Carolina Reyes Salazar

Dra. Yenniffer Ávalos Carrasco: “Mi vocación es impactar a las personas a través de acciones que generen cambios”

Dra. Yenniffer Ávalos Carrasco: “Mi vocación es impactar a las personas a través de acciones que generen cambios”

Mujer cisgénero, lesbiana, neurodivergente, vegana, feminista, joven y científica. Así se define Yenniffer Ávalos Carrasco, la actual directora de la Dirección de Género, Diversidad y Equidad, de la Universidad de Santiago de Chile.

Esta química farmacéutica y doctora en Farmacología por la Universidad de Chile, reconoce que pertenece a grupos históricamente excluidos de la toma de decisiones, razón por la que siente una responsabilidad aún más grande en el desafío de representatividad y visibilización de las comunidades marginadas. “Estoy en una posición que no pensé que estaría, pero tener este privilegio y liderazgo en temáticas tan relevantes para mí, es un sueño”, indica en alusión a su cargo, e insiste que no fue algo que había pensado, pero cuando le ofrecieron liderar la Dirección, supo que era donde debía estar.

En esa línea, la vivencia como persona que es parte de la comunidad LGBTQ+, marca la postura de la doctora Ávalos al hablar de la temática. “Mi identificación es importante en todo lo que hago y nunca lo he escondido”, sentencia.

La vocación por enseñar

Nació en Recoleta, pero toda su niñez y adolescencia transcurrió en Peñalolén. Su madre cursó Pedagogía en Matemática y su padre, Contabilidad y Auditoría, en la entonces Universidad Técnica del Estado (UTE), pero sólo él alcanzó a terminar los estudios. Además, tiene una hermana mayor que es nutricionista. 

Actualmente vive en Ñuñoa junto a su esposa y tres perros. Dentro de sus pasatiempos están los deportes como el running, el boxeo y las pesas, aficiones que suma a la cocina y disfrutar de la oferta gastronómica vegana. 

Como mentoras menciona a la Dra. Jenny Fiedler Teme, asegurando que de ella aprendió a ser académica y plantear cosas; y a la Dra. Eugenia Morselli, con quien conoció otra manera de hacer ciencia. Fuera del mundo científico, le gusta el pensamiento de la escritora boliviana, María Galindo.

Convertirse en científica no fue planificado y es que cuando niña quiso ser muchas cosas. Se decidió durante la enseñanza media, mientras cursaba la modalidad humanista. Vio las mallas de las carreras, estudió Química y Farmacia en la Universidad de Chile y allí se dio cuenta que lo que le gustaba en realidad era la comunicación de la disciplina o mejor dicho enseñar. 

En cuarto y quinto año de su pregrado, la idea de investigar la motivó, aunque siempre considerando la parte formativa del proceso. “Lo que me gusta de la investigación es tener gente joven a la que una puede ayudar a descubrir cuál es su propia forma de pensar o ver un fenómeno. Eso me parece interesante”, sostiene. 

“Lo que una investiga, puede ser muy importante y fundamental para mí, pero si lo pones en la perspectiva del mundo, no lo es. Los cambios que puedes hacer en un estudio son muy lentos y lo terminas desarrollando casi por gusto personal. Así supe que esa no iba a ser mi manera de generar un cambio que influya directamente en las personas”, confiesa. 

Por lo anterior, tomó la decisión de dedicarse a la enseñanza, donde las transformaciones son inmediatas. “Cuando haces clases, puedes resolver una duda en el instante, mientras que la investigación es más lenta. Mi vocación es impactar a las personas a través de acciones que generen cambios”, puntualiza.

En la Usach

Egresó del pregrado con la mejor nota de su generación, lo mismo que al salir del doctorado en Farmacología. En este último programa de postgrado, obtuvo el Premio L’Oreal Unesco for Women in Science 2015, que le abrió puertas para generar contactos y hacer currículum, además de la oportunidad de impartir clases en las universidades de Chile y Andrés Bello. 

Fue en 2018 cuando postuló a un concurso público en la Usach para contratar a una académica o académico de la Facultad de Química y Biología. Postuló con poca esperanza, pero lo obtuvo. Sin embargo, justo en ese momento se había adjudicado un Fondecyt de postdoctorado en la PUC, además del proyecto Apoyo a la Generación de Redes Internacionales para Investigadores en Etapa Inicial del Programa de Cooperación Internacional de Conicyt -actual ANID-, el que incluía un viaje por unos meses a Francia, así que retrasó su ingreso a nuestro Plantel hasta marzo de 2019.

-¿Qué significa hoy ser parte de la Usach?

-Si iba a ser académica, quería serlo de una universidad pública, y estando en la Usach me di cuenta de que el lugar donde tenía que estar era este y no otro. La cultura institucional de la gente que trabaja acá y del estudiantado, es única. Tienen muy arraigada la idea de responsabilidad social, del cómo transformar la sociedad siendo personas que, en muchos casos, su única opción para acceder a la Educación Superior es esta Universidad. Después de haber sido financiada con becas y proyectos del Estado, creo que lo mínimo es retribuir trabajando en un plantel estatal. Así, estando acá, me siento cada día más parte de la comunidad usachina, de cómo se ve la propia universidad y de la visión de sus ejes estratégicos, como el énfasis que se hace ahora con la temática de género y diversidades, pero también de la inclusión socioeconómica y de personas con discapacidad .

-¿Cuál es el sello que le gustaría imprimir en esta Dirección?

-Centrarnos en las personas, la participación y escuchar a la gente. En general eso a veces cuesta, es difícil, porque también hay poco tiempo, hay que responder y hacer cosas, pero creo que la única forma de que las personas se sientan parte de las políticas e incluidas en las decisiones, es así. Y eso significa escuchar sus demandas, problemas, dolores y propuestas. Pienso que hay un tema de escucha activa que debemos ir desarrollando y la idea es verlo de forma interseccional, no quedarnos en que los problemas de género son de hombres y mujeres, sino que ir más allá, porque no solo se trata de eso. Es necesario pensar en las diversidades sexo genéricas, en personas no binarias, en personas de sexo fluido, es decir, ampliar la perspectiva desde lo más participativo y humano posible”.

Al mismo tiempo, la académica indica que es fundamental pasar de la cultura reactiva a la preventiva y sensibilizar respecto al tema, para que cada vez sea menos frecuente la violencia de género grave constitutiva de delito. 

“El desafío es erradicar la violencia, pero para eso no tiene que haber discriminación, y para que no haya discriminación debe haber sensibilización. Todas y todos tenemos que entender el problema y cómo abordarlo. Es la única forma para que exista igualdad. Es complejo y multifactorial, pero creo que estar en una Vicerrectoría, con otros Departamentos y otras miradas, fortalece el poder lograr el desafío de erradicar la violencia y promover la igualdad sustantiva, como dice nuestro rector”, enfatiza.

Para esto también es esencial pasar a la acción, asegura. “A mí me interesa mucho el liderazgo concreto, hacer cosas, no solo quedarme en el mundo de las ideas. Está bien, es necesaria la reflexión, pero en algún momento hay que hacer la bajada a la vida real”, profundiza.

La Dra. Ávalos asumió en el cargo en marzo de este año, y hasta ahora, se ha dedicado a priorizar. “Ahí tenemos que atender algunas cosas más normativas, como la implementación de leyes, donde hay plazos más perentorios”, explica insistiendo que “lo que está en juego es cómo atendemos a víctimas, cómo prevenimos que cada vez haya menos víctimas de violencia, además de tener una Universidad mucho más igualitaria, que mejore la calidad de vida”. 

