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Investigan con éxito reducir emisión de compuestos orgánicos volátiles

Investigan con éxito reducir emisión de compuestos orgánicos volátiles

A nivel mundial, existe una serie de procesos productivos que liberan compuestos orgánicos volátiles (COVS), los que poseen efectos contaminantes tanto al interior de las empresas, como para el medio ambiente.

Estos compuestos suelen contener carbono, hidrógeno, oxígeno, flúor, cloro, bromo, azufre o nitrógeno, y son liberados en forma de vapores o gases en el proceso de impresión en bolsas de retail, cosmética, envases de alimentos y similares.

Actualmente en Chile, no existe regulación sobre este tipo de contaminantes. Sin embargo, empresas del rubro interesadas en disminuir sus emisiones lideradas por el empresario Claudio Engdahl, solicitaron a Casa Central de la U. de Santiago, proponer un sistema que permitiera reducir sus contaminantes.

Fue así, como el académico Dr. Valeri Bubnovich, investigador de Bielorrusia que se incorporó al Plantel el año 1997, lideró el equipo a cargo de la iniciativa, obteniendo un paquete tecnológico desarrollado en dos etapas, que considera un modelo matemático, un módulo computacional para la simulación del ciclo PSA de separación de los solventes, y un prototipo de laboratorio  del sistema de incineración.

Al finalizar la segunda etapa, ad portas de desarrollar el prototipo a gran escala, y tras el fallecimiento del empresario que ideó la iniciativa, el investigador indica que, “el mayor sueño, es que esta tecnología interese a alguna empresa, que se encargue de producir, vender e instalar estos reactores, para dar una solución definitiva”.

 

Desarrollo tecnológico

 

El proyecto surge hace tres años, cuando el presidente de una pequeña empresa del rubro flexográfico, solicita una solución a la U. de Santiago, para reducir los niveles de contaminación debido al gas que emanaba la industria.

“El gran problema de Santiago es el smog, y una gran parte de su formación, aparte del transporte, es la combustión a leña que también emite COVs, y la industria donde se usan solventes”, explica el investigador.

Respecto a sus repercusiones sostiene que, “lo malo de estos últimos es que son sumamente cancerígenos, aceleran el desarrollo de enfermedades, problemas en la piel y respiratorios. Recuperarlo es un efecto económico, y medioambiental”, explica el investigador.

Fue así, como en un primer proyecto, de dos años de duración, financiado por Corfo, los investigadores, se propusieron incinerar los Compuestos Orgánicos Volátiles, dentro de las mismas industrias, para evitar contaminar el aire, y además producir calor que pueda ser devuelto a la línea de producción.

Tras resultar exitosa la primera etapa, con un prototipo entregado, los investigadores apostaron por una segunda etapa, que en lugar de incinerar, recuperara los COVs desde el aire, y los devolviera a la producción.

Al respecto, el académico explica que, “recuperar el producto para la empresa, es disminuir la compra de los solventes, que no son baratos. Además, permite descontaminar la empresa, porque  la gente camina con mascarillas. Hay una concentración bastante elevada en algunas empresas, que llega a 300, 400 ppm, nivel bastante alto”.

 

Importancia del proyecto

 

Según indica el investigador, el método de separación de gases, mediante la adsorción en un ciclo de la variación de presión (PSA), es un área que ha sido ampliamente estudiada por el mundo científico e industrial, no así la aplicación de la recuperación de COVs desde el aire, que se encuentra en pleno desarrollo.

Fue así, como el proyecto se convirtió en un desafío para el equipo, resultando exitoso, y convirtiéndose en una solución económica para industrias nacionales, permitiendo reducir la emisión de contaminantes.

Entre los principales beneficios del desarrollo de esta tecnología, se estima, que generaría un ahorro cercano al 10% que pueden alcanzar las empresas chilenas en generación de COVs, equivalente a USD$900 millones al año; y en una recuperación cercana a los 86.400 Toneladas de solventes al mes, equivalentes a US$146.880.000.

Además, de industrializarse reduciría los costos al ofrecer equipos compactos y eficientes que requieren menor inversión, reduciría los costos operacionales a través del ahorro de materiales, energía y mano de obra asociada, así como los costos de transporte y disposición de residuos. A su vez, otorgaría mayor seguridad laboral, y reduciría el impacto ambiental a largo plazo.

Respecto al costo de desarrollar esta tecnología, el investigador afirma que sería económico. “Tenemos la experiencia necesaria, el carbón nacional es muy barato, es una tecnología muy simple. Además, es bastante eficiente, según los estudios podrían llegar a un 90% de eficiencia para limpiar el aire. Tengo mucha fe en el desarrollo de esta tecnología”, manifiesta.

 

Línea de investigación y aplicación

 

Respecto a una próxima etapa, el investigador explica que podría continuar el proyecto a un nivel escalable, e incluso podría ser probado en otro tipo de industrias que utilicen solventes en sus procesos.

Mientras que con el presente desarrollo, el académico rescata la experiencia comprobada que adquiere el Plantel en el desarrollo de este tipo de tecnologías. “Aprendimos de la técnica de PSA. Antes teníamos experiencia en la aplicación de aire, separar nitrógeno y oxígeno, más bien producir oxígeno, y ahora, la experiencia está comprobada”, concluye el investigador.

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