Ministerio de Ciencia y Tecnología

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Comunidad universitaria evalúa futuro rol del Ministerio de Ciencia y Tecnología

Comunidad universitaria evalúa futuro rol del Ministerio de Ciencia y Tecnología

La Ley 21.105, que crea el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, establece el marco legal del Estado para la estructuración, coordinación y promoción de las actividades de ciencia, humanidades y desarrollo tecnológico para contribuir al desarrollo científico en todas las etapas.

Tras su publicación en el Diario Oficial, el Presidente de la República, Sebastián Piñera, tendrá un plazo de 365 días para elaborar el decreto que define el funcionamiento de la secretaría número 27 de la cartera, debiendo seleccionar a un ministro y cinco subsecretarías regionales.

El organismo será el encargado de asesorar y colaborar con el Presidente en el diseño, formulación, coordinación, implementación y evaluación de las políticas, planes y programas destinados a fomentar y fortalecer la ciencia, la tecnología y la innovación derivada de la investigación.

“La creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología viene a saldar una deuda histórica con el reconocimiento que debe tener la Ciencia en el seno de la sociedad chilena. La Ciencia debiese ser considerada un derecho y su relación con el progreso es indisociable”, señala el Director del Departamento de Ingeniería en Química, Julio Romero, recalcando que la creación de este espacio resulta “un paso importante en el rol que debe cumplir el Estado en relación a la generación de conocimiento, tanto para el enriquecimiento cultural como para el desarrollo científico-tecnológico que debe impulsar la generación de valor, base del desarrollo sustentable en términos económico y social”.

Por su parte, el académico Juan Escrig del Departamento de Física, de la Facultad de Ciencia, el ministerio “es una señal importante tanto para los chilenos como para el mundo. Chile decidió darle la misma importancia a la ciencia y tecnología, que a los otros 23 ministerios”, agregando que resulta “imperativo que esta nueva entidad venga acompañada de recursos frescos, los que permitan mejorar la infraestructura existente, contratar más personal de apoyo, mejorar todo el sistema de becas de postgrado, así como los índices de adjudicación de proyectos de investigación, etc.”.

No obstante, no para todos nuestros investigadores esta creación resulta imperante, pues para el profesor Lucio Cañete de la Facultad Tecnológica “no es necesario incrementar el aparato estatal con nuevas entidades para lograr su desarrollo. Las universidades estatales deben estar vinculadas más con la nación a la cual se deben, resolviendo problemas y encauzando su desarrollo”.

La entidad no ha estado exenta de polémica, principalmente, por los organismos relacionados hasta hace un tiempo con la materia y por las dudas propias de cómo procederá la nueva institucionalidad en su relación entre la investigación y el desarrollo.

Este último punto es, posiblemente, el más importante para quienes han estado trabajando en la materia y por la importancia que ha tenido para los distintos gobiernos, sobre todo desde el retorno de la democracia, cuando se le compara con los distintos países y los porcentajes de inversión en relación con sus economías.

Sobre esto las cifras son duras para Chile. De los países OCDE, sólo cinco invierten menos de un 1% (en relación a su PIB) en investigación. De entre ellos, Chile es el que menos dinero pone, quedando muy lejos en comparación a otros como Japón, los cuales alcanzan un 4% en su inversión para Investigación y Desarrollo.

Es por esto que resulta indispensable que las universidades del Estado “deban ser especialmente consideradas, no por discriminación positiva, sino porque estas instituciones reciben estudiantes de un abanico socioeconómico amplio, que representa una fotografía confiable del país y que permite dar acceso garantizado al conocimiento a un gran número de personas y desarrollar la ciencia a nivel nacional e internacional”, comenta el Director del Departamento de Ingeniería en Química.

Por su parte, el investigador Jorge Escrig, destaca que “las universidades del Estado deberían jugar un rol fundamental en este nuevo Ministerio, siendo el principal socio y consultor a la hora de proponer políticas, planes y programas destinados a fomentar y fortalecer la ciencia, la tecnología y la innovación con el propósito de contribuir al desarrollo del país en todas aquellas políticas, planes y programas que propendan al desarrollo cultural, social, territorial, artístico, científico, tecnológico, económico y sustentable del país, a nivel nacional y regional, con una perspectiva intercultural”.

