, el objetivo del Concurso de Ciencia Aplicada es apoyar proyectos de investigación científica y tecnológica que planteen una hipótesis científica que sustente la obtención de resultados y que éstos alcancen un nivel de prueba de concepto, modelo o prototipo, evaluados en condiciones de laboratorio o a pequeña escala.

Iniciativas
El proyecto del académico del Departamento de Ingeniería en Informática, Mauricio Marín, consiste en la construcción de un software para el procesamiento eficiente y escalable de grandes flujos de eventos en tiempo real. El desarrollo de este sistema permitirá, básicamente, “construir productos de software donde es crítico priorizar y procesar eficientemente miles de eventos por segundo en aplicaciones tales como gestión de emergencias, detección de fraude en bancos y predicción del comportamiento, tendencias y preferencias en clientes de empresas que ofrecen servicios en la web".

En tanto,  la iniciativa del grupo de investigación liderado por las Doctoras Milena Cotoras y Leonora Mendoza, académicas de la Facultad de Química y Biología, busca desarrollar un fungicida contra el hongo fitopatógeno Botrytis Cinerea, uno de los principales causantes de pérdidas millonarias en la producción de frutas y vino en nuestro país. Las investigadoras producirán un biofungicida natural, biodegradable y de bajo impacto en el ecosistema, considerando que se creará a partir de los propios residuos generados por la industria vitivinícola, que alcanzan a 18 kilos por cada 100 litros de vino.

El tercer proyecto, liderado por el académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica y director del Programa de Modelación Industrial y Simulación Computacional de la Facultad de Ingeniería, Claudio Urrea, propone mejorar los índices de productividad industrial y minera, gracias al diseño, construcción e implementación de un nuevo tipo de manipulador robótico, que empleará técnicas de control tolerantes a fallas.“Las características de este robot, que no se encuentra disponible en el mercado mundial, nos permiten establecer un impacto en dos sectores de la industria: por un lado, en aquellas que ya poseen robótica en su línea de producción y, por otro, en las pequeñas y medianas empresas, que podrán optar a sistemas de automatización tolerantes a determinadas fallas, con tecnología local, desarrollada, implementada y adaptada a sus necesidades”, explica el académico Urrea.

Del mismo modo fue adjudicada una iniciativa, liderada por la Universidad Católica, en la que nuestra Universidad participa como institución asociada, mediante la académica de la Facultad de Química y Biología, Carolina Aliaga. El proyecto consiste en desarrollar una tecnología para determinar la dosis de radiación gamma que se aplica actualmente a los alimentos y que puede afectar la salud humana. Su objetivo es detectar la cantidad de radicales libres y su vida media en el alimento, mejorando los procedimientos que se realizan actualmente para alcanzar los estándares internacionales.
 

Investigadores de Cedenna presentan innovadoras propuestas en medio ambiente y envases

Investigadores de Cedenna presentan innovadoras propuestas en medio ambiente y envases

  • Los académicos de nuestra Universidad y directores de líneas de investigación del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y Nanotecnología (Cedenna), Dr. Mauricio Escudey y Dra. María José Galotto, presentaron importantes avances en las áreas de medio ambiente y envases de alimentos.


La convergencia de la investigación, el desarrollo y la innovación, impactan de manera positiva tanto a la sociedad como a la economía de un país. Con esta idea base se desarrolló la actividad “Chile: ciencia, tecnología y empresa”, los días 8 y 9 de noviembre en el Centro de Conferencias de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), entidad organizadora de la iniciativa junto a la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo).

En ambas jornadas se presentaron casos de empresas y emprendedores cuyos positivos resultados nacieron de la valorización de resultados de I+D, junto a otros trabajos de entidades que desarrollan investigación aplicada.
 
El viernes (9) los investigadores de nuestra Universidad, Dr. Escudey y Dra. Galottto, fueron parte del panel de nanotecnología, que tuvo como moderador al presidente de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), Dr. José Miguel Aguilera.

La autoridad gubernamental se refirió a las expectativas en torno al tema. “Hay grandes esperanzas a nivel mundial en que el manejo de la materia nos lleve a productos nuevos, nuevas materias y mejor bienestar”, indicó Aguilera.

Posteriormente, el director ejecutivo de PV Nanocell LLC, e investigador colaborador del Centro para el Desarrollo de la Nanociencia y Nanotecnología (Cedenna), Fernando de la Vega, remarcó que “no se puede entrar en esta área sin fondos y sin apoyo gubernamental”. A su juicio, la cooperación con la academia es importante, porque las empresas no tienen todos los recursos necesarios para crear y, por lo tanto, se requiere de un trabajo mancomunado para obtener buenos resultados y avances.

Nanotecnología con sello U. de Santiago
En la reunión, el director de la línea de Medio Ambiente de Cedenna,  Dr. Mauricio Escudey, presentó a los asistentes algunas cifras ilustradoras del trabajo del Centro en sus tres años de vida: 250 publicaciones ISI, siete invenciones que derivaron en trece solicitudes de patentes y 600 presentaciones en conferencias nacionales e internacionales.

Posteriormente, el Dr. Escudey se refirió al estudio sobre suelo volcánico, presentando las imogolitas, partículas de nanotubos, que han permitido desarrollar aplicaciones para el área de la salud y la contaminación del agua. “Al sintetizar la imogolita, el compuesto ha demostrado tener cinco veces mejor capacidad de retención de arsénico, por lo que queremos incorporarlo en los filtros de agua, para solucionar la contaminación de este elemento”, indicó el investigador.

Por su parte, la directora de la línea de envases para alimentos del Cedenna, Dra. María José Galotto, se refirió a la Nanotecnología en el área alimentaria y su aplicación en la industria salmonera.

“Chile quiere ser potencia alimentaria, lo que significa que tenemos que ser capaces de disponer de alimentos con vida útil suficiente para llegar a mercados de Asia y Estados Unidos. Nuestro desafío es mantener la calidad de los productos por largo tiempo y, a su vez, garantizar la inocuidad que se exige en los mercados internacionales”, explicó la Dra. Galotto.

El principal factor que limita la vida útil y la inocuidad de los productos alimenticios en los mercados internacionales es el desarrollo de microorganismos. Por esta razón, los investigadores se propusieron el desafío de generar un envase plástico que tuviese características antimicrobianas, a partir de compuestos naturales, logrando pasar de 14 a 18 días de vida útil del salmón.

El panel finalizó con un análisis de los expositores en torno a la interrogante: ¿qué le falta a Chile para avanzar en esta materia? Hubo consenso en que debe realizarse un trabajo conjunto entre el mundo académico y empresarial y desarrollar iniciativas de calidad que, a su vez, puedan ser replicadas a nivel industrial.
 
 

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