Estudian beneficios de fertilizantes naturales en cultivo de hortalizas

  • Con la adjudicación de un proyecto de la Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (Dicyt) de nuestra Universidad, el Doctor Santiago Peredo, académico de la Facultad Tecnológica, demostró que la utilización de fertilizantes naturales como el humus y el compost son idóneos para los cultivos hortícolas. La investigación se ha desarrollado en un centro demostrativo ubicado en Buin, Región Metropolitana, bajo condiciones reales de manejo que realizan los pequeños productores de la zona.


 


Demostrar si los fertilizantes naturales son la mejor alternativa para los cultivos hortícolas es el objetivo de la investigación “Estructura comunitaria de la mesofauna edáfica en sistemas de cultivos hortícolas manejados con aplicaciones de compost”, liderada por el Dr. Santiago Peredo Parada, del Departamento de Gestión Agraria de la U. de Santiago.

La investigación se ha desarrollado en un centro demostrativo ubicado en Buin, Región Metropolitana, bajo condiciones reales de manejo que realizan los pequeños productores de la zona en las que se han plantado, por ejemplo, lechuga, coliflor, espinaca, acelga, tomates y zanahorias.

Según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el país la superficie hortícola alcanza las 70 mil hectáreas, donde resaltan los cultivos de choclo (14%), lechuga (10%) y tomate (7%). Muchos de estos productos son exportados a mercados internacionales, por lo que es importante que cumplan con elevados estándares de calidad. Junto con ello, constituye una parte importante de la dieta y los principales proveedores son pequeños productores.

Investigación agroecológica

Uno de los principales desafíos que implica el desarrollo de una investigación agroecológica es sortear el comportamiento impredecible del clima a la hora de implementar el diseño experimental.

El primer año no pudimos partir cuando correspondía porque ocurrió un fenómeno climático que no se veía hace 20 años, que fue una helada para el 18 y 19 de septiembre del año 2013”, explica el Dr. Peredo.

El académico se encuentra investigando la variación de la mesofauna edáfica de estos sistemas de cultivo para  determinar la cantidad y tipos de organismos que están presentes en el suelo de un cultivo y cómo estos varían o no ante la aplicación de dos fertilizantes orgánicos: compost y humus.

El compost es un fertilizante muy utilizado en la producción agroecológica y es el resultado de la descomposición de los residuos generados en los predios agrícolas. El humus, en tanto, son los residuos que pasaron por un proceso de humificación al que se le incorporan lombrices para que ellas terminen el trabajo de descomponer los residuos, logrando así una descomposición biológica.

Frente a esto se espera que las comunidades de mesofauna edáfica modifiquen su estructura de distintas formas con estos fertilizantes naturales. La importancia de estos recae en que se activa la biología del suelo contribuyendo a mejorar la fertilidad del suelo y por ende, el desarrollo del cultivo. “La función de estos organismos es, en último término, mejorar la estructura del suelo, de tal manera que queden “galerías” para que las raíces circulen y puedan obtener nutrientes y agua”, afirma.

Lo que se persigue es que el mismo suelo le otorgue la fertilidad a la planta, evitando, con ello, la aplicación de fertilizantes de origen sintético. “La vida del suelo otorgará las condiciones óptimas para obtener los nutrientes necesarios para los cultivos. Este proceso es lento porque es necesario conformar un equilibrio en el suelo que permita  entregar nutrientes disponibles para la planta”, afirma.

Beneficios para el ecosistema 

Hasta el momento la investigación del Dr. Peredo ha arrojado dos resultados relevantes. En primer lugar, los organismos que abundan en el suelo obedecen a los mismos grupos funcionales en relación a investigaciones realizadas en otros países: ácaros y colémbolos. Y en segundo lugar, los cambios en la estructura comunitaria son más evidentes a lo largo del desarrollo del cultivo y respecto del tipo de cultivo al establecer comparaciones con proyectos realizados en años anteriores.

“Tomamos muestras de suelo en aquellas parcelas en donde se ha aplicado compost y humus y donde no se ha aplicado nada (lo que se llama control). Tales muestras, una vez fijadas en alcohol, se analizan bajo lupa, para identificar y  reconocer los organismos presente. Las variables a determinar son la abundancia (cuantos hay), la riqueza (a que grupos pertenecen) y la homogeneidad (la probabilidad que sean los mismos grupos)”.

El investigador enfatiza en la importancia de la aplicación de este tipo de fertilizantes naturales ya que “no sólo debe se debe considerar en términos de las necesidades del cultivo, sino también en términos de las necesidades de los organismos edáficos”. 

“La diversidad de organismos funcionales en el suelo contribuye a generar las condiciones edáficas para el crecimiento de los cultivos a través de la estimulación de la biología del suelo, ya que es uno de los pilares del manejo agroecológico. La aplicación de abonos naturales es una forma eficiente de agregar materia orgánica estabilizada al suelo. Esta práctica, junto al policultivo constituye la base del manejo de la biodiversidad en un sistema agroecológico”, señala el investigador.

El académico espera que su línea investigativa “contribuya a replantear los criterios de asignación de subsidios en programas de mejoramiento y recuperación de suelos (entre otros), y porque no, la creación de nuevos incentivos y ayudas, por parte del Estado, cambiando la condición de enmienda por fertilizantes en el caso de estos abonos orgánicos, ya que éstos se debe aplicar permanentemente. Para nosotros es imperioso hacer investigación aplicada bajo condiciones reales y no ideales que permitan realizar una transición agroecológica a nivel predial”.