4ª Conferencia Redagrícola Chile

Producción de levaduras nativas para licores posiciona a ingeniero del Plantel

Felipe Castro (29), Ingeniero en Biotecnología por nuestra Universidad, participó recientemente en la 4ª Conferencia Redagrícola Chile, donde obtuvo el segundo lugar en la categoría ‘foodtech & winetech’, en representación del emprendimiento “Kayta”, que creara junto a otros compañeros de nuestra Corporación, con el apoyo sustantivo de la académica del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Dra. María Angélica Ganga.
“Ya estamos viviendo en una nueva ola generacional. Muchas empresas que son gigantes están muriendo y están generándose miles de emprendimientos, de ideas que son muy locas, pero que son las que nos va a ayudar a vivir en el futuro. Los invito a sumarse, porque yo creo que Chile está falto de industrias que sean creativas y la Biotecnología es creatividad”

Las “pichangas”, las novelas conspirativas de Dan Brown y el ciclismo, han sido algunas de las grandes pasiones de Felipe Castro (29), egresado de nuestra Casa de Estudios. Sin embargo, otra medular, que ha conducido y guiado su trayectoria académica y profesional, sin duda es la Ingeniería en Biotecnología.

Dicho vínculo comenzó a gestarse mientras cursaba tercero medio en su natal Ovalle. Específicamente, el año 2005 participó en un curso de verano focalizado en la Biología Molecular dictado por la Universidad de Chile. Ahí,  uno de los temas centrales y que sin duda lo marcó, fue la exposición y análisis de la Biotecnología como campo de estudio.

Apoyado por su profesor de Biología de enseñanza media, decidió interiorizarse en las particularidades de la carrera de Ingeniería en Biotecnología, postulando a la Universidad de Santiago de Chile el año 2006.

Motivado por su enfoque en procesos, destaca que la carrera le “abría un campo que era enorme, que pasaba desde la Minería hasta los Alimentos. Recorría todo el espectro y me daba más oportunidades para desarrollarme como profesional”

Al rememorar su paso por el Plantel, lo califica como “años intensos”, con grandes alegrías, pero también con complejos desafíos académicos.

En él, destaca el gran grupo humano que formó y la heterogeneidad de materias que pudo abordar en profundidad dentro de la carrera. Sin embargo, puntualiza que el segundo y tercer año fueron sus momentos “más difíciles, porque reprobé dos veces Química Orgánica. Lo pasé recién en la tercera oportunidad”.

Entre risas, agrega que en Fundación Chile, donde realizó su práctica profesional el año 2012 y después trabajo durante tres años, “terminé trabajando temas de Plástico, que era totalmente aplicado a la Química Orgánica. Una debilidad en mi carrera, terminó siendo una fortaleza”.

A su juicio, este proceso formativo, de alta complejidad, sin duda lo marcó. Recuerda que el académico que impartía la asignatura, Roberto Rozas, le dijo una frase que hasta el día de hoy utiliza y retumba en su cabeza: “donde empieza la responsabilidad, termina la amistad”. “Eso me marcó y me hizo formar un carácter de hacer las cosas bien, sean o no amigos. Las cosas se hacen y se separan”.

También destaca la lógica de autonomía y constancia que le inculcó el Plantel, lo que “realmente te abre la mente para pensar las cosas de otra manera”. Finalmente, se titula el 16 de mayo del año 2014, emulando la célebre canción de la emblemática banda de hardcore melódico Lagwagon (“May 16”), una de sus favoritas.

 

Caballo indomable

 

Castro trabajó durante tres años en Fundación Chile, donde se desempeñó como Analista de Proyectos. Posteriormente, junto a colegas de nuestra corporación y la académica del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Dra. María Angélica Ganga, impulsa el emprendimiento Kayta –que significa “caballo indomable” en mapudungún-, dedicado a la selección y producción de levaduras nativas para cervezas, vinos, y piscos.

