50 años del golpe militar en Chile: Reflexiones, desafíos y el papel de las y los estudiantes en la construcción de un futuro justo y educativo

Fabián Tapia Barraza
Presidente FEUSACH

El golpe militar de 1973 en Chile fue un quiebre institucional que dejó profundas heridas en nuestra sociedad y afectó directamente a la educación y a los estudiantes de aquel entonces. Hoy, a medio siglo de aquellos sucesos, es fundamental recordar y analizar ese pasado para construir un futuro mejor. Es innegable que la dictadura militar tuvo un impacto devastador en el sistema educativo chileno -sistema que de manera triestamental intentamos cambiar con la Reforma universitaria, que trajo profundos cambios, como la elección de autoridades unipersonales-, lamentablemente, junto al terror instaurado se cerraron universidades, se persiguió y reprimió a estudiantes y profesores, se impuso un modelo educativo autoritario y se promovió un sistema de enseñanza alejado de los principios de libertad y democracia. Estas políticas tuvieron consecuencias a largo plazo y aún enfrentamos desafíos derivados de esa época. Sin embargo, también es importante reconocer que las y los estudiantes desempeñaron un papel fundamental en la resistencia a la dictadura. Muchos y muchas jóvenes valientes lucharon por sus ideales de libertad, justicia social y educación de calidad, enfrentando represión, tortura y exilio. Su legado es una fuente de inspiración para las generaciones actuales de estudiantes.

Hoy, como estudiantes universitarios, debemos mantener viva la memoria de aquellos que sufrieron y lucharon durante aquellos años oscuros. Debemos aprender de su valentía y determinación para no repetir los errores del pasado y defender los valores democráticos, la justicia social y la educación inclusiva. La conmemoración de los 50 años del golpe cívico-militar debe ser un llamado a la reflexión y una oportunidad para fortalecer nuestra conciencia política y social. Debemos cuestionar las estructuras y prácticas que aún perpetúan desigualdades en la educación, promoviendo un sistema que garantice el acceso equitativo a una educación de calidad para todo el estudiantado. Además, como Federación, debemos ser agentes de cambio y promover la participación activa de las y los estudiantes en la toma de decisiones que afectan su educación. Debemos ser críticos y propositivos, impulsando reformas que fortalezcan la autonomía universitaria, promuevan la igualdad de oportunidades y fomenten la diversidad de pensamiento.

Es fundamental recordar que nuestra labor como estudiantes trasciende las aulas y debemos comprometernos con los desafíos sociales y políticos de nuestro país. Debemos ser una voz activa en la construcción de una sociedad más justa y equitativa, contribuyendo al fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos. En conclusión, la conmemoración de los 50 años del golpe militar nos invita a reflexionar sobre nuestro pasado, aprender de él y mirar hacia el futuro con una visión esperanzadora. Las y los estudiantes tienen un rol crucial en esta tarea, ya que somos protagonistas del presente y las y los encargados de construir un futuro basado en la justicia, la igualdad y la educación de calidad.