Académica advierte la necesidad de detectar depresión prenatal

  • Un estudio realizado en el Reino Unido, indica que, al menos, el 35 por ciento de las mujeres embarazadas que sufren depresión durante el embarazo. La académica de la Escuela de Psicología de la U. de Santiago, Margarita Loubat, se refiere a este tema y sus implicancias.


Una investigación británica, aplicada a 260 mujeres, dejó de manifiesto que el desarrollo de una depresión prenatal provoca que algunas mujeres embarazadas, en lugar de sentirse felices por el futuro nacimiento de su bebé, generen una serie de pensamientos negativos. Esto puede llevarlas a sentirse tristes, culpables y confundidas por  la ausencia de emociones positivas que, se supone, debe sentir una mujer cuando está esperando un hijo.

Para la académica de la Escuela de Psicología de la U. de Santiago, Margarita Loubat, las causas de esta depresión prenatal pueden ser múltiples y depender, en gran medida, de la salud integral de la madre, de su deseo de asumir el rol y de factores relativos al medio social.

La investigadora asegura que cualquier persona sometida a altos niveles de estrés puede tener una depresión, al tiempo que remarca que esto dependerá en gran medida de sus fortalezas “yoicas”, que son aquellas que le permiten al sujeto afirmarse en la realidad y sobreponerse a las frustraciones y presiones que resultan de su interacción con el medio. “En este caso, la mujer se somete al estrés de la gestación, abre paso -dentro de ella- a la emergencia de otro ser en el marco de un proceso complejo, pero natural y maravilloso, que demanda mucha energía física y psicológica y puede, en ciertos casos, generarse una depresión”, explicó.

Respecto a los factores que desencadenan este trastorno, la psicóloga señaló que pueden ser de origen físico, psicológico o social. Entre las causas psicológicas están, por ejemplo, un embarazo no deseado, el temor a  ser madre y la responsabilidad que ello implica; mientras en las psicosociales aparece la situación económica, su situación familiar, si está sola o acompañada del padre del futuro bebé, entre otros.

Rol de la familia

Los estados depresivos provienen de cambios biológicos y de estados de ánimo que pueden ser gatillados por factores internos o externos al organismo. De ahí que producido el trastorno, es probable que se medique a la paciente, afectando directamente al ser en gestación. Por ello, lo ideal es realizar una buena intervención psicológica y evitar la ingesta de fármacos.

Margarita Loubat afirmó que para evitar el desarrollo de este trastorno emocional, el rol de la familia es fundamental, especialmente el acompañamiento que puede brindar en el proceso de gestación, lo que es esencial para la salud mental de la futura madre.  Además, la seguridad que otorga la familia, la pareja y la compañía de los amigos, les ayuda a reducir el estrés y el miedo.

La académica explicó, también, que algunos estudios indican que los nacidos de madres depresivas tienen un desarrollo más lento en general y que si no se trata a tiempo, el trastorno afectaría el vínculo madre-hijo. Más aún, si el padre está ausente, se podría producir decepción del embarazo y de todas aquellas fantasías respecto de cómo se imagina el futuro hijo.

Pero, ¿cómo se puede detectar que una futura mamá está pasando por un estado depresivo? Según la especialista hay  claros cambios en el humor y en el estado anímico. Generalmente las personas que pasan por un estado depresivo sienten falta de energía, tienen trastornos del sueño, de la alimentación, sufren decaimiento y anhedonia, es decir, incapacidad para experimentar placer o satisfacción en casi todas las actividades.

La psicóloga de la U. de Santiago indicó que si se reconoce alguno de estos síntomas en las futuras madres, se debe consultar a un especialista.