Lo claro, dice la académica, es que los cambios profundos no van a pasar solo por la Dirección, sino que por todas las unidades. “Yo veo motivación y ganas de hacer cambios por parte del Gobierno Universitario”, señala.

El problema es colectivo

La falta de derechos es algo que a la Dra. Ávalos le interesa visibilizar y ha incluido este tema en diversas charlas que abordan el trabajo de las mujeres en la ciencia. “Ese discurso de que todas las mujeres lo pueden lograr me parece vacío, porque no atiende a las interseccionalidades que existen, a las diferencias que hay y por qué se construyen, por qué están y por qué son estructurales”, detalla. 

“Por eso introduzco el tema ‘Ciencia y personas LQBTQ+’ en las charlas. ¿Cuántas conocemos? ¿cuánto acoso sufren en contextos educativos? Y de repente he recibido comentarios de profesoras, incluso de otras universidades, que me dicen ‘sí, pero eso es un asunto personal’. Bueno, si una persona heterosexual habla de su marido y de su familia, ¿no es personal? ¿Por qué en un caso te molesta y en el otro no? Eso es homofobia directamente, solo que está un poco escondido”, subraya.

Hace una reflexión más profunda aún, afirmando que el individualismo de esta sociedad resulta contradictorio si no se logran las metas. “La sociedad te exige un montón de cosas para sentir que tuviste éxito en la vida profesional, personal, laboral, etc., pero a la vez, es tu culpa si no lo lograste. Por eso, para mí toda esa idea de autoayuda como ‘lo puedes lograr, porque todo está en ti y tienes que vibrar alto’, es otra forma de individualismo, porque no haces caso a lo colectivo”, apunta definiendo que “el problema es colectivo, social y cultural. Es estructural. No es que haya pocas mujeres en ciencia porque ellas no se creen el cuento. Esa es una forma básica de verlo y muy servil al mercado, pues no cuestiona lo que está de fondo. Atribuye los problemas a la persona y por eso no me gusta y no la comparto”, expresa. 

Lo primero, insiste la Dra. Ávalos, es deconstruir la forma de ver las limitaciones. “Si hay un problema constante, estructural e histórico que afecta a distintas poblaciones marginalizadas, la solución no puede ser ‘créete el cuento’. La solución no puede pasar por lo personal, hay algo más profundo”, concluye.

Dra. Andrea Mahn: “Los hombres deben saber qué significa ser mujer en el mundo de hoy”

Dra. Andrea Mahn: “Los hombres deben saber qué significa ser mujer en el mundo de hoy”

Aunque ejerce un puesto de liderazgo en un área que históricamente ha sido ocupada por hombres, la doctora Andrea Mahn Osses sostiene que estar en la toma de decisiones en un ambiente mayoritariamente masculino le resulta natural.

Nació en Temuco, Región de La Araucanía, donde cursó la enseñanza básica y media en el Colegio Alemán. Se formó como ingeniera en alimentos en la Universidad de La Frontera y en la Universidad de Chile como doctora en Ciencias de la Ingeniería mención Química. Una vez finalizada la etapa de postgrado en ese Plantel, trabajó en su Escuela de Medicina; pero con el tiempo comenzó a extrañar la ingeniería, por lo que al recibir una oferta laboral en la Facultad de Ingeniería de la Usach decidió volver a su área disciplinar e ingresar al Departamento de Ingeniería Química durante el 2007.

La Dra. Mahn ha dirigido y participado en más de 15 proyectos Fondecyt, Fondef, FIA y Corfo. Orientó su línea investigativa a la Biotecnología de alimentos, donde ha publicado más de 80 artículos, cuenta con cinco patentes concedidas (Estados Unidos y Chile) y una solicitada que está en proceso de evaluación.

También ha colaborado en comisiones nacionales de Fondecyt-ANID; es asesora permanente de dos empresas internacionales, y evaluadora de proyectos Fondecyt, Corfo, Fondef, FIA y ANID.

En el actual Departamento de Ingeniería Química y Bioprocesos, ha ocupado cargos de jefatura de carrera, directora de programas de postgrado, y subdirectora de investigación. El 2021, bajo la administración del decano Dr. Cristian Vargas Riquelme, asumió como vicedecana de Investigación, Desarrollo y Postgrado de la Facultad de Ingeniería.

La Dra. Mahn reconoce que por la responsabilidad de este cargo ha debido bajar la velocidad de su producción científica. “Intento compatibilizar, pero me ha costado mucho, porque cuando me pongo una meta, la cumplo y siento mucha responsabilidad y compromiso por el Vicedecanato. Diría que se avanza en investigación, pero a un paso más lento”, comenta.

- Desde el mundo ingenieril, ¿qué significa para usted estar en la toma de decisiones?

- Pensé que iba a ser difícil, pero la verdad es que me resulta natural. Es súper interesante, porque cada uno tiene formas distintas de ver las cosas y pensamos que los problemas se pueden resolver de cierta manera, pero no todos coincidimos. Por eso es interesante conducir las instituciones o las unidades hacia las soluciones que una cree son las más adecuadas. En ese sentido, la toma de decisiones permite, a mi juicio, orientar las unidades hacia el crecimiento.

Tanto en el pregrado como en el postgrado, la Dra. Mahn cuenta que estuvo en ambientes con alta presencia de mujeres y, ahora que se encuentra en una facultad predominantemente masculina, confiesa que no ha sido una dificultad desempeñarse en los roles que ha ejercido. “Sí, somos pocas mujeres en esta Facultad. No es lo ideal, pero no podemos esperar que de un momento a otro todo sea en paridad, es un proceso largo, pero estamos avanzado”, afirma.

Universidad y avances

Para la Dra. Andrea Mahn, la Usach ha liderado tanto en la temática de género como en inclusión. “Yo creo que hay un avance significativo. Hemos sido siempre quienes llevan la delantera en comparación a otras universidades e Instituciones de Educación Superior”, puntualiza.

- ¿Dónde deberían focalizarse ahora los esfuerzos de la Universidad?

- En incorporar a los hombres, porque las soluciones no van a venir solo de las mujeres, hay que incorporar a todas y todos: mujeres, hombres, comunidad LGTBQ+. Debemos crear en conjunto un nuevo ecosistema que propenda al respeto e inclusión. Este es un tema cultural y las mujeres solas no podemos. No es correcto marginar a nadie y en este caso los hombres deben saber lo que significa ser mujer en el mundo de hoy. No hay que pensar solo en esto como problemas de hombre-mujer. Acá también hay divergencias sexogenéricas que deben insertarse en un lugar que, a veces, es muy hostil y su identidad no puede ser un factor relevante al momento de ejercer su profesión o labor. Para avanzar, debemos hacer el cambio cultural y evolucionar.

Ciencia + género

“Ser mujer jamás ha sido un tema para mí. No porque no haya sufrido el machismo, sino porque no estaba consciente de él y había aprendido a moverme en ese mundo”, asume la vicedecana. Por eso, insiste en que hay que romper las barreras socioculturales para generar cambios.

Sobre los avances en equidad de género en el ámbito científico, la académica dice que, si bien se han hecho acciones, los resultados son menos visibles. “Siguen siendo pocas las mujeres que hacen carrera científica, así que es difícil que se llegue a una paridad si las cosas se siguen haciendo de la forma en que se están ejecutando”, manifiesta. De acuerdo con la investigadora, las medidas que se han tomado están muy hacia el final de la carrera y se deberían implementar en los primeros ciclos de enseñanza. “Desde el jardín infantil hay que hacer un acompañamiento de las niñas para que, si ellas deciden no seguir una carrera STEM, sea porque realmente no quieren y no porque crean que no pueden”, apunta.