Cómo será la evolución del mentado ministerio, qué enfoques deberá tomar la nueva cartera y bajo qué criterios, también son temas que nutren la discusión sobre la nueva institucionalidad.

Para el Jefe de la Vicerrectoría de Investigación Desarrollo e Innovación (VRIDEI), Dr. Claudio Martínez, “el nuevo ministerio cumple con una deuda histórica del Estado para con su comunidad, siendo un importante avance en el desarrollo de las ciencias”.

Pese a ello, para Martínez es menester atender a las comunidades sociales, sean esta científicas, estudiantiles o de trabajadores, en donde el conocimiento enfocado al desarrollo debe ser una cuestión fundamental. En ese sentido, las universidades estatales (y por ello públicas) deben ser no sólo consideradas en esta nueva institucionalidad, sino que deben cumplir un rol que permita discutir la política del nuevo ministerio, enfocado por sobre todo al desarrollo de Chile y su ciudadanía.

Para José Luis Palacios, Director del Centro de Estudios en Ciencia y Tecnologías en Alimentos (CECTA), “la creación del Ministerio es potencialmente una oportunidad para avanzar en el desarrollo del país”, recalcando que “las Universidades Estatales son las que deben responder a estas necesidades, desde el rol estatal y público que nos es inherente”.

Una opinión similar sostiene Eugenio Spencer, Director del Centro de Biotecnología Acuícola, el rol que debe cumplir la universidad es crucial, donde “es importante que se entienda a su interior que una institución de no desarrolle las ciencias, humanidades y el arte no es una Universidad, sino que un pobre ente docente condenado a la desactualización de su quehacer” y con ello “el nuevo ministerio debe convertirse en el motor que impulse el desarrollo del país”.

Un tema que es sin duda importante no sólo para las y los académicos más avezados en la investigación, sino que también para quienes recién se insertan en la temática.  Este es el caso de estudiantes quienes, con más ímpetu que recursos, han desarrollado un incipiente camino en la materia.

Según señala Benjamín Ferrada, líder del equipo de famoso “Auto Solar” y estudiante de nuestra casa de estudios, la investigación es sin duda un tema pendiente en nuestro país, sobre todo cuando se le compara, por ejemplo, con la inversión que se ha hecho en la misma temática que trabaja Ferrada en países como Holanda o el ya mencionado Japón.

En ese sentido, la creación de un nuevo ministerio que contemple la Investigación y el Desarrollo es mirado con buenos ojos por él e indica que “soy optimista, pero debe aportar no sólo en lo económico, sino también en la vinculación, motivando de distintas formas y mostrando que efectivamente se puede investigar”, agregando la necesidad de pensar en un proyecto país.

Similares opiniones tienen Alejandra Lagos y Rodrigo Torres, estudiantes de Ingeniería Civil Industrial y Mecánica respectivamente y representantes de Lion Tech, para quienes el poco valor agregado de la producción en Chile es posible de remediar con una inversión fuerte desde la institucionalidad, teniendo las precauciones correspondientes con la vinculación social que cada materia requiere.

En momentos en que todavía existen aristas por desarrollar, pareciera que la comunidad universitaria, que representa de igual forma un sentir de la sociedad, aún persisten dudas sobre cómo continuará la maduración de este ministerio.

Investigadores plantean importancia del rol de universidades en Ministerio de Ciencia y Tecnología

Investigadores plantean importancia del rol de universidades en Ministerio de Ciencia y Tecnología

Destacados representantes del mundo de la investigación y la innovación de nuestro país se reunieron en el marco del Conversatorio “Creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología” del Foro de Educación Superior Aequalis realizado el pasado jueves en la sede del Archivo Nacional.

La actividad contó con la participación del Vicerrector de Investigación, Desarrollo e Innovación de la Universidad de Santiago, Dr. Claudio Martínez; el Vicerrector de Investigación y Postgrado de la Universidad Autónoma, Dr. Iván Suazo; y el presidente de Aequalis, Dr. Iván Navarro, quienes se desempeñaron como moderadores.

