En 2015 se implementó un plan de capacitación computacional a los estudiantes

Estudiantes de liceo administrado por U. de Santiago reciben certificación de competencias

Se trata del Instituto Comercial Eliodoro Domínguez, cuyos estudiantes de tercero y cuarto medio trabajan desde 2015 con el programa Softland, herramienta que les permitirá aumentar sus posibilidades en el mercado laboral. Además, en junio el establecimiento recibirá certificación por norma ISO 9001, con lo que se convertirá en el primer liceo técnico profesional del país en acceder a este reconocimiento.
Patricia Silva Sánchez, directora del Liceo Eliodoro Domínguez, existe una importante valoración por parte de los estudiantes. “Lo común es que cuando los estudiantes desarrollan su proceso de prácticas laborales se encuentren nuevamente con este programa, lo que les da una gran seguridad de que es algo que ya conocen, como parte de su formación académica”.

Desde 2007, la Universidad de Santiago de Chile incorporó a sus tareas la administración delegada algunos establecimientos escolares. Se trata del Liceo Industrial Presidente Pedro Aguirre Cerda de Rancagua; el Liceo Industrial de Angol; el Liceo Industrial de Nueva Imperial; y, en Santiago, el Instituto Comercial Eliodoro Domínguez.

 

En este último, dado su carácter de liceo técnico profesional, se implementó en 2015 un plan de capacitación computacional a los estudiantes, con el objetivo de fortalecer las posibilidades de participación en el mercado laboral de los futuros egresados del establecimiento.

 

La estrategia considera el estudio y aplicación por parte de los estudiantes de tercero y cuarto medio del programa Softland, software relacionado con la gestión de empresas a nivel profesional, pasando por distintos módulos de aprendizaje que profundizan en materias como contabilidad, producción, presupuesto, recursos humanos, control de inventario y proveedores, entre otros.

 

Oportunidad que trasciende a la vida laboral

 

El Liceo Eliodoro Domínguez, administrado por nuestra Casa de Estudios desde 2012, está ubicado en la comuna de Santiago y cuenta con 905 estudiantes, quienes tienen la posibilidad de acceder a las especialidades de contabilidad, administración con mención en logística y administración con mención en recursos humanos. De ellos, 238 trabajan actualmente con el programa Softland.

 

Para Patricia Silva Sánchez, directora del establecimiento, existe una importante valoración por parte de los estudiantes. “Lo común es que cuando los estudiantes desarrollan su proceso de prácticas laborales se encuentren nuevamente con este programa, lo que les da una gran seguridad de que es algo que ya conocen, como parte de su formación académica”.

 

En cuanto a los apoderados, asegura que también se han mostrado muy agradecidos e interesados por esta posibilidad, considerando que se trata de una herramienta que es parte de la malla curricular. “Se entiende que es algo distinto a una clase de computación, como una oportunidad con trascendencia para la vida laboral de los estudiantes. Y también se entiende que nuestro establecimiento está a la vanguardia en este tema”.

 

Paralelamente a este proceso, el Instituto Comercial Eliodoro Domínguez consiguió certificarse con la norma ISO 9001, norma internacional que se centra en todos los elementos de administración de calidad con los que una empresa debe contar para tener un sistema efectivo que le permita administrar y mejorar la calidad de sus productos o servicios.

 

De esta manera, se convirtió en el primer establecimiento técnico profesional del país en acceder a este reconocimiento. “Esto demuestra el proceso de mejora continua en el que nos encontramos, lo que ha sido comprobado por la empresa española AENOR, una de las más reconocidas a nivel mundial, que nos certificó a través de su filial en Chile. De hecho, en junio recibiremos el certificado”, explica Patricia Silva.

 

Con satisfacción, la directora agrega que “esto significa que cumplimos todos los objetivos que nos pide el Ministerio de Educación, que los estudiantes cumplen con lo propuesto en el currículum y que los profesores además de cumplir con los requisitos académicos y profesionales, se encuentran insertos en una mejora continua. Y sin duda que el programa Softland ha influido positivamente en este proceso”.

