Partió Maruja, la voz del “Folclor sin Fronteras”

  • La familia  del folclor nacional y nuestra  Radio universitaria están de luto. La madrugada de ayer (27), se  apagó para  siempre la  voz de  una gran profesional, quien encontró en nuestra Universidad  lo que  se trasformaría  en su  razón de vivir. Eran los tiempos de las peñas y de la nueva  Canción Chilena, donde una joven María Sánchez Valdivia se nutría de  nuevos  saberes, hacía contactos, organizaba encuentros  y vivía, intensamente, el fenómeno  político social que tenía  a los estudiantes  y trabajadoras y trabajadores como  protagonistas indiscutidos  en nuestro país.

En medio de  su rol de presidenta del Centro de Alumnos del Instituto Pedagógico Técnico de la UTE, así como de las  múltiples actividades de  extensión que  asumía, obtiene el título de Profesora de  Estado en Inglés por nuestra Universidad. Pero a poco andar se da cuenta  que la enseñanza de esta lengua extranjera  no es lo suyo. Lo que realmente  la hace  vibrar y donde  quiere poner  esa energía desbordante  que la  caracteriza, es en  la divulgación del canto de raíz folclórica, las tradiciones y, sobre todo, trabajar en pos de la revalorización de  todas las  expresiones de la cultura del pueblo y su identidad.

Esta  sanbernardina  que llega  al mundo cuando  las  grandes potencias  sellan la paz en 1945, abre de par en par  las puertas de su hogar a artistas populares. Con ellos  aprende y descubre el Chile profundo y quiere  compartirlo, difundirlo, acercarlo a las más variadas  generaciones. Es en este contexto donde decide profesionalizar su quehacer  y vuelve  a las aulas universitarias para  diplomarse en Gestión y Producción Cultural.

En  este transitar, fundamentalmente   a ritmo de cuecas urbanas, bravas, porteñas,  norteñas, centrinas y sureñas,  nunca está sola, pues  su compañero de toda la vida, Nelson Debrott,  la  sigue. De esta forma, se transforman en una de las parejas  más entrañables  para  los folcloristas y cultores de lo nuestro.

Maruja Sánchez, es  incansable: estudia, recopila canciones, las recita de memoria, golpea  puertas para  que sus representados  tengan un espacio…a ellos  los protege y en su corazón generoso todas y todos  tienen cabida.  El cariño, afecto y compromiso  que pone  en cada  acción o nuevo proyecto, les son devueltos con creces, tanto es  así que como una  forma de tributarla, unos se hacen llamar los  Marujos. Se trata de la agrupación que lidera Daniel Muñoz, ampliamente reconocidos  en el medio nacional e internacional, por poner  en el centro del interés de  muchos jóvenes, ni más ni menos  que  la cueca brava.

Alegre, espontánea y, sobre todo, generosa  y dueña de una solidaridad que la hacen única (…);  así es como la recuerdan sus  más cercanos. Mientras su cuerpo inerte descansaba para  emprender  el viaje definitivo, las  voces de los folcloristas consagrados y emergentes,  se escuchaban sin atisbos de lamentos. Es que su propósito era alegrarle el recorrido que media entre la tierra y el más allá; con  o sin instrumentos, la idea era cantar los  sentimientos. “Es que ella era  alegre”. Y claro que lo era; así la  recordamos.

Por espacio de casi 16 años, llegó hasta nuestra emisora para poner  al aire uno de los programas  más emblemáticos: Folclor sin Fronteras. Aquí queda su legado que nos  comprometemos  a resguardar para  seguir  encantando a las nuevas generaciones, mediante  sus entrevistas y esa gran capacidad para comunicar las  cosas  simples y sin dobleces,  que salen del alma.

Eso que los expertos  llaman cultura  popular y  que  es tan nuestro,  fue rescatado  y divulgado por nuestra querida  productora. Es un material radiofónico tan interesante que  nos legó, que no puede quedar en los archivos de la radio. Ya  veremos  qué  forma le damos para que circule.

Adiós Maruja y no te preocupes de  tu nieto que estudia en esta Universidad para transformarse  en ingeniero en obras  civiles, ni de tus otros nietos, Vicente  y Clarita,  ni de  tu único hijo, David,  y tampoco de  marido, pues  tejiste  una gran y sólida red de  apoyo que constaté  con mis propios ojos ayer, esto es, cuando todos  querían hacerse  presente y manifestarte  el inmenso cariño que  sembraste.