El resto del panel fue compuesto por los académicos Jorge Babul (Universidad de Chile), Carolina Gainza y Daniel Chernilo (Universidad Diego Portales), Luis Alejandro Silva (Universidad de Los Andes), el  Vicerrector de Investigación e Innovación de la Universidad de Valparaíso, Adrián Palacios, el Vicerrector de Investigación y Estudios Avanzados de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Joel Saavedra, la Subgerente de Transferencia Tecnología de Corfo, Marcia Varela, la Vicepresidenta de la Asociación Chilena Ciencias, Cecilia Hidalgo, y el Vicerrector de Investigación y Doctorados de la Universidad San Sebastián, Gonzalo Puentes.

La discusión fue abierta por el Vicerrector Martínez, quien planteó la interrogante sobre el rol de la innovación como parte del Ministerio que el proyecto de ley busca instaurar y cuál es su alcance para el desarrollo del país.

En este punto, la académica Carolina Gainza expresó la incomodidad de parte del área de Humanidades en la Universidad Diego Portales, analizando que “el proyecto del Ministerio estaba marcado por la idea de la ciencia para la producción. Hay una visión reducida de la ciencia que le dificultó a Humanidades para entrar en la discusión”. Posteriormente, señaló que el nuevo cuerpo administrativo debe trabajar en torno al concepto de la innovación social.

La académica Marcia Varela señaló en ese apartado que las empresas están en proceso de innovarse, y que es importante que “se conecten con el conocimiento de las investigaciones universitarias. En torno a eso, Corfo está promoviendo esa comunicación”.

El rol de la educación superior

El Vicerrector de la Universidad Autónoma, Iván Suazo, dio paso a la segunda discusión del encuentro, donde se analizó la incidencia de las instituciones de educación superior en la gestión del nuevo ministerio, enfatizando que “Chile está en un momento para dar un salto en el tema de la investigación y la innovación, pero que el sistema no lo propicia”. Suazo también apuntó a la segregación de las artes y las humanidades en el concepto de investigación del país.

El profesor Jorge Babul aseguró que el escenario para los académicos en torno al tema del ministerio era complejo, añadiendo que “los científicos no tenemos ningún canal de participación”.

Joel Saavedra, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, indicó que el nuevo ministerio debe tomar en consideración la visión de las universidades, al igual que hacer partícipes a los institutos y centros de formación técnica.

Desafíos actuales de las universidades

La última parte del conversatorio se destinó a analizar el escenario de las universidades y cuerpos de investigación en torno a la vinculación con el posible ministerio. Algunos de los retos reconocidos por el panel fueron la descentralización, el fomento de políticas públicas, mejorar el diálogo y respetar la libertad de investigación de los académicos.

Gonzalo Puentes, de la Universidad San Sebastián, reconoció que los recursos económicos que puede aportar el estado en materia de investigación e innovación van a resultar muy reducidos, por lo que “hay que apostar a la asociación con el empresariado”. Carolina Gainza comentó al respecto que tampoco existía una voluntad política en aumentar los presupuestos de gobierno destinados a este sector.

La académica de la Universidad Diego Portales rectificó además su postura inicial, indicando que es necesario repensar el concepto de investigación e innovación que el ministerio debe adquirir, adoptando un enfoque universal alejado de las convenciones de mercado y producción. También enfatizó en la inclusión de las artes y las ciencias sociales. “En el área humanista no generamos conocimiento científico empíricamente comprobable, pero es de igual importancia y utilidad para la sociedad”, justificó.

Al cierre de la jornada, el Vicerrector Claudio Martínez concluyó que el mayor desafío de las universidades de cara a la formación de este nuevo departamento administrativo es asegurar la participación de estas en la toma de decisiones. “Ya tenemos la experiencia de no haber participado como instituciones en la formación de este ministerio”, comentó, “pero si debemos trabajar para que en el accionar del ministerio las instituciones sean reconocidas como tales.

Eso es importante para que lograr tener un impacto en las políticas de investigación y desarrollo del país.

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