Desde su más profunda infancia, Belén Ormeño Reyes se sintió atraída por el fútbol y así como los grandes deportistas, su historia tiene mucho de esfuerzo y también de sacrificio. Hija de un conductor del Transantiago y una asesora del hogar, la joven de 20 años, oriunda de la comuna de La Granja, ha logrado alcanzar altas metas pese a las esquivas oportunidades.Cuando apenas tenía 9 años, su padre vio talento, le tomó la mano y la llevó a probar suerte al ex estadio Audax Italiano –actualmente Estadio Bicentenario de La Florida-. A partir de ese momento no ha parado de jugar y entrenar. “Desde pequeña me gustó el fútbol. En mi familia son todos muy futboleros, tanto por parte de papá como de mamá. Todos me llevaban a jugar”, recuerda Belén.Sin embargo, la estudiante de Pedagogía en Educación Física reconoce que “al principio a mi mamá no le gustó mucho la idea, pero una vez que vio que tenía las aptitudes y que me iba bien, comenzó a llevarme a entrenar. Iba a todos lados conmigo hasta que cumplí una edad donde ya podía andar sola”.A los 14 años ingresó al club de Santiago Morning, donde se mantuvo hasta cumplir 19. En el 2015 fue parte de la selección chilena Sub 20, equipo con el que compitió en el campeonato sudamericano en Brasil. En el mismo año entró a la Universidad de Santiago y, como era de esperar, también a la selección del plantel.Este 2017 Belén se cambió de club a Audax Italiano y obtuvo la Beca Santander de Movilidad Internacional, teniendo la posibilidad de hacer un semestre académico en el extranjero. Estudios versus deporte Así como cualquier deporte, el fútbol requiere disciplina y constancia. Compatibilizar esto con los estudios ha sido difícil, asume la usachina, quien entrena los lunes y miércoles por la selección universitaria; martes y jueves por Audax; los viernes juega por nuestro plantel y un día del fin de semana debe disputar partidos por su club.Pero Ormeño destaca la exigencia y formación que ha tenido desde niña. “Conozco ambos ritmos desde chica, por lo que no me ha costado tanto. Igual fui a un colegio que era exigente (Liceo 1 Javiera Carrera). Desde ahí aprendí a compatibilizar mis tiempos de entrenamientos, juegos y estudio”, reflexiona.En ese sentido, asegura que le va bien en el ámbito académico y que hasta ahora sigue invicta. Su meta es alcanzar el título en Pedagogía y luego llegar a ser entrenadora de fútbol. “Me gustaría enfocarme en el fútbol. Trabajar como profesora y poder pagarme la carrera de entrenadora, obviamente compatibilizando todo con mis entrenamientos”, ríe.Si bien a la Universidad de Santiago ingresó vía PSU y fue beneficiada con la Beca Bicentenario, pronto obtuvo la Beca Deportiva de nuestra Casa de Estudios y la Beca Santander, que le permitirá realizar un semestre de su carrera en España. La joven tiene claro que el fútbol no le dará para vivir, y por lo mismo, compatibilizarlo con su carrera universitaria es fundamental. De hecho, gracias a sus logros y rendimiento cuenta con el beneficio de la U. de Santiago. “Estoy agradecida de la beca que me entregó la Universidad, porque me cubre la diferencia que me queda de la Bicentenario, lo que es un alivio para el bolsillo de mis papás, que han tenido que trabajar más por mi hermano (de 15 años) y por mí”, destaca. El fútbol y las mujeres Para Belén, el fútbol femenino está cada vez más inserto en el país. “Independiente del género, hoy las mujeres vivimos el fútbol con la misma pasión que los hombres”, sostiene, y asegura que “afortunadamente hay bastante apertura ahora con el hecho de que las mujeres jueguen”.“Nunca me han tachado de algo que no soy, aunque tampoco me importa mucho lo que diga la gente porque yo sé el sacrificio que hago y lo que he logrado, por lo que no me influiría si escuchara comentarios machistas”, agrega la joven futbolista de la selección de nuestro plantel. Incluso recuerda que sus compañeros y vecinos la llamaban para jugar. “Nunca sufrí un rechazo o algún sobrenombre. Mis compañeros además son súper motivados y nos van a ver”, afirma.Eso sí, reconoce la poca equidad que existe entre las selecciones de hombres y mujeres. “En Chile el fútbol femenino no es pagado. Se supone que es profesional, pero se trata como futbol juvenil. Por ejemplo, si yo quisiera cambiarme de club, tengo que pagarle a éste para el traslado, siendo que ni siquiera recibo un sueldo, o plata para la micro. En el país dedicarse al fútbol femenino es casi por amor al arte”, sentencia.“Creo que hay muy pocos hombres capaces de hacer lo que hace una mujer, como estudiar, trabajar, criar hijos y además dedicarse al deporte. Creo que es muy injusta la desigualdad en los beneficios entre hombres y mujeres”, critica la deportista.Sobre la selección usachina, Belén sostiene que “el equipo está viviendo un proceso bueno para llegar a obtener triunfos nuevamente, pero creo que aún no es suficiente el tiempo para lograr un proceso que demora años. Este equipo actual debió comenzar de cero y eso es complicado, pero el entrenador ha sabido trabajar con la materia prima que tiene”. Los sacrificios Con una vida como la que lleva Belén, resulta complicado sumar más compromisos. Aun así se hace el tiempo para salir con sus amigos y compartir con su familia en sus ratos libres. “Mi vida es complicada porque he tenido que sacrificar cosas personales como fiestas familiares y cumpleaños por entrenamientos, partidos o viajes. En todo caso la mayoría de las personas a mi alrededor entienden eso y no creen que no me importa”, agrega.“He perdido amigos por esto mismo, porque se molestaban si no iba a un cumpleaños un fin de semana. Para las personas en general, estas son cosas importantes, pero para mí ahora lo importante es mi carrera”, añade la joven. Y si bien se define como disciplinada, responsable y comprometida, Belén explica que entre campeonato de la ANFP hay un mes libre, y ahí aprovecha de salir a “carretear”.Asegura que sólo ha pololeado una vez y fue con un joven futbolista. En esta relación también era complicado el tema del tiempo, lo que originó varias discusiones. “Al final si alguien va a estar contigo, debe entender y compartir tus pasiones”, enfatiza.No obstante, para Belén el apoyo de sus papás es el más importante. “Ellos me apoyan en todo. Trabajan por mí y mi hermano para que nosotros logremos nuestros sueños. Siempre nos inculcaron a hacer lo que nos hace felices y cuando uno hace eso, las puertas se abren”, afirma.Por lo anterior, les agradece el respaldo y haberla integrado desde niña al mundo deportivo. “El deporte inculca muchos valores y creo que eso le falta a los niños y jóvenes de hoy, que se rinden fácil cuando no le salen las cosas. El deporte te enseña a tener tolerancia a la frustración, respeto, compañerismo, apela a la solidaridad y no tanto al individualismo”, puntualiza la joven que defiende el número 10 de nuestra selección.
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La estudiante de tercer año de la Carrera de Pedagogía en Educación Física, que juega como volante en su equipo, cree que este deporte ya dejó de ser un terreno vedado para las mujeres, pero espera que pronto se igualen las condiciones a nivel profesional. “En Chile, el fútbol femenino no es pagado, se vive como si se tratara de la categoría juvenil. En este país, dedicarse al fútbol femenino es casi por amor al arte”, advierte.
Redacción