Advierten riesgo de habitar cerca de los antiguos conductos de relaves mineros

  • El académico de Ingeniería Civil en Minas, Omar Gallardo, considera que la situación actual de los tranques de relaves mineros en el país es estable, y no representa mayor riesgo para la población; pero no ocurre lo mismo con sus conductos naturales. De allí que hay que estar alerta ante posibles desbordes. El experto recomienda atender la situación de quienes habitan cerca de ríos, canales y otras vías.

 



Luego de las lluvias y aluviones que golpearon a las regiones de Atacama y Antofagasta, parte de la población en las zonas afectadas ha mostrado preocupación por el estado de los depósitos de relaves mineros, cercanos a lugares poblados.

Desde nuestra Universidad, el académico de Ingeniería Civil en Minas, Omar Gallardo, sostuvo que, si bien, Sernageomin informó que la situación de los tranques es estable, el desborde de los ríos que, antiguamente, sirvieron como ‘canaletas’ de los relaves, sí representa un riesgo para la población cercana.

El académico mencionó, como ejemplo, “el caso del río El Salado, cauce que estuvo seco por muchos años y que fue utilizado, hasta los años 90, como canaleta de tranques de relaves por Codelco”.

Según indicó el experto, el desborde de El Salado “pudo haber arrastrado elementos como pirita y sulfuros de fierro que con el tiempo se oxidaron y ahora, al agregar agua, producen aguas ácidas que son un riesgo para todos”.

Localidades como Llanta y el propio pueblo de El Salado, podrían haberse visto altamente afectadas por la contaminación minera, según indicó Gallardo.

“El llamado es a que la gente intente salir de esas zonas que, desde antes de las lluvias, ya estaban contaminadas, y que se radiquen en otras partes, porque, en el futuro, habrá lluvias similares y se presentará el mismo problema”, explicó el académico.  

No obstante lo anterior, el Ingeniero Civil en Minas, reconoció que en minería, actualmente, “se están haciendo las cosas bien”.

“Hoy los relaves están bien controlados. Han aguantado sismos y lluvias. El problema es la contaminación previa, de cuando no había control, además del rol de las autoridades que permiten que las personas se establezcan donde no deberían hacerlo”, puntualizó el académico de nuestra Casa de Estudios Superiores.