Dicha empresa surge en el contexto del primer concurso “From Lab to Market” impulsado por Innovo el año 2015. “Ahí vimos que la idea no era tonta ni loca, sino que totalmente aplicable y hacía sentido en la Industria. Pasaron un par de meses y decidí salirme de mi trabajo y dedicarme totalmente a mi emprendimiento”.

Al definir Kayta, señala que dicho emprendimiento ofrece “levaduras que ya han sido seleccionadas y recuperadas por la académica María Angélica Ganga desde el medio ambiente, para ser aplicadas en vinos o en cervezas principalmente”.

Junto a ello, “otro núcleo de negocio tiene que ver con los servicios de selección. Es decir, un cliente nos dice, yo quiero recuperar una levadura desde la cordillera, desde un bosque o desde mi propio patio y ese servicio lo proveemos para que el aroma y el sabor del producto junto con las texturas que se generen sean únicos. Y gracias al roce que hemos tenido con el mercado, surgió un tercero que tiene que ver con la producción de microorganismos en sí”.

En relación a sus principales hitos, destaca la adjudicación del proyecto en Innovo, además del trabajo colaborativo que mantienen con una importante cervecería a nivel nacional.

También, lo enorgullece el reciente reconocimiento en la 4ª Conferencia de Redagrícola Chile realizada en Casa Piedra, donde obtuvo el segundo lugar en la categoría ‘foodtech & winetech’ entre 130 participantes. Gracias a este galardón, viajó como expositor el pasado 20 de junio a la 1ª Conferencia Redagrícola a desarrollarse en la cuidad de Ica, Perú.

Otro hito que destaca es la elaboración de la primera cerveza 100% chilena, proyecto realizado junto a la cervecería "Grosse Gerste" en mayo de 2016. “En la industria nacional, estaba la malta chilena, el lúpulo chileno creado en la zona de Valdivia, el agua purificada nacional, pero faltaba la levadura en esta cadena”. Ahí entra la levadura nativa "Lelikelen", que en idioma mapudungún significa "abrir los ojos".

“Gracias a lo que se generó en Kayta, se liberó la primera levadura de la séptima región y pudimos ensamblar todos estos bloques y junto a esta cervecería hacer la primera cerveza 100% chilena”, destaca con orgullo.

 

“La Biotecnología es creatividad”

 

Al ser consultado sobre si recomendaría a la comunidad de nuestra Universidad imbuirse en emprendimiento, invita sin dudarlo a participar, señalando que les permitirá tener la libertad de desarrollar sus propias iniciativas con mayor libertad, pudiendo así llevar a cabo sus sueños.

Además, “ya estamos viviendo en una nueva ola generacional. Muchas empresas que son gigantes están muriendo y están generándose miles de emprendimientos, de ideas que son muy locas, pero que son las que nos va a ayudar a vivir en el futuro. Los invito a sumarse, porque yo creo que Chile está falto de industrias que sean creativas y la Biotecnología es creatividad”.

En esta línea, Castro entrega también algunas sugerencias a la comunidad para que se involucren con mayor vigor en el área del emprendimiento. “A la comunidad estudiantil yo le diría que conversen más con sus profesores, para que vean qué cosas están haciendo, investigando, ya que uno como joven le puede dar un enfoque totalmente distinto a lo que ellos están pensando”.

Junto a ello, invita a la comunidad de egresados y de profesores, a que “se asocien con empresas, que vayan a mirar qué están haciendo, qué les falta y aprovechar los contactos que se tienen a través de la misma Universidad, a través de Fudea y que vayan a buscarlos para que vean que si la solución o el servicio que están planteando es realmente necesario. De repente, se inventan cosas que no tienen sentido y no es lo que las empresas están buscando”.

Finalmente, llama a considerar la sustentabilidad económica del emprendimiento, ya sea a través de un fondo público o privado, a preservar una relación directa con el cliente y, sobre todo, “a mantener una constante fortaleza mental”.

A su juicio y en base a su experiencia, el apoyo de la familia, los amigos y las redes de apoyo son claves en este proceso. “Eso, sin duda, les va a servir para todo su trayecto como emprendedores”, concluye.

Autor: 
Simón Pérez Seballos