En conclusión, el camino hacia la equidad de género en el ámbito científico y en cualquier otro aspecto debe continuar. Como ha señalado la Dra. Mahn, el cambio empieza desde los primeros ciclos de enseñanza y no sólo al final de la carrera. Es necesario que las niñas y mujeres se sientan apoyadas y empoderadas para perseguir sus metas, sin importar cuán masculinizado sea el espacio en el que deseen desenvolverse. “Debemos seguir impulsando iniciativas que fomenten la diversidad y la inclusión en todos los niveles de las organizaciones, para que las mujeres tengan más visibilidad y acceso a espacios de poder y toma de decisiones. Como sociedad, debemos trabajar juntos para romper las barreras socioculturales que nos impiden avanzar hacia un futuro más igualitario y justo para todas las personas”, sentencia.

Dra. Leonora Mendoza Espínola sobre brechas de género: “Es necesario pasar del diagnóstico a los hechos”

Dra. Leonora Mendoza Espínola sobre brechas de género: “Es necesario pasar del diagnóstico a los hechos”

Disciplina, constancia y organización es lo que caracteriza a la doctora Leonora Mendoza Espínola. Decana de la Facultad de Química y Biología por dos periodos consecutivos, esta profesora de Estado con mención en Química y Biología por la Universidad de Santiago de Chile no detiene su producción científica y, aun cuando es quien actualmente lidera la Unidad Mayor, celebra la reciente adjudicación de un proyecto Fondecyt.

Nació en Santiago, en una familia de profesores normalistas, por lo que desde pequeña conoció el significado de la disciplina y sus frutos. Por eso tiene claro que las metas logradas, son el resultado de mucho trabajo.

Se considera feminista y siempre descartó dejar de lado sus características personales para encajar en la actual sociedad. “Me siento muy cómoda con todo lo asociado a las mujeres, nunca he pensado ponerme en un rol masculino para lograr lo que quiero, sí más bien en un rol de líder. Para mí, ejercer un liderazgo es lo más importante”, sostiene. 

Estudió Artes Gráficas y Musicales en la entonces Escuela Experimental Artística -actual Liceo Experimental Artístico, administrado por la Usach-. En cuarto básico se decidió por el área musical, hasta que en segundo medio se dio cuenta que ese no sería su camino. “Amo la música, pero después de enfrentarme a compañeras y compañeros, me di cuenta de que yo era talentosa, pero no prodigiosa”, confiesa.

Además de su amor por la música, era una apasionada por entender cómo funcionan las cosas, pero desde lo más ínfimo: la célula, los órganos, el cuerpo en general, explica. “Desde niña me ha parecido una maravilla la cantidad de problemas que podríamos, eventualmente, entender como seres humanos considerando cómo funciona todo”, puntualiza.

Así fue como la Dra. Mendoza llegó al Liceo Darío Salas, donde terminó su enseñanza media, y luego ingresó a la Universidad de Santiago para estudiar Pedagogía en Química y Biología, la única carrera que en ese momento impartía el Departamento de Química y Biología cuando era parte de la Facultad de Ciencia. “Entré por Biología, pero terminé amando la Química, porque me daba la posibilidad de que mi cerebro procesara toda la información para entender, a su vez, lo que estaba ocurriendo a nivel celular, tejidos, órganos y la estructura compleja de los seres vivos”, destaca.

Desde ese momento, la química de los productos naturales se transformó en su línea de investigación, ya que conjugaba armónicamente la química con la biología, línea en la que trabaja hasta la actualidad. Tras desarrollar su tesis de pregrado, decidió continuar en el ámbito de la investigación científica. “No dedicarme a la pedagogía en el medio escolar fue una opción para desarrollarme en algo más apasionante para mí, como es la investigación”, sostiene. 

Después de doctorarse en Química y realizar una larga pasantía en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, regresó a la Usach como académica en la recientemente creada Facultad de Química y Biología. Allí conoció a las doctoras Marcela Wilkens y Milena Cotoras, con quienes comenzó a trabajar en una nueva línea de investigación que unía compuestos naturales aislados de las plantas y la microbiología. En conjunto, ganaron proyectos Fondecyt e incluso a través de un proyecto Fondef de la Dra. Cotoras se conectaron con la industria vitivinícola, mediante el desarrollo de fungicidas naturales para el control del hongo fitopatógeno Botritys cinerea.

Sin embargo, en un momento dado “con Milena nos dimos cuenta de que, si bien nos gusta investigar, la etapa de comercialización no era nuestro objetivo, por lo que continuamos otras alternativas de investigación y comenzamos a trabajar con otras fuentes de productos naturales, además de las plantas, como los hongos endófitos, línea del proyecto Fondecyt recientemente adjudicado.” 

Investigación y rol de decana

Antes de ser decana, la Dra. Mendoza se desempeñó como jefa de la carrera de Licenciatura en Química y, luego, como vicedecana de Docencia y Extensión, cargo que ocupó durante 12 años, con dos decanos distintos. Si bien sus roles en gestión, en ocasiones, hicieron más lenta su producción científica, reconoce que la dedicación y disciplina de su labor junto al trabajo en equipo con su amiga y compañera en investigación por más de 25 años, la Dra. Cotoras, la han mantenido vigente en esta área. 

En ciencia una no puede detener el trabajo, si lo haces, te quedas atrás y cuando vuelves la ciencia avanzó 100 años, porque el avance del conocimiento es tan vertiginoso y la incorporación constante de nuevas y nuevos investigadoras e investigadores ocupando el mismo nicho, complejiza el estar ausente y luego querer volver”, dice, agregando que es más difícil aun si es una mujer, pues las labores familiares tampoco se detienen. “Afortunadamente tengo un muy buen compañero de vida que ha asumido la carga familiar sin distinciones y tratamos de ser equitativos en el reparto de roles”, expresa.

En ese sentido, profundiza: “Mi familia siempre va a ser mi prioridad. No puedo decir que dejé a un lado mis roles familiares, pero también hubo que lentificar algunos procesos y entregar hasta donde una puede”, precisa.  

“Muchas veces, para avanzar en mi trabajo de investigación debo ocupar los fines de semana si es necesario. Sacrificios personales a veces, pero mucha disciplina y apoyo, mucho apoyo, ha sido la clave para mantenerme en los dos roles universitarios que actualmente ejerzo”, comenta.

Para la decana Mendoza, la organización es fundamental: “Soy muy estructurada, de mucha organización, aunque esto genera un desafío mayor, porque me frustro cuando las cosas no funcionan, por lo que tengo que buscar otra alternativa y buscar otro camino. Me caracterizo por tener varios planes por si algo no funciona, eso lo heredé de mi mamá, una mujer muy luchadora y positiva”, afirma.

Mujer y científica

Al realizar una evaluación de su trayectoria, la cataloga de compleja porque, a su juicio, hay una falta de reconocimiento, en general y a nivel nacional, hacia la mujer científica, ya que las exigencias son iguales para todas y todos. “En general, se espera que una como mujer haga de todo y lo haga muy bien. Sabemos que a nosotras lamentablemente aún, no nos miden de la misma manera”, afirma.

