Investigadores del Departamento de Ingeniería Química desarrollan secador híbrido solar con alta proyección en sector agroindustrial

  • Permite deshidratar, entre otros, ciruelas, duraznos y tomates, utilizando como base la energía solar. De este modo, el deshidratador contribuirá a disminuir las emisiones de CO2, y economizar recursos en un país altamente dependiente en materia energética.


Los investigadores del Departamento de Ingeniería Química de la U. de Santiago, Alejandro Reyes, Valeri Bubnovich, Andrea Mahn y Francisco Cubillos, ya comienzan a cosechar resultados positivos tras adjudicarse en 2011 un proyecto Fondecyt con su innovadora idea de un secador híbrido-solar con capacidad para secar productos agrícolas.

El proyecto se perfila como una gran contribución para Chile, un país altamente dependiente en materia energética y en un contexto global de calentamiento climático, dado que el uso de fuentes de energía renovables, como la solar, disminuye las contaminantes emisiones de CO2.

En específico, para el secado de agro-productos como tomates, duraznos o champiñones, se estima que se emiten entre 0.7 y 1.5 Kg de CO2 por cada kilo de productos deshidratados, dependiendo del combustible que se use. Esas emisiones se verían considerablemente reducidas con la innovación de este equipo del Departamento de Ingeniería Química.

El académico de la U. de Santiago, Doctor en Ciencias de la Ingeniería Química y jefe del proyecto, Alejandro Reyes, dice sentirse muy satisfecho tras los resultados que este proyecto inédito está obteniendo.

“Hace unos seis meses enviamos un texto a una revista internacional ISI y ya está publicada”, señala Reyes, y agrega que “en el contexto de este proyecto se están formando profesionales y postgraduados que tendrán el conocimiento de una tecnología poco utilizada en el país a nivel industrial y que en Chile tiene un gran potencial”.

La creación de este sistema de secado de agro-productos, que soporta una carga de hasta 25 kilos, como toda innovación no estuvo exenta de dificultades, las que con trabajo de equipo se fueron solucionando.

El jefe del proyecto comenta que “tuvimos que instalar todos los equipos en el techo del laboratorio, contratamos un sistema de grúas para que trabajaran en un sector que es bien inaccesible porque está lleno de cables eléctricos y árboles. Siempre hay problemas, pero con esfuerzo los fuimos corrigiendo”.

Entre los otros beneficios que implica la innovación, Reyes cuenta que, a la fecha, se han finalizado dos tesis de Magíster, mientras otras dos están en curso. Estas investigaciones han abordado la parte experimental (deshidratado de champiñones, tomates y duraznos) y la modelación del proceso.

La realización de estos estudios ha permitido tener aprobada una publicación internacional, Energy Conversión and Management, y otros trabajos aceptados para congresos internacionales.

Los resultados del proyecto permitirán evaluar la factibilidad técnica y económica del proceso en estudio,  evaluar parámetros de calidad de los productos deshidratados y compararlos con procesos convencionales de secado. Asimismo, con la información recopilada se determinaran parámetros característicos del secado, útiles para la modelación y simulación del proceso de deshidratación.

En cuanto a las posibilidades futuras del secador híbrido-solar, Reyes opina que una vez concluido el período de este proyecto, se comenzará a pensar en una distribución o comercialización del producto a gran escala.

Por Alex Araya