Investigación de periodos democráticos busca aportar al análisis por una nueva Constitución

  • Un estudio comparado en materia de modernización de la gestión pública y de las políticas de salud de los periodos 1925-1973 y 1990-2014, realiza el Dr. Mauricio Olavarría Gambi, investigador de la FAHU.  El trabajo analiza las políticas de comienzos del siglo XX, y la actual democracia acotada, e indaga en ámbitos como la participación del ciudadano y el rol de las instituciones formales e informales.

 





Según el investigador, los resultados de este trabajo pueden tener efectos importantes en el análisis político-institucional actual, sobre todo, porque en el país ya se conversa respecto de una nueva Constitución. “Es decir, nuestros hallazgos pueden generar un antecedente importante para el diseño que se comienza a discutir”, destaca el Dr. Olavarría.

A través de los resultados de estudios anteriores, el Dr. Olavarría ha concluido que el proceso de la política pública se centra más bien en el poder ejecutivo y que posee una fuerte influencia tecnocrática en su formulación.

De ahí surge la necesidad de comparar esta realidad (desde 1990 a 2014) con procesos anteriores, específicamente el comprendido entre 1925 y 1973, lo que será posible gracias al proyecto Fondecyt Regular (1160626) denominado “Agenda y Políticas Públicas en la Vieja Democracia Chilena: análisis de los casos de las políticas de modernización de la gestión pública  de salud”.

Añade que realizar un análisis comparativo en aspectos específicos de las políticas públicas del Estado chileno en materia de modernización de la gestión pública y de las políticas de salud, en distintos momentos de la historia, permitiría identificar si existió un cambio entre ambos periodos democráticos.

“Hay muchos que dicen que en la vieja democracia había participación, la pregunta que nos surgió es ¿eso es así? En consecuencia levantamos este proyecto. Queremos saber si las características del proceso de formulación de la política pública que se ha dado en la nueva democracia se daba también en la vieja democracia. Y ese es el gran tema de investigación”, afirma.

Antigua y nueva democracia

El Dr. Olavarría explica que existen dos escenarios posibles que puede vislumbrar el estudio. Una primera variante, es que los procesos de las políticas públicas sean completamente distintos en los periodos a estudiar.

A lo anterior agrega que “hay algunos que hablan que la antigua democracia era más participativa, con un mayor rol de los ciudadanos. Si eso fuera así, significa que el interregno autoritario no solo cambió las instituciones formales como la constitución de 1980, el rol de los partidos políticos, la relación entre el poder ejecutivo y legislativo, sino que también cambió las instituciones informales, las prácticas políticas”.

Complementa que, “en consecuencia, lo que estaría diciendo es que bastan los cambios en las instituciones formales para que todo el proceso se articule de otra manera”.

En cambio, si ambos procesos democráticos poseen las mismas características, desacreditaría las teorías que afirman que en la democracia vieja existía mayor participación ciudadana.

“Si las mismas características se dan en la vieja y nueva democracia, quiere decir que el interregno autoritario no cambió las prácticas políticas y las instituciones informales tienen un rol bastante más fuerte e influyente en las instituciones formales de lo que estamos asumiendo”, explica.

Agrega que, “entonces, lo que podría estar ocurriendo es que son las instituciones informarles las que moldean cómo se concretan estas prácticas políticas diseñadas a través de las instituciones formales. En consecuencia es un rol más fuerte de las instituciones informales y que, por lo tanto, también podría existir que el mismo proceso con las mismas características, no tan participativo, concentrado en el poder ejecutivo y con fuertes rasgos tecnocráticos también estaba presente en la democracia vieja”, afirma.

Una vez terminada la investigación del Dr. Olavarría, esta podría dar nuevos antecedentes con respecto a las discusiones existentes en la actualidad en materia política.

Cualquiera de los dos escenarios, es decir, si la nueva y vieja democracia tiene similitudes o no permitiría observar los procesos del país con mejores antecedentes.

“Por un lado, si la vieja democracia era mucho más ciudadana que la nueva democracia, o bien, si había un espejismo de participaciones, esto puede dar fuertes antecedentes para la nueva Constitución Política con respecto al rol del ciudadano y respecto al rol que las instituciones formarles e informales deben desempeñar”, concluye.