Esa inequidad es algo que la Dra. Mendoza conoció cuando era una estudiante de postgrado. “Mientras cursaba tanto el magíster como el doctorado, fui madre, y había docentes a quienes no les agradaba que tuviera que ir a la Sala Cuna para atender a mi hijo, que llegara más tarde a clases o solicitara una prórroga para una prueba. Estuve un par de veces por abandonar el doctorado, porque tuve experiencias tristes y vergonzosas, pero, finalmente, esto me empoderó mucho más”, subraya. 

Fue su propio desafío lo que la hizo seguir. “Mi meta era ser doctora en química y académica de esta Universidad. Siempre me ha gustado la Usach, porque su rol social no es un eslogan, es una realidad y algo que se vive día a día”, asegura.

Por eso, a las mujeres que buscan continuar una carrera científica, les aconseja nunca olvidar lo que quieren llegar a ser. “A veces la vida te muestra que el camino era distinto al que te trazaste al comienzo, pero no por eso deben olvidar su meta. Deben luchar por ella. A veces cuesta, pero no es imposible, sobre todo si están rodeadas de gente buena”, manifiesta.

Equidad de género

Dentro de sus atribuciones como decana, la académica es partidaria de incorporar más mujeres en puestos de responsabilidad, siempre respetando los procesos democráticos que hay al interior de la Facultad. “Evidentemente, en los concursos públicos de académicas y académicos medimos a todas y todos con la misma vara, es algo que deberíamos cambiar”, asume.

“Hemos avanzado, pero no lo suficiente. Tenemos muchos diagnósticos sobre brechas de género, pero es necesario pasar del diagnóstico a los hechos. No necesitamos más encuestas, porque el punto está clarísimo. Creo que la Universidad tiene la oportunidad de ser pionera en ese tema”, insiste.

Por ello, desde que asumió el decanato ha perseverado en el trabajo para acercar la ciencia a la comunidad y, principalmente, incentivar a las niñas. A partir de 2019, además de organizar las visitas de escolares, la Facultad de Química y Biología sumó visitas de colegios de mujeres con el objetivo de que puedan conversar con científicas e investigadoras. “Queremos mostrarles que una puede hacer una carrera científica y conjugarla bien con los intereses propios”, añade.

“El mundo nos dice a todas, cada día, que es difícil y ¡claro que cuesta!, pero hay una cosa más importante y es que una puede. Hay que creer en nuestras capacidades. Sé que suena simple, pero es un tremendo trabajo, porque hay que luchar contra esos paradigmas y hacerlo desde que las niñas son pequeñas y convencerlas que hay un mundo distinto al que les han mostrado”, concluye.

Dra. Mónica Imarai Bahamonde asegura que las nuevas generaciones de científicas están más conscientes de la falta de derechos

Dra. Mónica Imarai Bahamonde asegura que las nuevas generaciones de científicas están más conscientes de la falta de derechos

Bioquímica por la Universidad de Concepción y doctora en Ciencias Biológicas por la Pontificia Universidad Católica de Chile, Carmen Mónica Imarai Bahamonde, siempre fue una apasionada por la investigación científica.

Tanto es su amor y dedicación por lo que hace, que nos recibe en su laboratorio el día de su cumpleaños número 63, mientras afuera de su oficina esperan estudiantes para saludarla. Ella no se detiene y así ha sido durante toda su carrera.

Fue la primera integrante de su familia en llegar a la Universidad. Su hogar estaba compuesto de 3 mujeres y un hombre, donde las tareas y roles estaban equitativamente repartidos y asumidos. Por eso, probablemente, no duda en declararse feminista, entendiendo que esto es solo la búsqueda de igualdad de género.

Ansias de investigar 

A finales de los años 70, en Coyhaique, y sin los procesos de admisión que se conocen hoy, no hubo quién la disuadiera de su decisión de estudiar Bioquímica. “En ese tiempo, en una zona tan austral, no había acceso para ver qué hacía un bioquímico, pero en las hojas informativas que hacía la gente de las carreras, decían que hacían investigación científica y eso a mí me gustó de siempre, aunque mi mamá quería que estudiara medicina”, ríe la académica.

Con su título de bioquímica, se trasladó a la Universidad Católica en Santiago a cursar el Doctorado en Ciencias Biológicas, mención Biología Celular y Molecular. Mientras era estudiante en el laboratorio del doctor Alfredo De Ioannes -con amplia trayectoria en la formación de especialistas en inmunología-, recibió la invitación del doctor Stanley Nathenson para ser investigadora visitante en el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York. “Siempre tuve ansias de moverme, viajar y aceptar desafíos, así que, a pesar de recién estar trabajando en mi tesis de doctorado, me fui a Nueva York con mi marido y un hijo de 8 meses”, recuerda.

Su familia, amigas (os) y cercanas (os) le preguntaban cómo lo haría allá con un bebé y un esposo que no tendría trabajo. “Ahí es donde la experiencia me dice que las mujeres podemos mucho, pero si tu pareja no te apoya, no renuncia a cosas por un proyecto tuyo, no funciona, porque si hay dos, se necesita que los dos colaboren y a nosotros nos funcionó”, agrega.

De hecho, en USA, su marido, ingeniero de profesión, tuvo que desempeñarse en todo tipo de rubros, incluso en empresas de aseo. “A diferencia de lo que ocurre en Chile, en Estados Unidos hay que convalidar títulos, lo que cuesta dinero y como estudiante que vive de becas, es imposible hacer el trámite”, puntualiza la Dra. Imarai.

Luego de tres años, regresó a Chile a presentar su tesis en la PUC y en 1993 postuló a la Universidad de Santiago, donde aún trabaja como profesora titular en la Facultad de Química y Biología, cuya línea de investigación es la inmunología. Además, lleva cerca de seis años en el cargo de directora del Centro de Biotecnología Acuícola.

Trabajo, dedicación y pasión

Como “llena de desafíos y de cosas que al promedio de la gente le puede dar miedo”, califica la académica su camino para ser una científica. “Yo también tuve miedo, pero el background familiar me decía que había que aceptar los desafíos, que no era una casualidad que se me presentaran, que había algo que ver y que decir”, sostiene.

“Y no me ha ido mal, pero claro, eso ha significado mucho trabajo, dedicación y pasión (…) En ciencia hay mucho esfuerzo y muchas horas de dedicación. Somos de las pocas áreas donde una tiene un puesto, te pagan tu sueldo, pero no te dan fondos para trabajar, la plata te la debes ganar a través de un concurso, entonces es bien desafiante. Hay que tener mucha tolerancia a la frustración para salir adelante”, indica. 

-Como mujer, ¿cuál ha sido el mayor de los obstáculos en su carrera científica?

-Más que en la investigación, los obstáculos han estado en la administración. En investigación, mi carrera se parecía a la de un científico hombre, porque arriesgué mucho y porque recibí el apoyo de mi pareja cuando era el momento. Eso claramente hizo una diferencia, pero en el sistema de administración fue difícil, porque antes no existían los criterios de ahora para evaluar tu currículum. No se consideraba si la mujer tenía hijas (os), por ejemplo. Nada era de igual a igual, ahora hay avances, al menos.

Por otro lado, cuando predominaban los hombres en un ambiente, era necesario sacrificar. Te pongo el caso que ellos agendaban reuniones de camaradería después de las 6 de la tarde. Si bien yo me quedaba hasta la hora que fuera, eso tiene un costo importante y tuve que sacrificar asuntos familiares como no lo hacen normalmente, en igualdad de condiciones, los hombres y las mujeres, para estar a la altura y en la conversación. Y yo quería estar en la conversación, porque si no estás, tampoco vas a estar en la toma de decisiones”.

