Equipo Solar de la Universidad se consolida en carrera de Atacama

  • El vehículo fotovoltaico Apolo II, desarrollado por el Equipo Solar de nuestra Universidad, Esus, logró un destacado desempeño en el ecorrally por el desierto, completando el kilometraje de la ruta en poco más de 22 horas y convirtiéndose en uno de los cuatro que, en su categoría, consiguieron llegar a la meta.
  • El Esus obtuvo un reconocimiento por su cuarto lugar en la competencia, y el podio lo completaron el equipo japonés de la Universidad Tokai, ganador del certamen; el de la  Minera los Pelambres con la U. de La Serena, que obtuvieron la plata; y el representativo de la Universidad de Concepción, que se quedó con el bronce.
  • Los estudiantes y colaboradores del Esus valoraron el trabajo desarrollado, el conocimiento aplicado y, sobre todo, la experiencia obtenida. Igualmente, esperan poder continuar con este  proyecto, ya que “el despliegue y posicionamiento del equipo fue claramente el mejor”, señaló el director ejecutivo del Esus, Gonzalo Pacheco.

 


Como un resultado absolutamente positivo, calificaron los integrantes del Equipo Solar de la Universidad de Santiago, Esus, el desempeño de su vehículo fotovoltaico, Apolo II, en la Carrera Solar Atacama, que tuvo su premiación este martes (18), en Humberstone, región de Tarapacá.

La competencia, una de las cinco carreras de autos solares que se realizan en el mundo, concluyó este lunes 17, después que veinte equipos, provenientes de Japón, Colombia, Ecuador, Bolivia y Chile e integrados en su mayoría por estudiantes y profesores de universidades, cumplieran cinco días recorriendo el norte del país en una ruta a través del Desierto de Atacama.

El Apolo II logró completar 1082 kilómetros de la ruta trazada para la competencia, al igual que otros tres vehículos, de un total de ocho que compitieron en la categoría Evolución, en un tiempo de 22 horas y 9 minutos, según la información oficial. El Esus obtuvo un reconocimiento por ser finalistas y alcanzar el cuarto lugar de la competencia, tras el equipo de la U. de Concepción (tercero), el de la Minera Los Pelambres y la U. de La Serena (segundo) y del Equipo Solar de la Universidad de Tokai, de Japón que por sólo 9 minutos de diferencia, se quedó con el primer lugar.

Sin llegar a finalizar la Carrera Solar, en esta categoría, quedaron los equipos de la U. Técnica Federico Santa María, el de la Pontificia Universidad Católica y los autos Skoll y Eolian.

Experiencia y crecimiento

Para los integrantes del Esus, este lugar en la competencia representa un avance importante en relación a la evolución del grupo, ya que varios participaron en la competencia anterior (2012), donde el vehículo Apolo I debió ser remolcado para completar la ruta, sufriendo penalizaciones que mermaron el resultado final.

Esta vez, el Apolo II cumplió con el kilometraje, con la ruta y con los protocolos de control. Y aunque sufrió algunas dificultades, éstas fueron resultas y superadas, logrando un desempeño óptimo del vehículo, que en algunos tramos alcanzó los 100 km/h (velocidad máxima permitida por la organización).

“Hubo un avance importante en la experiencia y conocimiento obtenido por el Equipo Solar. Superar problemas y llegar a la meta era un desafío que teníamos y lo logramos”, explica Pablo Fernández, jefe de gestión del Esus, agregando que “se puede probar que el nivel de esta competencia subió porque de los autos que íbamos en esta ocasión, en la categoría Evolución, cuatro completamos la totalidad del recorrido, y eso quiere decir que todos los equipos han evolucionado bastante”.

Por eso, el jefe de gestión agrega que en términos de divulgación de las ventajas de la energía solar, que es uno de los fines de la Carrera Solar Atacama, “la Universidad de Santiago está muy posicionada, gracias a que todos los estudiantes que participan aprenden, sin importar desde su disciplina o carrera de origen, se aprende sobre energías renovables y cómo aplicar la energía solar”.

Futuro y retención del talento

Aunque están conformes con el desempeño del auto, Pablo Fernández explica que según su evaluación, “nos faltó tiempo para probar el auto y testear los detalles”, debido a que algunas importaciones de piezas y algunos recursos demoraron demasiado, atrasando la gestión y con ello, el montaje del Apolo II. “Nos dio holgura de prueba cercana a una semana y en la carrera nos dimos cuenta que con más tiempo, hubiéramos podido prevenir ciertas cosas. Sin embargo, veníamos preparados, con repuestos de todo, y gracias a eso y a nuestra planificación e ingenio, nos adaptamos a la situación y salimos adelante”.

Para Gonzalo Pacheco, director ejecutivo del Esus, “el despliegue y posicionamiento del equipo es claramente el mejor”, algo que fue reconocido por otros equipos, como el japonés, que valoró su nivel de organización. Sobre todo porque se trató del “único equipo solar conformado íntegramente por estudiantes y colaboradores no remunerados que recorrió la totalidad de la competencia”.

Pablo Fernández coincide con el director del Esus, explicando que los equipos de otras universidades, contratan a egresados o profesionales para que asesoren directamente.

“Como equipo, nos gustaría que no se perdiera el conocimiento de la gente que ya lleva experiencia en esto en nuestra Universidad. La experiencia no se puede dejar ir y debería haber estrategias para retener ese talento y que se sumen más profesores al Equipo Solar”, señaló el jefe de gestión.

Por eso, esperan que la Universidad se comprometa con el proyecto y las ideas innovadoras del Equipo Solar. “Esta experiencia nos dejó bien posicionados como Universidad. Vamos a ser recordados como un equipo ordenado, disciplinado y planificado. Pero el Equipo Solar no puede seguir siendo considerada sólo como una actividad extracurricular”, advierte Fernández.