Concurso de Microcuentos permite rescatar memoria histórica

  • El certamen, convocado por la Facultad de Humanidades, en el marco de su programa conmemorativo de los 40 años del Golpe, distinguió los relatos: La llamada Nº 10, de Patricio Cortez; el Salvaje, de Edmundo Leiva; Desconocidos, de Mario Lagormarsino; y Ella, de Iris Aceitón.


Las cuatro narraciones finalistas del concurso de Microcuentos Asalto Militar a la UTE: Actualidad y Memoria, convocado por la Facultad de Humanidades en el marco de la conmemoración de los 40 años del golpe de Estado, tienen a la Universidad como escenario.

El primer premio fue para el ex estudiante Patricio Cortez con su historia titulada La llamada número 10. En el segundo puesto quedó El Salvaje, de Edmundo Leiva y en el tercer lugar, Desconocidos, de Mario Lagormarsino. Mientras que la mención honrosa quedó en manos de Iris Aceitón, por su relato Ella todavía lo busca…

El jurado estuvo compuesto por Luis Hachim, director del Departamento de Lingüística y Literatura de la FaHu; Rafael Chavarría, coordinador de Licenciatura en Historia, Mención Gestión  y Administración Socio Cultural; y Héctor Vera, académico de la Escuela de Periodismo.  

“La Llamada número 10 es un microcuento buenísimo y cumple con la condensación narrativa y  también con la poesía”, explicó Luis Hachím, quien además destacó la realización de este tipo de iniciativas, acotando que “es una experiencia inicial, pero creo que está madura la situación como para desarrollar otras instancias de concursos sobre la escritura”.

El director de Lingüística agregó que “la administración cultural de la memoria es una experiencia que nos atañe a todos. No es solamente un problema histórico, también es un problema de la literatura, ya que produce conocimiento sobre la memoria igual que la historia, las ciencias  humanas y todas las áreas humanísticas”.

El cuento: La llamada número 10

Voy caminando frente al Paraninfo, a mis espaldas gritos.... carreras…, un estudiante huye de dos individuos de terno y corbata, lo tumban, golpean y esposan, cuadernos y libros se esparcen en el suelo, miramos sin ver. Por el costado ingresa una camioneta, levantan al joven, éste grita unos números y suplica. ¡Avisen!

El vehículo rechinando neumáticos huye con su botín. Por los parlantes del casino de la Pancha se escucha “ata una cinta amarilla al viejo roble”, en el aire queda sonando una cifra.

Cuando llamé a ese número, ya lo sabían, agradecen, expresan que era la llamada número 10.