He escuchado a investigadoras de mi época decir que nunca sintieron discriminación. ¿Por qué no? Porque ellas… porque todas nos tuvimos que comportar como hombres, por eso no lo sentimos. Pero ahora como sociedad debemos salvar nuestras diferencias, y por eso es tan importante sentar a hombres y mujeres en paridad, para entendernos con nuestras diferencias.

Avances

La académica cree que, en el ámbito científico, se ha avanzado bastante en equidad de género y se están implementando medidas para incentivar la carrera científica, pero falta todavía. En esa línea, dice que es fundamental recuperar la brecha, porque, por ejemplo, si actualmente en su Departamento y en el Centro donde trabaja se jubilaran las científicas en edad de hacerlo, casi no quedarían mujeres.

“Si tú te preguntas qué pasó, pienso que entre mi generación y las que vienen, las mujeres no sacrificaron tanto porque vieron que no valía la pena”, subraya. “Creo que hoy las (os) jóvenes trabajan más para ganarse el pan y no para llenar sus sueños. Alguien les metió en la cabeza que deben estudiar para ganar plata, entonces se ve menos pasión. También tiene que ver con que son más conscientes de la falta de derechos, probablemente”, reflexiona.

Como ya lo ha mencionado, la Dra. Imarai reconoce que sacrificó momentos familiares por su trabajo como investigadora. “No estaba con mis hijos como la mayoría de las mujeres porque como científica, quería tener las mismas posibilidades que mis compañeros. Era su papá el que los llevaba al médico, por ejemplo”, aclara.

Ahora, con dos hijos ingenieros y una hija que cursa psicología, es lógico preguntarse porqué ninguno de ellos siguió el camino de las ciencias. “Creo que los tres resienten, al verme por tanto tiempo a mí, el que la investigación demande tantas horas de dedicación al trabajo, y es algo que actualmente no aconsejo a mis estudiantes, porque me arrepiento de haberle quitado a mis hijos horas con su mamá”, expresa.

Sin embargo, alerta que no se trata de un desincentivo, sino que “digo que para ser científica o científico hay que amar las ciencias. Es una pasión. Hay tanta frustración de por medio, que te debes llenar de alegría con los éxitos que logras para afrontar los momentos difíciles”, sentencia.

Por eso, su mensaje para las mujeres que quieren seguir el camino de las ciencias es claro: el foco es seguir sus sueños, no importa cómo. “La historia está llena de personas que han seguido adelante con lo que buscan y desean lograr en su carrera profesional o para la sociedad. Si una se da por vencida antes de iniciar o en la mitad, no llega”, puntualiza.

“Nos han impuesto la idea que la sociedad tiene que estar hecha a nuestra medida, pero eso no es así. Todas las personas debemos trabajar para lograr lo que queremos. Y guardando este equilibrio de no sacrificar lo esencial, se llega”, remarca.

En ese recorrido, insiste la Dra. Imarai, no hay que dejar de alzar la voz por lo que no es justo o equitativo. “Hay que seguir predicando, seguir manifestándose. Eso es parte de lo que hay que hacer junto con seguir sus sueños. No hay que abandonar los sueños. Una es tremendamente infeliz si los abandona”, concluye.

Dra. Carolina Aliaga Vidal, directora Dicyt: “Quiero que mi sello sea el apoyo a investigadoras e investigadores por igual”

Dra. Carolina Aliaga Vidal, directora Dicyt: “Quiero que mi sello sea el apoyo a investigadoras e investigadores por igual”

La Dra. Carolina Aliaga Vidal es profesora de Química y Ciencias Naturales por la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación; magíster en Química por la Universidad de Chile y doctora en Química por ese mismo Plantel. Ingresó a la Usach en 2005, luego de permanecer cinco años en Canadá realizando un postdoctorado en la Universidad de Ottawa y trabajar como investigadora asociada en esa institución.

Como académica de la Facultad de Química y Biología, se ha dedicado a formar estudiantes de licenciatura, magíster y doctorado, además de futuras/os investigadoras/es. Ha desarrollado continuamente proyectos del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt), actividad que la llevó en 2009 a formar parte de los grupos de estudio de química para ese concurso de financiamiento y, en 2014 al Fondo de Equipamiento Científico y Tecnológico (Fondequip), que había sido inaugurado un año antes y donde pudo contribuir para fundar las bases del sistema de adjudicaciones de equipamiento para la investigación nacional.

Desde agosto del año pasado, la Dra. Carolina Aliaga asumió la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt) de la Usach, primer puesto directivo que ocupa al interior de nuestro Plantel. Ha mantenido una agenda ajustada, sin embargo, pudo conmemorar el 8M junto a investigadoras y al equipo administrativo de la Vicerrectoría de Investigación, Innovación y Creación, en un encuentro donde varias colegas compartieron sus experiencias y declamaron su apoyo para que más investigadoras puedan desarrollar su labor. Tras eso, la Dra. Aliaga abrió su calendario para conversar y dar a conocer sus puntos de vista en Usach al Día.

Tengo el orgullo de haber sido formada por científicas y científicos muy relevantes en el contexto nacional e internacional. Son referentes todas ellas y ellos”, comenta con entusiasmo agregando que el recorrido para convertirse en científica ha sido muy satisfactorio, “porque me ha permitido desarrollarme profesionalmente, siempre acompañada y supervisada en las primeras etapas. Luego, eso me dio un impulso y desarrollé un currículum muy bueno con el que tuve la oportunidad de insertarme en esta Institución como académica, lo que también es un orgullo”, señala.

Sin embargo, reconoce que hubo obstáculos que debió sortear para convertirse en una reconocida investigadora y, si bien estos fueron muchos, era tan grande su impulso por aprender, por entender y por desarrollar ciencia, que no reparó en todas las barreras y dificultades. “Vas sorteando el devenir por cumplir el rol femenino dentro de la sociedad. Afortunadamente hoy hay medidas con perspectiva de género para las investigadoras”, sostiene recordando que durante mucho tiempo para las científicas el camino fue difícil, por la demanda de energía y dedicación, y se veían, por ejemplo, en la necesidad de renunciar y/o postergar la maternidad.

¿Cómo apoyar a las mujeres en ciencia?

Para la Dra. Aliaga, es fundamental crear más masa crítica. “Esto es lo único que va a llevar a aumentar el número de mujeres científicas. Soy una convencida que es un tema de formación, educación y visión, las que deben ser equitativas, formando desde las primeras etapas de la vida por igual”, indica.

“La equidad de la educación, y cómo se hace esta dentro del aula, va desde el prekínder, desde los primeros años, ya que hombres y mujeres deben ser tratados por igual en el acceso al interés por la formación”, continúa. “Hay estudios que afirman que los profesores y profesoras, cuando hacen matemáticas, miran por más tiempo a los hombres que a las mujeres. Esos detalles van alimentando la discriminación en el área formativa científica”, dice.

La doctora en Química asegura que, si bien celebran el aumento de las tasas de ingreso de mujeres a las ciencias, cabe preguntarse cómo ellas terminan las carreras. “Ahí es donde empiezan a producirse las diferencias, porque las mujeres tenemos que comenzar a asumir otros roles justamente en esta etapa formativa profesional. Es la etapa donde la mujer debe asumir roles de cuidado”, manifiesta.

