Pdta. del Instituto J. M. Carrera: “La Universidad de Santiago hizo algo maravilloso: convertir una leyenda en realidad”

  • La presidenta del “Instituto Investigaciones Históricas José Miguel Carrera”, Ana María Ried Undurraga, destacó que el hallazgo del legendario ‘túnel de los Carrera’, que realizó nuestra Corporación,  encaminará al sitial que el prócer se merece en la historia de Chile.
  • La investigación que comenzó el 2010, tuvo su recompensa dos años después cuando se localizaron los extremos de ese pasaje: la parroquia San Francisco, al oriente, y la Viña Doña Javiera, al poniente; en la comuna de El Monte (Región Metropolitana).
  • Luego de la primera etapa de hallazgo, viene el ‘acondicionamiento’ y la ‘explotación’, fases que requieren tramitaciones especiales, debido a que se trata de sectores de monumentos nacionales. En estos momentos, se elabora una detallada programación,  para continuar el trabajo en terreno, incluyendo la valiosa opinión de  expertos en estas materias.
  • La presidenta del “Instituto Investigaciones Históricas José Miguel Carrera”, Ana María Ried Undurraga, hizo entrega de la imagen oficial del prócer (que representa formalmente a la Institución) para esta Unidad académica. Recibieron, el Decano de la Facultad Tecnológica, Gumercindo Vilca Cáceres (a la derecha) y el investigador Dr. Lucio Cañete Arratia (a la izquierda).

 




En el año 2010, a través de la Facultad Tecnológica, nuestro Plantel se unió al Instituto de Investigaciones Histórica José Miguel Carrera para develar uno de los misterios de más larga data dentro de la historia nacional. Las pericias conjuntas, intentaron localizar, en la comuna de El Monte, el ‘túnel de los Carrera’, pasaje bajo la superficie que según el mito popular, vinculan a uno de los próceres del país, iniciador del movimiento de independencia nacional: José Miguel Carrera Verdugo.

El corredor que une la antigua hacienda donde vivió José Miguel Carrera junto a su familia, con la parroquia local, tiene un gran valor histórico para la presidenta del Instituto de Investigaciones Históricas José Miguel Carrera, Ana María Ried Undurraga, pues permitió el flujo de soldados patriotas en una época de constante enfrentamientos con el bando realista.

Cuando José Miguel Carrera era perseguido por el gobernador Francisco De la Lastra -ejemplifica Ana María Ried- él “se escondía en la casa de El Monte. Pese a que las tropas cercaban la casa por todas partes, cada vez que penetraron no pudieron hallarlo”.

Tras los infructuosos intentos españoles, se llegó a pensar que la causa fue la existencia de un corredor secreto. “Cercaron numerosas veces la casa, sabiendo que Carrera estaba ahí. Cuando entraron nunca lo encontraron, entonces se formó la leyenda que había un túnel”, explica la bisnieta del político, Ana María Ried.

Desde esa perspectiva, nuestro Plantel rompió el paradigma.

Hasta el momento en que los  investigadores  de la U. de Santiago se hicieron cargo del peritaje, Ana María Ried también veía el asunto como un mito. “Yo también creí que era una leyenda porque nunca nadie hizo un esfuerzo por encontrar el túnel”, agrega.

La búsqueda

“En abril del 2010, la Universidad de Santiago mediante su Facultad Tecnológica, la Iglesia Católica a  través de su cura párroco, la Viña Doña Javiera Carrera y el Instituto de Investigaciones Históricas General J.M. Carrera, coinciden en la necesidad de desplegar recursos para la búsqueda del túnel o lo que de él quede”, consigna un documento escrito por el Dr. Lucio Cañete, impulsor de la pesquisa.

“De existir el túnel, sin duda su hallazgo constituye todo un evento cultural de máxima relevancia para la nación. Por ello es imprescindible que las técnicas de búsqueda sean no destructivas,  de tal forma de no disturbar el patrimonio histórico altamente valorado”, añade.

En ese sentido, las técnicas que se implementaron, pertenecientes al ámbito de la geofísica, eran totalmente nuevas para los fines que perseguían, por lo que representaron una apuesta adicional. 

Éstas -la gravimetría, la magnetometría, la sismología y la resistividad eléctrica, entre otras-,  tenían la capacidad de encontrar los vestigios sin alterar su composición, pues “producen cierto tipo de perturbaciones que en nada afectan el patrimonio que se quiere conocer”, explica el Dr. Cañete.

