“La educación tradicional impide que nuestros hijos sean felices”

  • Así lo afirma el experto español y presidente de la Fundación para La Educación y el Desarrollo Transpersonal, José María Doria, quien  propone un desarrollo integral de niños y niñas a partir de la educación formal. El desafío es que aprendan a manejar sus emociones y a enfrentar situaciones complejas, planteó el especialista en la conferencia “Educación y Mindfulness”, que concitó la asistencia de un vasto público.

 

“Educar es uno de los cometidos sagrados más trascendentes de la historia”. Es la idea fuerza con la que el escritor español y presidente de la Fundación para La Educación y el Desarrollo Transpersonal,  José María Doria, abrió su conferencia “Mindfulness y Educación”, el pasado miércoles (24) en el Salón de Las Artes Víctor Jara. Hasta nuestro Plantel llegó invitado por el Departamento de Educación de la Facultad de Humanidades (FAHU), con el objeto “de dar a conocer una nueva forma de enfrentar el proceso educativo”, indicó la gestora de esta visita, la coordinadora general de prácticas profesionales del Departamento de Educación, profesora Ana María Martínez.

En la ocasión, uno de los principales planteamientos que José María Doria compartió con el público asistente, es que la educación debe superar el modelo de enseñanza-aprendizaje basado en la transmisión de información. Según su experiencia, éste debe ser afectivo en vez de competitivo y tener un carácter integral. La educación hoy, advirtió, enfrenta el desafío de adaptarse a las necesidades de niños y niñas, entregándoles una instrucción “que eduque para la felicidad”, justo lo contrario de lo que hemos estado haciendo: “Formamos a nuestros hijos para que se ganen la vida y no para que sean felices”, declaró.

Lo importante es que los/as menores aprendan a controlar la ansiedad, sus impulsos y a manejar situaciones difíciles, de manera que cuenten con herramientas para vivir con confianza. Por tanto, subrayó, “podemos comprender que educar así no es algo que se improvise”.

Para cambiar el modelo imperante, es crucial que los adultos, tanto los padres como cualquier otra persona que tome parte en la educación de un/a menor, tengan la capacidad de auto-conocerse y, así, lo que intenten transmitir a los niños y niñas resulte efectivo. Hay que enseñar con el ejemplo: “El educador no informa por las palabras, sino por lo que es”, afirmó el autor de libros como “Cuentos para Aprender a Aprender”, “El hombre que mordió la manzana” y “101 preguntas sobre la meditación transpersonal”.

La apuesta por una educación integral

Frente a estas nuevas necesidades educativas, cobra especial relevancia la técnica del mindfulness, concepto que algunos autores han traducido como “presencia o consciencia plena”. Se trata de una filosofía cultivada a partir del siglo VI a. de C., con el nacimiento del budismo y que ha sido recogida por la psicología occidental como terapia para el control de las emociones. “Es un conocimiento universal subyacente a todo ser humano y una clave de apertura de la mirada para hacer grandes comprensiones. Enfatizo comprender, que no es lo mismo que entender. La base de cada ser humano para cambiar es la comprensión: si comprendemos, cambiamos”, sostuvo el también Máster en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, para precisar que el impacto de esta técnica no se reduce al ámbito  educativo.  

Con la finalidad de promover esta práctica basada en métodos de meditación, Doria ha llevado su Escuela Española de Desarrollo Transpersonal -en la que colaboran más de 60 profesionales especialistas en temas como salud, la psicología y educación-, a diversos países y ciudades del mundo a través de la Fundación para la Educación y el Desarrollo Transpersonal. Una de sus sedes se encuentra en Santiago, desde donde se ha expandido la experiencia del mindfulness en diversos colegios particulares de la capital, en un proceso que especialmente entusiasma a su impulsor. “Estamos empezando a tener unos resultados muy interesantes con respecto a la transformación que tiene el niño a través del juego y de determinadas propuestas que hace el educador. Aprende a reconocerse, detenerse, observarse, a no juzgar sus sentimientos, respirar conscientemente, respetar el silencio, aquietarse en los momentos de ansiedad e, incluso, a reconocer sus conflictos y problemáticas”, aseguró.

El rol de los cuentos y los juegos

La clave de este método es propiciar actividades lúdicas para que los y las menores aprendan y se diviertan. Es en esa línea que se le asigna especial relevancia a la lectura de cuentos, textos a los que Doria considera “impresionantes, porque tienen todo un código de valores sobre el perdón, la consideración, la propia orientación interna”. Así, no es de extrañar que eligiera concluir su conferencia contando un cuento que aborda cómo entender al otro y cómo la forma en que sentimos y actuamos se proyecta.

Su paso por la Universidad, también incluyó actividades como un taller vivencial sobre escucha activa, que ofreció post conferencia a tutores-orientadores; y una capacitación realizada el sábado (27), que concitó la concurrencia de interesados/as por la meditación y la respiración holoscópica, oportunidad en la que el experto ahondó en consejos y tips como propiciar una constante auto-observación y poner atención plena hacia la vida cotidiana.