En la medida que los hombres asuman instancias de cuidado, el panorama puede cambiar, porque “las mujeres sabemos que, si queremos formar una familia o tener hijas/os, nuestras carreras serán más débiles”.

En esa línea, añade que es la sociedad la que debe decidir si quiere tener el talento femenino a disposición del desarrollo de la ciencia o no, porque al dejar sólo al género femenino el tema de los cuidados, se pierde la capacidad laboral de las mujeres. “De acuerdo con nuestras estadísticas, la Usach cuenta con un 27% de investigadoras activas, versus un 73% de hombres. Estamos con un déficit de un 23% de talento fuera de carrera. ¿Qué está pasando con ese porcentaje? Es algo en lo que debemos trabajar”, insiste.

“Esta no es una competencia por ser más; es solo acceso a la igualdad, ni más ni menos. Y más allá de incentivar a las mujeres a seguir la ciencia, hay que enseñar a los hombres a asumir sus roles”, sentencia la directora de la Dicyt. 

Trabajo y apoyo

La Dra. Aliaga reconoce que, al aceptar el cargo de directora, tenía la intención de dedicar tiempo compartido al trabajo en la Dirección y al de su laboratorio de investigación, pero no ha funcionado así. No obstante, asegura contar con un gran equipo que la apoya desde que comenzó este desafío. 

Claramente extraño dedicarle tiempo completo a mi trabajo en el laboratorio, pero este cargo es muy atractivo. Estoy en esta Universidad desde hace 16 años y, como investigadora, conozco bien el accionar. Esta vez tengo la oportunidad de estar tomando decisiones para mejorar todo aquello que siempre quise” remarca.

La investigadora subraya que la oportunidad de impactar a una comunidad “siempre será más atractiva y espero hacerlo de forma positiva (…) Hemos tomado acciones para que los fabulosos equipos de investigadoras e investigadores que tiene la Usach se luzcan, tengan más apoyo y se desarrollen”.

“Me estaba yendo muy bien como científica, sigo teniendo el reconocimiento nacional e internacional, pero la opción de impactar una comunidad como la de la Universidad de Santiago, es tanto más atractiva, porque soy la más feliz cuando las investigadoras e investigadores publican, comunican, crean redes y relevan el nombre de este Plantel. Conozco eso y me siento afortunada de tener la posibilidad de crear más políticas en apoyo a esas acciones desde la Dicyt”, confiesa.

Hasta ahora, la académica evalúa gratamente la experiencia como directora, ya que, además, destaca que el equipo humano que la acompaña es muy experto. “Son personas que conocen muy bien su trabajo, entonces yo vengo a aportar conociendo las necesidades de las/os investigadoras/es. En el equipo, sabemos hacer todo, así que la idea se implementa rápido y se gestiona. Y si bien estoy con una alta demanda de trabajo, lo hago con mucho gusto”, resalta.

Por último, la Dra. Aliaga se refirió al sello que busca imprimir a su gestión. “Quiero que mi sello sea el apoyo a investigadoras e investigadores por igual. Nuestra idea es crear instrumentos con perspectiva de género, implementarlos prontamente, apoyar a investigadoras e investigadores por igual, la creatividad de nuevos proyectos estratégicos, que se luzca la productividad, que esta sea más eficiente también, porque el presupuesto siempre es acotado y el objetivo es ser más eficientes”, concluye.

Vicerrectora Angélica Larraín: “Queremos imprimir un sello de una cultura centrada y enfocada en el ser humano y las personas”

Vicerrectora Angélica Larraín: “Queremos imprimir un sello de una cultura centrada y enfocada en el ser humano y las personas”

Desde enero pasado, la Universidad de Santiago de Chile cuenta con una nueva estructura orgánica institucional, que considera la creación y puesta en marcha de la Vicerrectoría de Calidad de Vida, Género, Equidad y Diversidad. De acuerdo con la Resolución N°1 del 1 de enero de 2023, dependen de esta nueva Unidad la Dirección de Género, Equidad y Diversidad; el Departamento de Inclusión y Derecho a la Diferencia; el Departamento de Promoción Integral de la Salud; el Departamento de Bienestar; y el Departamento de Protección de Derechos y Clima Laboral.

Así, el 28 de febrero, a través de un comunicado, el rector Dr. Rodrigo Vidal Rojas, informó que la matrona y magíster en Salud Pública, Angélica Larraín Huerta, ocuparía el cargo de Vicerrectora de Calidad de Vida, Género, Equidad y Diversidad. Desde el 1 de marzo, la nueva autoridad ha estado dedicada completamente a reclutar a las y los profesionales que la acompañarán en esta labor. Así lo contó cuando fue entrevistada para Usach al Día. 

- ¿Qué significa para usted ser la primera vicerrectora de Calidad de Vida, Género, Equidad y Diversidad?

- “Al ser una Vicerrectoría que no tiene precedentes a nivel nacional, este cargo es un gran desafío, ya que debemos movilizar estructuras y producir grandes cambios, pero estos van a impactar la calidad de vida de las personas y ese es el objetivo. Sin embargo, independientemente de que sea un gran desafío, también es una tremenda oportunidad porque nuestra comunidad, tanto interna como externa, se encuentra en un proceso de cambio y ese proceso, operativamente, nos requiere y exige modificar la forma en que nos estamos relacionando. Nosotras/os vamos a lograr los objetivos de esta Vicerrectoría trabajando entre todas y todos, y eso me tiene contenta y muy agradecida”.

La vicerrectora Larraín señala que, entre varios otros objetivos, se trabajará fuertemente en la igualdad de género a nivel de todos los componentes de la Institución y de la comunidad universitaria, “a través de la generación, seguimiento y mejora de políticas que ya se han establecido a nivel institucional. Tenemos que generar estrategias que consoliden estas políticas”, -dice- porque si no, los avances se transforman en letra muerta. Junto con esto, se implementarán medidas efectivas contra la violencia de género con el correspondiente acompañamiento para las víctimas, además de una investigación, sanción y reparación cuando corresponda. 

En este tema, justamente, uno de los desafíos de la Vicerrectoría es promover e implementar la Política de Igualdad de Género, que fue lanzada en noviembre del año pasado, “tenemos que difundirla de forma transversal a nivel de todos los estamentos: tanto académico, administrativo, de asociaciones gremiales, federaciones, etc. Y hay que trabajar de forma colaborativa con todos ellos, interdisciplinariamente, favoreciendo un análisis crítico, pero a la vez respetuoso, con un enfoque de derecho, que permita que se establezca la institucionalidad”, indica.

Angélica Larraín destaca que “nuestra Institución tiene un gran avance”, ya que durante la última década “hemos trabajado en temáticas de género de manera rigurosa, lo que fue posicionando a nuestra institución y ha hecho que sea un plantel pionero en género y diversidad, liderando actividades que dieron fruto al Protocolo contra el Acoso, la Discriminación y la Violencia de Género en 2017”. 

Recuerda que un año después, se creó la Dirección de Género, Equidad y Diversidad, permitiendo en 2019 el desarrollo del Protocolo de Política Institucional de prevención, sanción y reparación. El camino continuó en 2021 con la implementación del proceso de diagnóstico de las relaciones de género “y el trabajo potente que realizó la Comisión Institucional de Género y Diversidad que vamos a seguir trabajando durante este año junto a la Comisión del Gobierno Central y la misma comisión”, menciona. Sin embargo, ve con claridad que, aunque se ha avanzado mucho, “todavía tenemos mucho por hacer para alcanzar la igualdad sustantiva de género”.

