Experto propone eliminar el carbón para erradicar los altos niveles de contaminación en Coyhaique

A partir de una investigación realizada por el académico del Departamento de Física de nuestra Universidad, Dr. Patricio Pérez Jara, se determinó que algunos de los niveles promedio de contaminación en Coyhaique son superiores a los registrados en Beijing, una de las urbes con mayor toxicidad ambiental en el mundo.
De las conclusiones que se desprenden de la investigación, destacan que ambas urbes, presentan material particulado fino (Mp 2,5) en el aire, de alta peligrosidad para la salud

De las conclusiones que se desprenden de la investigación, destacan que ambas urbes, presentan material particulado fino (Mp 2,5) en el aire, de alta peligrosidad para la salud. Por ejemplo, el grado de polución en la localidad asiática, es equivalente a que todo el año se mantuviera en preemergencia. Por su parte Coyhaique no se queda atrás, pues su período más álgido  que es el invierno, es similar, distribuida durante un año, a una alerta ambiental permanente.

El promedio de material particulado fino del periodo otoño/invierno en Beijing alcanzó 112 microgramos por centímetro cúbico, mientras que en Coyhaique 91, lo que es “altísimo” según el Dr. Pérez, quien repara en que las emanaciones diarias promedio (82 para la ciudad asiática y 53 para nuestra ciudad austral), superan con creces las recomendaciones propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“Estos niveles son altísimos, porque hay que considerar que el valor recomendado por la Organización Mundial de la Salud  (OMS) para el promedio diario es de 25 microgramos por centímetro cúbico”, sostiene.

El experto afirma que la comparación de datos entre ambas urbes demostró que nuestro país no está muy distante de los lugares del planeta reconocidos por mantener los peores niveles de contaminación. Además, que el problema no radica solo en Santiago, ciudad que tradicionalmente ha concentrado la atención en materia de contaminación atmosférica.

“Eso es preocupante, porque esta situación estuvo escondida. Hace algún tiempo atrás, se creía que Santiago era la peor, sin embargo a medida que ha habido datos y se realizan mediciones, hemos comprobado que ciudades como Coyhaique están mucho más contaminadas que Santiago”, enfatiza el investigador.

Medidas

El Dr. Pérez reconoce que el ministerio del Medio Ambiente ha tomado medidas para combatir el problema y que se ha logrado una reducción de 10 por ciento, aunque los niveles del 2015 fueron bastante altos y generaron un número de emergencias ambientales promedio cercanas a las de Beijing.

El académico cree que las políticas implementadas apuntan al largo plazo, por lo que se necesitarán muchos años para lograr una disminución considerable. Para acelerar el proceso, se debe entender que el camino no está por impulsar la utilización más eficaz de la leña, sino erradicarla definitivamente, subraya el físico.

“Si se sigue pensando que el camino correcto va por mayor eficiencia en el uso de la leña, creo que no es la solución. Aunque se norme el uso de este combustible natural, igual resulta un contaminante altamente significativo y por eso está prohibido en Santiago”, enfatiza.

Agrega que “en definitiva la solución pasa porque en Coyhaique se deje de usar la leña como sistema de calefacción, dado que el 94 por ciento de la contaminación proviene de esta fuente. Al cambiar por un sistema de combustión más limpia, se acabaría las emanaciones tóxicas en Coyhaique,  permitiéndonos llegar a niveles bajísimos”, sostiene.

Una decisión política

Insiste el experto que la concreción de tal planteamiento depende de una decisión netamente política, porque esta ciudad del sur de nuestro país reúne las condiciones necesarias, para implementar un plan piloto que cambie las fuentes de calefacción.

“Coyhaique es una ciudad con un poco más de 60 mil habitantes, y precisamente el hecho de ser pequeña se prestaría para hacer un plan piloto que consistiera -simplemente- en reemplazar toda la calefacción a leña, por una limpia que podría ser a electricidad o gas natural. Hacer eso tendría un costo de siete millones de dólares anuales, lo que representa un valor bajísimo”, complementa.

El experto puntualiza que la implementación de tal medida, y al comprobarse sus beneficios, sería un incentivo relevante para adoptar soluciones similares en otras urbes que presentan el mismo problema, como Temuco, Talca y Chillán, entre otras.

Lo importante para el perito es que sociedad y autoridades entiendan que el carbón es la verdadera fuente de contaminación, porque sus emanaciones representan el 94 por ciento y que para revertir la situación, es prioritario “adoptar una acción drástica para definitivamente reemplazar esta forma de calefacción”, concluye.

Autor: 
Fernando Abarca Back