Experta critica falta de visión en diseño urbano que privilegia uso del automóvil en el Gran Santiago

  • En el marco del seminario Ciudad y Calidad de Vida, la PhD en Urbanismo, Lake Sagaris, asegura que la industria automovilística ha incorporado una imagen cultural en sus campañas publicitarias “tan virulenta como la del cigarrillo”, para favorecer sus objetivos financieros.

Lake Sagaris es una de las principales promotoras de los movimientos ciudadanos organizados para intervenir y participar activamente en el diseño de la ciudad. Nació en Montreal, Canadá, en 1956, pero desde 1981 está instalada en Chile. Actualmente reside en el barrio Bellavista y ha sido una de las protagonistas de la defensa de los barrios ante la embestida de las autopistas.

Periodista de profesión, fue desarrollando su carrera en paralelo a otros intereses que marcan su personalidad. Es escritora, traductora y poeta, pero también es investigadora postdoctoral en el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable, Cedeus. Desde ahí, estudia e impulsa políticas para mejoras en la calidad de vida de las personas que habitan las ciudades.

Hace unas semanas se presentó con la ponencia Ciudad, Amor, ¿Transporte? en el marco del seminario Ciudad y Calidad de Vida, Hábitat Urbano Sustentable y Gobiernos Locales, impulsado por la Escuela de Arquitectura, la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio y la Vicerrectoría de Desarrollo, Investigación e Innovación de nuestra Casa de Estudios.

"La ciudad la hacen los ciudadanos, y entre las cosas que unen a los ciudadanos hay muchos tipos de amor: al prójimo, a la familia, apego al lugar donde de crianza, ese lugar que modela a las personas, etc. El amor, como motivación, es esencial para crear espacios urbanos vivibles, respetuosos y bellos”, indicó.
La especialista en planificación urbana acusó que se ha instaurado un paradigma de la automovilidad en nuestra sociedad, amparado en el modelo socioeconómico donde el vehículo pasa a ser un parámetro social en lugar de un instrumento de transporte. Asimismo, las políticas de vialidad en gran parte de se han delineado favoreciendo el uso del automóvil sin atender a las necesidades de la ciudad y sus habitantes, que requieren medios de transporte públicos de mejor calidad.

Autocentrismo

Lake Sagaris recordó que el plan de automovilidad, promovido además desde la industria automotriz con importantes ganancias asociadas, está basado en la energía barata, sin considerar que la época de los hidrocarburos abundantes ya pasó.

“El paradigma de la automovilidad está afirmado en la industria y en virulentas campañas publicitarias parecidas a las del cigarrillo”, cuando éstas mostraban que quienes fumaban adquirían inmediatamente un estándar de vida superior.

“Las calles vivibles se han perdido en Chile”, agregó la investigadora indicando que hoy, incluso al interior de los barrios residenciales, las calles no son seguras y no invitan a los habitantes a usarlas, disminuyendo la interacción de la ciudadanía.

Puso énfasis en que esto puede ser revertido. Advirtió que parte del problema es que el 45 por ciento de los viajes en auto son a menos de 5 kms. de distancia, a lo que se suman 4 mil muertes en prematuros por contaminación y la más alta tasa de fallecimiento en jóvenes por accidentes automovilísticos; sumado a eso, el cien por ciento de la estructura vial está dedicada al auto.

La especialista sostuvo que de acuerdo a los modelos de desarrollo de algunas ciudades europeas que han privilegiado la calidad de vida de sus habitantes, vale la pena invertir en infraestructura que promueva el uso de bicicleta o la caminata “y dejar de lado el autocentrismo, porque el auto es excluyente por edad y estado físico”.

Disfrutar las calles

Invitó también a pensar en el transporte desde un punto de vista más inclusivo, cuidando a los habitantes de las ciudades copiando iniciativas como dejar la primera pista de uso mixto (autos, bicicletas y triciclos) con velocidad reducida; apoyar las instancias de calles abiertas o ciclo recreo-vías que en general se realizan los domingo en varios municipios de la capital; rescatar las calles de los autos y convertirlas en paseos dando posibilidad a la forestación y al comercio ; y la implementación de bicitaxis en los principales centros urbanos.

“El cambio cuesta, es doloroso e involucra duelos”, sostuvo asumiendo que hay costos que la sociedad debe asumir. Asimismo remarcó que la ciudadanía debe ser participativa en estas materias y alcanzar protagonismo, dejando de ser víctima. “Hay que anticiparse a las crisis”, acotó puntualizando en el rol participativo: “el liderazgo político necesita liderazgo de la sociedad civil”.