 

Ventaja comparativa respecto de otros estudiantes

 

Como parte de su propuesta por integrar calidad e innovación en el aprendizaje, la Universidad de Santiago se encuentra en un continuo proceso de mejoramiento de los establecimientos educacionales que administra.

 

Así lo confirma el encargado de esta labor, el académico Jorge Torres Ortega, quien explica que lo que se busca es cubrir una necesidad por acceder a instancias prácticas que complementen lo teórico, junto a la certificación de habilidades, lo que aumenta aún más las posibilidades de inserción laboral al momento de egresar.

 

“Sin duda que representa una oportunidad para que los estudiantes egresados puedan tomar la decisión, con una importante ventaja respecto de otros estudiantes, de dónde desempeñarse laboralmente. De hecho, las empresas se inclinan por nuestros estudiantes cuando se trata de elegir entre los postulantes”.

 

A esto se suma que desde 2012, cuando se inició el proceso de administración delegada, 53 estudiantes del Instituto Comercial Eliodoro Domínguez han ingresado a la Universidad de Santiago de Chile.

 

Aporte para que los estudiantes decidan su futuro

 

Desde la Unidad de Formación Profesional del Instituto Comercial Eliodoro Domínguez, su jefe, Sebastián Donoso, quien también se desempeña a la cabeza de la Unidad de Gestión de Recursos, expresa su total convencimiento sobre esta iniciativa.

 

Junto a su equipo consideran que lo mejor para los estudiantes radica en la participación a través de distintos módulos por horas, lo que les permite conocer el proceso en su totalidad. “No solo se trata de conocer un módulo en profundidad, sino que acceder a todos y entender cómo se vinculan entre ellos, lo cual ha dado paso a una planificación pensada a largo plazo”.

 

El proceso implica, en una primera parte, el conocimiento general del software, para luego apuntar a lo particular en relación a lo que los estudiantes podrían enfrentar en el mundo laboral.

 

“Esto se mide a través de horas de capacitación, por lo que nos basamos en lo que hace Softland en cuanto a las horas de perfeccionamiento que tiene asignadas. Así, lo llevamos a las necesidades de los estudiantes, luego de analizarlo con los profesores del colegio”, detalla Donoso.

 

Asimismo, explica que los estudiantes conocen el sistema en segundo medio, mientras que en tercero y cuarto medio profundizan en los contenidos de cada módulo para terminar comprendiendo la vinculación que existe de manera integral. “Es un proceso que ha ido en crecimiento, pues recién comenzamos en 2015 con la primera generación, pudiendo mejorar significativamente durante este año”.

 

Son seis horas pedagógicas semanales en las que los estudiantes se capacitan, con una idea que tienen muy clara, tal como comenta el jefe de la Unidad de Formación Profesional del establecimiento: “Ellos no están estudiando un programa computacional. Están trabajando con un sistema de gestión empresarial”.

 

Nueva certificación para los estudiantes

 

Como una excelente experiencia califica el gerente de capacitación y consultoría de la empresa Softland ERP, Iván Chung Espinoza, al recordar sus primeros acercamientos con el Instituto Comercial Eliodoro Domínguez. “Este colegio tenía una baja tasa de matrícula, pero con la implementación de nuevas posibilidades por parte de las autoridades, incluyendo a Softland, la tasa aumentó de una manera muy importante”.

 

Sus argumentos radican en que los jóvenes necesitan capacitarse e incorporar herramientas de este tipo, es decir, aprender sobre un sistema que les permitirá desenvolverse en el mercado con competencias certificadas. Incluso, anticipa la viabilidad de generar un nuevo acuerdo respecto de otro tipo de certificación para los estudiantes, como una forma de entregarles un mayor valor agregado.

 

“Nuestros objetivos están orientados al conocimiento del sistema, que es la base para que los estudiantes tengan la posibilidad de crecer como personas y además en el ámbito laboral. Nuestro siguiente paso es dar un plus a ese conocimiento. Podríamos certificar a un estudiante que egresa de este colegio en el conocimiento de nuestro software, lo que le permitirá tener un mayor respaldo ante la sociedad”, concluye Iván Chung.

 

Autor: 
Fernando Seymour Dobud