- ¿Cuál es el sello que quiere imprimir en esta nueva Vicerrectoría? 

- “Nosotros lo que queremos es imprimir a esta vicerrectoría un sello de una cultura centrada y enfocada en el ser humano y las personas. Esto tiene que ser trabajado de forma transversal, no solo es pensar en que las y los integrantes de la comunidad son importantes, sino que preocuparse y ocuparse de las personas. Ese es un vuelco en la mirada. No solo es escribir en un texto que las personas son importantes, sino ocuparnos de ellas, trabajar en forma colaborativa, tener consciencia que las interrelaciones son relevantes y, obviamente, para lograrlo debemos encaminarnos en el desarrollo de una cultura organizacional preventiva, donde es esencial que los objetivos que nos planteemos y las acciones a implementar sean trabajadas colaborativamente por la comunidad. Si no trabajamos así, no vamos a lograr el objetivo”. 

La autoridad sostiene que “es importante relevar las temáticas de género, diversidad e inclusión en todos los aspectos de la vida universitaria”, eso significa “fomentar la transversalización desde la institucionalidad, la formación de pregrado, postgrado, en la formación y capacitación de los distintos estamentos”. 

En este camino que comienza a cargo de la Vicerrectoría de Calidad de Vida, Género, Equidad y Diversidad, Angélica Larraín indica que desarrollarán “acciones de promoción y prevención, también de forma colaborativa. Tenemos que trabajar con las Facultades, unidades académicas, Escuelas, Departamentos, estamentos, asociaciones gremiales, federaciones”.

A su juicio, los avances y el trabajo deben ser previos, para generar el cambio cultural que busca prevenir actos que afecten la calidad de vida de las personas. Desde su actual cargo indica que hay que generar iniciativas para fomentar un cambio cultural y no seguir reaccionando a estas temáticas, porque “si seguimos en esta senda, estamos llegando tarde”, concluye. 

Investigadora de la Usach trabaja en aplicación de herramientas informáticas en el sistema educativo chileno

Investigadora de la Usach trabaja en aplicación de herramientas informáticas en el sistema educativo chileno

Luz Chourio Acevedo es ingeniera de Sistemas y magíster en Educación mención Informática y Diseño Instruccional por la Universidad de Los Andes, Venezuela. Tras más de una década trabajando en un centro de investigación y desarrollo de tecnologías sintió la necesidad de seguir especializándose y optó seguir por la línea de la aplicación de la informática en entornos educativos.

En su búsqueda de universidades en países de la región, descubrió el buen posicionamiento de los planteles chilenos en los rankings mundiales, pero fue el nuestro el que consiguió llenar sus expectativas. “Me decidí por la Usach, porque había espacio para la investigación aplicada y un equipo trabajando en el área educativa, que era a lo que me quería dedicar. Además, esta Universidad ofrecía la Beca de Excelencia para Extranjeros, a la cual postulé y gané”, destaca.

Al ingresar al Programa de Doctorado en Ciencias de la Ingeniería mención Ingeniería Informática, se integró al laboratorio de investigación InTeractiOn del Departamento de Ingeniería Informática.

Ha colaborado en distintas publicaciones, tanto antes como después de comenzar el programa, incluyendo participaciones en congresos con proceedings indexados en Scopus y artículos sometidos a revistas de alto impacto WoS.

Experiencia Usach

Estudiar un postgrado en la Universidad de Santiago ha sido una gran oportunidad de complementar su formación. “He conocido a excelentes profesionales y he podido iniciar procesos de formación de manera colaborativa”, destaca agregando que “ha sido un proceso con grandes aprendizajes a nivel personal, académico y profesional”.

Si bien asegura que entre lo más difícil del Doctorado está la lejanía de su familia, su país y su hogar además del nivel de exigencia del programa, este costo se ve compensado con la calidad humana y académica que ha encontrado en la Usach y en cada una de las personas que integran el Departamento de Ingeniería Informática.

También remarca el hecho de contar con los beneficios que otorga la Universidad, como becas y casino, así como la posibilidad de participar en eventos nacionales e internacionales y la facilidad que le entrega para dedicarse a su trabajo de investigación.

Alfabetización informacional y educación

Actualmente, Luz trabaja en su tesis, cuya línea tiene que ver con los problemas en torno a la alfabetización informacional, reconocida a nivel mundial por su carácter crítico en el desarrollo de sociedades informadas. “Durante mi formación de postgrado he focalizado mis esfuerzos en la investigación del contexto educacional. En una sociedad altamente tecnologizada, cualquier desarrollo en este ámbito, que pueda ser usado como herramienta en este dominio debe ser estudiado de manera responsable con el fin de evaluar sus ventajas y desventajas”, señala. 

Agrega que “me parece importante evaluar las bondades y riesgos de esta investigación con el fin de buscar el bienestar en la vida de otros, sobre todo de niñas y niños en plena formación”.

La investigadora señala que “en particular, la alfabetización informacional en Chile es un área deficitaria en materia educacional. En Finlandia, por ejemplo, es reconocida como una competencia cívica que debe desarrollarse desde temprana edad”.

Los resultados de estas investigaciones, insiste, podrían llevar eventualmente al diseño de políticas públicas orientadas a mejorar la formación primaria y secundaria, pudiendo incluso trascender el contexto local. “Yo espero contribuir investigando y trabajando en la aplicación de herramientas informáticas en el sistema educativo chileno que propicien el desarrollo de competencias informacionales, tomando en cuenta las brechas de género y socioeconómicas”, indica.

Por otra parte, la profesional espera generar conocimiento en la aplicación de herramientas para la búsqueda y recuperación de información aplicada en el ámbito educativo; así como la formación de futuros profesionales vinculados a sus líneas de investigación en informática.

Actualmente Luz trabaja en su tesis, específicamente en la fase de recolección de datos, diseño de las herramientas informáticas y en la sistematización. Esto mientras imparte clases dentro de su unidad académica.

De manera complementaria, coordina un programa de apoyo a estudiantes de pregrado en el proceso de inserción a la vida universitaria y de apoyo académico. A su vez, ha coguiado trabajos de tesis de pregrado en Ingeniería Informática, así como en comisiones de evaluación de tesis. 

Ante relajo de medidas de protección virólogo Usach advierte que la pandemia no ha terminado

Ante relajo de medidas de protección virólogo Usach advierte que la pandemia no ha terminado

Preocupación existe en el mundo por el levantamiento de restricciones que realizó China en el marco de su estrategia frente al COVID-19. El relajo de medidas podría significar que, en tres meses, el número de contagios aumente de manera brutal.

“Se estima que, en los próximos 90 días, el 60% de la población china tendrá Coronavirus, es decir, el 10% de la población mundial, lo que se traduce en un incremento de la transmisión y circulación viral, además de aparición de cepas probablemente más virulentas”, sentenció el académico de la Facultad de Química y Biología, Dr. Marcelo Cortez San Martín.

El experto sostuvo que, si a lo anterior se suma la llegada del verano en nuestro país, los viajes por turismo y el movimiento de personas entre países, es altamente probable que se produzca una ola de contagios como la ocurrida en enero de este año por la variante ómicron.

“Por eso es necesario reinstalar las medidas de bioseguridad que teníamos en la Universidad, como el lavado de manos, el uso de mascarillas en espacios cerrados y laboratorios prácticos, e insistir en que la comunidad se ponga al día con sus vacunas”, puntualizó.