Las fases de la búsqueda

La primera etapa dentro del proceso de investigación fue denominada como ‘descubrimiento’.  En ella, se intentó esclarecer la presencia del túnel o estructuras que encaminaran a determinar  su existencia.

Le siguen el ‘acondicionamiento’ y la ‘explotación’. Tras encontrar la boca del túnel, y explorar cinco metros al interior del paso subterráneo, los investigadores vislumbran, por un lado, intensificar  las pesquisas a través de la excavación y, por otro, conformar los hitos encontrados, como polos históricos y hasta turísticos. Es decir “La parroquia San Francisco de El Monte y la Viña Doña Javiera donde respectivamente se localizarían las bocas poniente y oriente de la leyenda del túnel”. 

Sin embargo, cualquier intento que pretenda intervenir el área, requiere permisos especiales pues estamos frente a monumentos nacionales.

“Para la parroquia necesariamente cualquier obra de intervención deberá contar previamente con la aprobación del Consejo de Monumentos Nacionales por cuanto dicha iglesia es Monumento Nacional desde 1974. Igual requisito merece una intervención en la viña si el Consejo de Monumentos Nacionales estima que  ahí el proyecto implica algún riesgo patrimonial”, explica el Dr. Lucio Cañete.

Y el ahínco desplegado por nuestra Casa de Estudios, en la búsqueda por esclarecer una verdad histórica, es meritorio según Ana María Ried. “La Universidad de Santiago tuvo que hacer mucho trabajo pidiendo los permisos, porque la parroquia había sido declarada monumento nacional por lo que no se podía escavar”.

En ese sentido -añade- “fue un trabajo perseverante que incluyó conseguir los permisos, y realizar los trámites con diversos ministerios para poder cavar el túnel”.

Recalca que por eso “ese es el gran mérito de la Universidad de Santiago. Persiguió algo que toda la gente había desechado, que no le daban importancia como muchas cosas relacionadas con los Carrera y lo convirtió en realidad”.

Un premio al esfuerzo

El jueves (2 de julio) pasado, en la sala de conferencias de la Facultad Tecnológica se realizó la ceremonia de cierre del ‘Taller de Geofísica aplicada al Patrimonio Críptico Heredado’. La iniciativa propuso la utilización de técnicas no invasivas en la búsqueda de vestigios paleontológicos, históricos y arqueológicos.

En ese contexto, la investigación en torno al ‘túnel de los Carrera’, que representa fielmente lo propuesto en la instancia, fue reconocida por el Instituto de Investigaciones Históricas José Miguel Carrera. Su directora, Ana María Ried, ofreció una charla sobre algunos aspectos de la vida del prócer nacional que lo vinculan a la búsqueda.

“Los Carrera escapan de su prisión en Chillán y se refugian en su hacienda de El Monte. Allí son buscados infructuosamente por los militares del nuevo gobierno para apresarlos, pero aunque la casa es rodeada en numerosas oportunidades no logran encontrarlos. La razón es que existe un túnel que une la casa de los Carrera con la iglesia de El Monte, y deseo agradecer especialmente a la Universidad de Santiago, que logró encontrar la boca del túnel y despejar cinco metros hacia adentro”, expresó en la ocasión.

Además tuvo palabras de agradecimiento para el académico de la Facultad Tecnológica, Dr. Lucio Cañete, responsable del proyecto.

“Destaco especialmente al académico don Lucio Cañete por su perseverancia ya que este hallazgo no habría podido ser hecho sin su ayuda y es gran aporte para el patrimonio histórico de Chile”, sentenció.

Finalmente, Ana María Ried hizo entrega de un retrato de José Miguel Carrera, en agradecimiento por el aporte realizado por nuestra Corporación, y que se constituye como una muestra de las robustas relaciones que la Universidad de Santiago mantiene hace largo tiempo, con el Instituto de Investigaciones Histórica José Miguel Carrera.

“Creo que (la Universidad) se merece mucho más. Si pudiéramos expresarlo como instituto tendría que ser con algo mucho más grande, por habernos creído y apoyarnos en investigar con perseverancia e inteligencia porque, al final venció todos los obstáculos y descubrió algo que es trascendental. La Universidad de Santiago hizo algo maravilloso: convertir una leyenda en realidad”, reflexiona sobre aquel momento Ana María Ried.