Embajadores de Italia y Rumania analizan los desafíos actuales de la Unión Europea

  • Una charla dirigida a estudiantes y académicos de nuestra Universidad ofrecieron los embajadores de Italia y Rumania, Marco Ricci y Florin Angelo, respectivamente, para profundizar el rol de la Unión Europea en la actualidad.

 




Con 28 países miembros, cuatro millones 290 mil kilómetros cuadrado de territorio, 506 millones de personas y un PIB al año 2014 de 18,51 billones de dólares, la Unión Europea (UE) aparece como uno de los bloques político-económicos más importantes del planeta.

Con su lema “Unida en la diversidad”, pero con varios problemas que afectan la cohesión del grupo, ayer lunes 9 de mayo, la organización celebró un nuevo Día de Europa.

Y es que si bien la consigna de que la cooperación democrática se encuentra basada en el derecho, a propósito de los tratados internacionales que la sostienen, la UE enfrenta hoy una compleja crisis migratoria, así como el cuestionamiento de varios sectores sobre la continuidad del bloque.

En ese contexto, la “Caravana de Embajadores” se plantea como una actividad organizada por la sede de la UE en Chile, en la que diplomáticos y representantes de la agrupación visitan universidades y colegios para explicar sus alcances, tanto respecto de su contexto histórico como del trabajo que desarrolla actualmente, y generar así un debate con los estudiantes.

“Las decisiones que se toman en la Unión Europea a nivel de gobierno son unánimes, lo que supone negociaciones de largo plazo”, explicó el embajador de Rumania en Chile, Florin Angelo, mientras que su par de Italia, Marco Ricci, lamentó que “muchas personas solo ven el lado negativo de las decisiones que se toman en la Unión Europea”, a propósito del bajo nivel de confianza que ha surgido entre sus ciudadanos.

Crisis migratoria y amenazas de retiro

Son cuatro las libertades de circulación que sustentan a la UE: bienes, servicios, capital y personas. Esta última, de acuerdo a lo planteado por los diplomáticos, se encuentra en graves problemas, producto de la crisis migratoria que afecta a parte del continente, con movimientos que amenazan con la desestabilización de la región.

“Nadie en Europa está pensando en volver al pasado, pero debemos encontrar los mecanismos para solucionar los problemas que genera la llegada de inmigrantes”, advirtió Florin Angelo.

Uno de los principales problemas que identifica es que resulta muy difícil saber cuáles son sus objetivos. “Desde ahí hay que pensar en políticas. La Unión Europea tiene valores que deben ser respetados. Por eso la complejidad para absorber los flujos migratorios”, aclaró el embajador.

Otro de los conflictos que preocupa a las autoridades se refiere a la posibilidad de que Reino Unido se retire del bloque continental. “Si mediante referéndum los británicos deciden salir de la Unión Europea, recién ahí comenzarían las negociaciones, porque no es algo que pueda ocurrir de manera inmediata”, detalló Marco Ricci.

Incluso advirtió que aquello podría significar un problema aún mayor para ese país. “Si deciden retirarse, se reabriría el problema de la independencia de Escocia. No creo que los británicos tomen esa decisión”.

Nuevas metas a partir de la crisis

Desde la crisis económica mundial de 2008, en la UE se propusieron estrategias de crecimiento pensando en el año 2020. Esto, a partir de lo que han definido como un crecimiento inteligente, sostenible, inclusivo y con una buena gobernanza económica.

Entre las metas definidas destaca la inversión del tres por ciento del PIB en investigación e innovación y que un 20 por ciento de la energía se origine desde fuentes renovables. “Varios países como Italia ya cumplieron con esta meta”, aseguró el embajador Ricci.

“Si el tema económico está en equilibrio, habrá menos euroescépticos”, agregó el embajador Angelo. Incluso con un mensaje sobre la necesidad de que Chile diversifique su economía.

Precisamente respecto del país, la delegación de la UE se ha propuesto como áreas prioritarias apuntar al comercio e inversiones; educación; derechos humanos; energía y medioambiente; así como seguridad y defensa.

De hecho, durante 2016 debería concretarse una modernización del acuerdo de asociación existente, junto al lanzamiento del Diálogo Medioambiente UE-Chile y también del Diálogo Seguridad y Defensa UE-Chile.

“El proceso de negociación está por comenzar”, anticipó el embajador de Rumania, añadiendo que “tanto Chile como la Unión Europea estamos fijando nuestras metas. Lo que estamos haciendo es adaptar y modernizar el acuerdo preexistente. En temas de Defensa, se firmó hace muy poco un acuerdo sobre la participación de Chile en operaciones de la Unión Europea. Por ejemplo, las que se están desarrollando en las costas de África contra los piratas”.

En cuanto al tema medioambiental, a propósito del calentamiento global y de lo que se decidió en la COP 21 de Francia, en diciembre del año pasado, el diplomático agradeció que Chile estuviera en línea con la UE. “Tal como se decidió en París, vamos a adaptar y fijar nuevas metas en el acuerdo que se negociará”.

Ayudas y políticas de largo plazo

Ambos embajadores no dudaron en aseverar que la UE es el mayor proveedor de ayuda humanitaria a nivel mundial. Dentro de esa colaboración, más de la mitad se destina al desarrollo de los países. Sin embargo, también reconocieron que existen problemas.

“Apoyar el desarrollo de un país es una tarea bastante difícil, porque no solo se necesita entregar recursos. También se requiere crear las condiciones para que mecanismos sustentables y autónomos puedan desarrollarse”, explicó el italiano Ricci, asegurando que los mecanismos y las políticas para fomentar el desarrollo no han sido suficientes.

Un tema de gran interés en el ámbito de las relaciones internacionales, como reconoció el diplomático, apuntando a cómo apoyar efectivamente el desarrollo de un país.

“La realidad muestra que los países que más se han desarrollado lo hicieron de una manera endémica, como ocurre con los casos de China y Brasil. Lograron recibir apoyo en políticas específicas para algunos sectores, para que el progreso económico fuera acompañado por un progreso en el aspecto de los derechos y garantías en favor de las personas más desfavorecidas”, detalló el embajador.

En el caso de Chile, planteó que lo primero es mejorar el nivel de las escuelas y de las universidades. “Recién ahí se puede pensar en invertir el tres por ciento del PIB para apoyar la investigación. Hacer esto sin un nivel medio de capacitación de los estudiantes, sería una medida sin resultados en el corto y mediano plazo”, concluyó el diplomático.