El académico recordó que el Plantel cuenta con servicio de análisis de muestras para diagnóstico de COVID -19 en la comunidad interna. “Somos la única Universidad que tiene el servicio gratuito para todos los estamentos y no solo funcionarias y funcionarios, el estudiantado debe saber que puede utilizar este servicio para evitar brotes dentro del Campus”, añadió.

Al mismo tiempo, el Dr. Cortez hizo énfasis en promover la vacunación contra la influenza que “también está pegando fuerte porque se desplazó todo el esquema habitual de los virus respiratorios”.

En esa línea, subrayó que todas y todos los integrantes de la comunidad Usach que presenten síntomas atribuibles al virus, pueden acudir al Centro Médico a tomarse muestras. De esa manera no solo van a resguardar a todas y todos los miembros, sino que también a sus familiares.

Guardia baja

El académico también fue crítico del relajo de las medidas de autocuidado en la comunidad usachina, asegurando que “estamos con la guardia baja, descuidados en general, por tanto, es necesario recordar que la pandemia no ha terminado, que todavía hay personas falleciendo en nuestro país y que la Usach, al ser tan grande, debe contribuir a evitar la circulación tan libre del virus”.

“Creo que como Universidad estamos al debe. Hemos dejado de lado la preocupación y hay que retomar la cautela para evitar los contagios intrauniversitarios al menos”, afirmó el Dr. Cortez.

Por ello, indicó que el uso de la mascarilla en espacios cerrados y en lugares donde hay aglomeración, así como en el transporte público, es una de las medidas que la comunidad debe retomar. “Debemos ser responsables, recordar las medidas y poner en alerta a la población, sobre todo, en la época estival donde nos relajamos, viajamos, nos reunimos”, enfatizó.

Quienes aún no han completado sus esquemas de vacunación pueden acudir a los vacunatorios del Minsal para inmunizarse y evitar contagios que echen a perder las vacaciones (aquí puedes ver el calendario vigente). 

 

Michelle Lacoste: “Estudiar el Magíster en Estudios Internacionales era una excelente manera de complementar mi formación”

Michelle Lacoste: “Estudiar el Magíster en Estudios Internacionales era una excelente manera de complementar mi formación”

Con el título de profesora de grado universitario en Historia por la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina en 2013, Michelle Lacoste Adunka llegó a nuestro país buscando oportunidades de continuar estudios de postgrado. 

Fue así como optó por el Magíster en Estudios Internacionales de la Universidad de Santiago de Chile. “Quise estudiar este Magíster porque era una excelente manera de complementar mi formación de pregrado en Historia”, señaló. 

Agregó que luego de estudiar en Mendoza (Argentina) “continuar mi carrera académica en Chile, me permitiría ampliar mi perspectiva, conocer nuevos enfoques de análisis y ampliar mis redes profesionales”.

La profesora cuenta que optó por la Usach “por su reconocimiento en los rankings de calidad, por su excelente cuerpo académico y por su tradición en la defensa de los derechos humanos e inclusión social”.

Con su tesis titulada “La relación económica entre Chile y Perú (1824-1865): De la competencia a la integración”, cuyo profesor guía fue el académico Dr. César Ross, aprobó el programa de postgrado con distinción máxima en 2018 y su trabajo recibió el Tercer Premio “Aníbal Pinto Santa Cruz” (2019), de la Asociación Chilena de Historia Económica. Este galardón reconoce a la mejor tesis de magíster de historia económica de Chile.

Sello distintivo

Para Michelle, el programa de Magíster en Estudios Internacionales se caracteriza por la interdisciplinariedad de su cuerpo académico, las posibilidades concretas de integrarse en equipos de investigación y de conectarse con compañeros de clase que tienen un alto potencial tanto académico como profesional.

“Por ejemplo, y específicamente de mis compañeras/os de clases, uno es actualmente diplomático, otro está haciendo su doctorado en China y otra estuvo trabajando en la ONU en Ginebra”, detalla. 

De su paso por la Usach, la docente y actual candidata a doctora en Historia destaca la oportunidad que el Plantel le ofreció de participar en el Nacional Model United Nations, en Nueva York. 

“En ese lugar compartimos con estudiantes de todo el mundo y fuimos destacados por nuestro excelente desempeño”, añadió. Junto con esto, destacó  la oportunidad de participar de un equipo de investigación con compañeros de clases, y que tuvo como resultado la publicación de dos libros.

Actualmente Michelle es docente en la Universidad San Sebastián, mientras realiza su doctorado en Historia en la Pontificia Universidad Católica de Chile y una pasantía de investigación en la Universidad de Yale. 

En esa línea, apuntó que el Magíster le entregó las herramientas para aprender a desarrollar una tesis rigurosa. “Esto me abrió puertas a nivel académico y profesional, tanto en la medida que publiqué mi primer libro, como que fui aceptada en todos los programas de doctorado a los que postulé, incluyendo el Colegio de México”, resaltó.

A su vez, le permitió tener experiencia en Modelos de Naciones Unidas y aprovechar esto para desarrollar el mismo proyecto con sus estudiantes en la Universidad San Sebastián, llevando un grupo de estudiantes de Derecho e Ingeniería a participar en el National Model United Nations en Nueva York en 2019.

Consejero representante de estamento docente busca incorporar más profesoras/es por hora en Bienestar

Consejero representante de estamento docente busca incorporar más profesoras/es por hora en Bienestar

Este año hubo renovación entre los Consejeros de Bienestar del Personal para formar parte del Consejo General de Administración de la Unidad desde agosto 2022 hasta julio 2024. 

Académicas/os y profesoras/os por hora; administrativas/os, profesionales, médicas/os y dentistas; y auxiliares y técnicas/os fueron los tres estamentos representados en dicha instancia. José Manuel Flores Poblete resultó electo para representar al estamento de académicas/os y profesoras/es por hora. 

El profesor de Estado por la UTE e ingeniero comercial por la Usach se desempeña como académico por hora en la carrera de Tecnología en Telecomunicaciones del Departamento de Tecnologías Industriales de la Facultad Tecnológica.

“Esta Universidad me entregó todas las herramientas para ser quien soy y es por este motivo que, como ingeniero y profesor de Estado, volví a mis raíces”, subrayó el docente acotando que regresó a la Usach hace cerca de 16 años.

Motivado por los valores que, a su juicio, encarna el nuevo gobierno universitario y los cambios propuestos, se presentó como candidato para ser el consejero representante del estamento de académicas/os y profesoras/es por hora.

“El tema de Bienestar es algo que me preocupa, porque en cualquier organización es una herramienta que tiene la Alta Dirección para mejorar el clima laboral”, destacó el también miembro del Comité de Defensa y Recuperación del Cobre.

Entre los puntos que busca fortalecer, está la gestión comunicacional y la incorporación de más académicas/os por hora en la Unidad. “Nosotros somos más de 2.200 profesoras/es y las/os inscritas/os no son más de 200 personas, entonces ahí hay algo que está fallando, porque hay mucha gente marginada de los beneficios”, explicó

Además de sus propuestas, el académico vio en Bienestar una oportunidad para que estudiantes de la carrera donde ejerce como docente, realicen prácticas. Esto fue aceptado por la jefatura de la Unidad, por lo que actualmente hay un memorista y 3 practicantes trabajando en este lugar. Este plan piloto consiste en hacer análisis y diagnósticos al detalle. “Queremos ver qué aporte podemos hacer en esta área”, aseguró el académico.

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