Experto sostiene que restricción a catalíticos tendrá un impacto acotado en la descontaminación de Santiago

El académico del Departamento de Física, Dr. Patricio Pérez Jara, cuestionó la efectividad de la medida incluida en el de Plan de Descontaminación Atmosférica de la capital. “Considerando el número de vehículos que no circularía y el porcentaje que contamina, estaríamos hablando de una disminución por debajo del 5 por ciento de las emisiones totales entre mayo y agosto”, estima.
“Esta medida también hay que verla en el contexto de una política más global que debiera a tender a que la persona no se sienta perjudicada por la restricción sino que considere la posibilidad de usar más el transporte público, con lo cual no sería tan urgente la necesidad de renovar su vehículo particular”, enfatiza el Dr. Patricio Pérez.

A partir de 2017 los autos catalíticos anteriores a 2012 tendrán restricción vehicular entre mayo y agosto en la región Metropolitana, como parte de las medidas del nuevo Plan de Descontaminación Atmosférica de la capital, que será votado en septiembre próximo por el Consejo de Ministros para la Sustentabilidad.

 

El académico del Departamento de Física de nuestra Casa de Estudios, Dr. Patricio Pérez Jara, cuestionó la efectividad de la medida y aseguró que las emisiones contaminantes no disminuirán significativamente.

 

“Aplicar esta restricción tiene un impacto relativamente pequeño en la contaminación, porque considerando el número de vehículos que no circularía y el porcentaje que contamina, estaríamos hablando de una disminución por debajo del 5 por ciento de las emisiones totales en esta época del año”, sostuvo el experto.

 

De acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente, con la medida no circularán unos 340 mil vehículos diariamente, lo que debería reducir emisiones y congestión, según afirman.

 

Para el Dr. Patricio Pérez, la medida no se puede medir de forma aislada, porque la respuesta que tenga el público ante la restricción va a depender de diversos factores.

 

“Una respuesta puede ser la que presupone el Ministerio de Medio Ambiente, es decir, que las personas en la medida de lo posible van a tratar de renovar sus vehículos, lo cual si bien va a implicar una mejoría en la calidad de los vehículos en cuanto a tecnología, va a producir también un incremento del parque automotor, y, a su vez, aumento de congestión y de otro tipo de problemas”, subraya el académico.

 

Asimismo, el Dr. Patricio Pérez, coincide con quienes han argumentado que la medida es discriminatoria “porque solamente van a poder acceder a renovar sus vehículos las personas de más altos ingresos. Obviamente la tendencia va a ser a renovar por vehículos nuevos, que son más caros”.

 

Transporte público

 

Por otro lado, el experto aclara que para aplicar la restricción a catalíticos debería mejorar el transporte público.

 

“Esta medida también hay que verla en el contexto de una política más global que debiera a tender a que la persona no se sienta perjudicada por la restricción sino que considere la posibilidad de usar más el transporte público, con lo cual no sería tan urgente la necesidad de renovar su vehículo particular”, enfatiza el Dr. Pérez.

 

En ese contexto, el académico precisa que si no se plantea como algo complementario dentro de la medida “el hacer más atractivo el transporte público y más cómodo para la mayor parte de la población, sería positivo, eventualmente, que más gente usara el transporte público, pero en su situación actual, se ve difícil que eso ocurra”.

 

Argumentó que “por ejemplo, el Metro ya está bastante colapsado, sobre todo en las horas punta. Y por otro lado, lo que no sea Metro, todo lo que sea vehículo de acercamiento en general, es relativamente ineficiente y demoroso”.

 

A su vez, agregó que el transporte público, exceptuando el Metro “no tiene una cobertura adecuada ni una infraestructura vial adecuada para ser un transporte cómodo y rápido, porque uno de los factores que consideran las personas al cambiarse del transporte privado al transporte público, es el tiempo de demora que tiene el viaje que tiene que hacer para ir a trabajar, por ejemplo”.

 

De hecho, puntualizó “estamos esperando que se renueve de forma masiva la flota de buses de transporte del Transantiago que está en una situación bastante precaria. Si no resolvemos el problema del transporte público vamos a seguir con el incremento del parque automotriz y por tanto, agregando problemas adicionales”.

 

El caso de los camiones

 

Por otra parte, el Dr. Patricio Pérez manifestó su preocupación respecto a las medidas incluidas en el Plan de Descontaminación dirigidas a los camiones.

 

“No sé si el Plan de Descontaminación está enfocado a reducir un impacto significativo en esa área de transporte. De acuerdo al último inventario de emisiones los camiones contaminan más del doble que los autos particulares respecto a la contaminación total de la ciudad”, asegura.

 

En ese sentido, el académico enfatiza que “los camiones no solo deberían tener restricción sino que algún tipo de exigencia en cuanto a tipo de emisiones que deberían tener. Me imagino que son distintos a los vehículos particulares en cuanto a las características del tipo de motores y todo eso que hace que el tipo de exigencia que tienen sean distintas y tal vez menos estrictas”.

 

No obstante, acota, “ahí hay un tema que hay que abordarlo y cuya contribución es bastante más significativa en cuanto a reducción de emisiones”.