Académico estudia el impacto de la pérdida del bosque nativo en la supervivencia del “Rayadito”

  • Investigación, que lidera el Dr. Pablo Vergara, del Departamento de Gestión Agraria, revela que en 30 años la vegetación en la cuenca de Santiago se ha reducido en un 60 por ciento, afectando gravemente la fauna de la zona.


Varios estudios han demostrado que el bosque esclerófilo, uno de los ecosistemas más característicos de Chile central, está desapareciendo a una tasa alarmante en las últimas décadas. Si bien esta pérdida es un problema de conservación creciente en la Región Metropolitana, prácticamente nada se sabe sobre cuán conectados o desconectados están los fragmentos de este tipo de vegetación que aún permanecen en la región.

Una de las especies que podría sufrir con la pérdida de conectividad del bosque esclerófilo es el “Rayadito” (Aphrstura spinicauda), pequeña ave insectívora, que vive en poblaciones pequeñas.

Con el interés de conservar las poblaciones de rayaditos que aún persisten en la Región, surgió el interés de realizar una investigación donde participaron el Dr. Pablo Vergara, académico del Departamento de Gestión Agraria de la U. de Santiago de Chile, los alumnos memoristas, Gerardo Soto y Christian Pérez-Hernández, y el Dr. Ingo Hahn de la Universidad de Münster. El estudio “Deforestation in central Chile causes a rapid decline in landscape connectivity for a forest specialist bird species” fue publicado recientemente en la revista Ecological Research.

Estos investigadores formularon la siguiente hipótesis: la conectividad del bosque esclerófilo en la cuenca de Santiago es dinámica sobre el tiempo y decrece a una tasa más alta que la superficie del bosque. Para comprobarla, usaron imágenes satelitales tomadas entre los años1989 y 2009, además de modelos espaciales basados en la Teoría de Grafos, una herramienta apropiada para evaluar patrones de conectividad a gran escala.

Los resultados del estudio revelaron que desde la década del ‘80 el bosque en dicha área se redujo en un 60 por ciento, no obstante la reducción de conectividad funcional del paisaje fue aún más pronunciada, llegando al 90 por ciento sobre el mismo periodo. “La principal causa de esta pérdida de conectividad fue la degradación estructural del bosque y su conversión a terrenos peri-urbanos”, señala el Dr. Vergara.

En otras palabras, si bien la pérdida total de bosque esclerófilo en las últimas décadas es preocupante, mucho más crítica sería la reducción en conectividad para las especies de animales que habitan estos bosques, como el caso del “Rayadito”.  

Según Vergara, esta investigación permite dimensionar los cambios en la conectividad que han tenido las poblaciones de esta especie. Desde estos resultados es posible proponer medidas de conservación enfocadas en la preservación de elementos del paisaje que son claves para mantener la conectividad. Como indica el investigador, una de las medidas esenciales es re-estudiar el plan regulador de Santiago, evitando que la expansión urbana reduzca la conectividad de los bosques.

“La conectividad es una propiedad crítica para la recolonización de los hábitat disponibles. Puedes conservar fragmentos intactos de bosque esclerófilo, pero si ellos no están funcionalmente conectados para los rayaditos, es poco probable que tengan algún valor para la conservación de esta especie”, concluye el Dr. Vergara.