Estudio, de carácter cualitativo, identificó una serie de presiones efectuadas por jefaturas

Contexto laboral actual: se sigue discriminando a mujeres

Un estudio de la investigadora María José Rodríguez revela que las jefaturas incurren implícitamente en este tipo de conductas sobre profesionales con poca experiencia laboral, ya que tienen consciencia de que se está incurriendo en una ilegalidad.
¿Cómo se manifiestan este tipo de presiones? “Desde conversaciones directas, como ‘no queremos mujeres en esta selección’, hasta retos o llamados de atención porque se seleccionó a mujeres”, explica Rodríguez. Si bien señala que estas órdenes se realizan de manera implícita –ya que se tiene consciencia de que se está incurriendo en una ilegalidad-, es enfática en calificar este tipo de violencia como “estructural y simbólica hacia las mujeres”.

Por su apariencia física, porque están en edad fértil, por el fuero maternal o por tener hijos pequeños. Un estudio realizado por la investigadora y académica de la Universidad de Santiago, Dra. María José Rodríguez, identificó una serie de presiones efectuadas por jefaturas de diversas organizaciones hacia psicólogos laborales con menos de cinco años de experiencia para que se discrimine a mujeres en procesos de dotación de personal.

 

“Yo sabía de esto, pero pensé que estaba más superado porque hay una ley. No lo quieres creer, pero todavía sucede”, reconoce la psicóloga que lideró la investigación ‘Ética profesional en psicología organizacional: tensiones en el ejercicio profesional de psicólogos/as noveles en el contexto laboral actual y desafíos para la formación’.

 

El estudio, de carácter cualitativo, ha contemplado la realización de entrevistas a cuarenta psicólogos organizacionales, con menos de 30 años, egresados de 15 universidades públicas y privadas, laicas y confesionales, de la Región Metropolitana, con el objetivo de identificar problemas éticos en su ejercicio laboral.

 

“Dentro de lo que a ellos les involucra, lo que más ha aparecido tiene que ver con ciertas presiones a que cometan discriminación, sobre todo en selección de personal”, confirma la académica de la Escuela de Psicología del plantel estatal.

 

¿Cómo se manifiestan este tipo de presiones? “Desde conversaciones directas, como ‘no queremos mujeres en esta selección’, hasta retos o llamados de atención porque se seleccionó a mujeres”, explica Rodríguez. Si bien señala que estas órdenes se realizan de manera implícita –ya que se tiene consciencia de que se está incurriendo en una ilegalidad-, es enfática en calificar este tipo de violencia como “estructural y simbólica hacia las mujeres”.

 

Respecto a la discriminación por el atractivo de la postulante, la especialista afirma que ello encierra una violencia mayor “porque, por una parte, está la discriminación, pero, por otra, está la violencia simbólica respecto a cómo tiene que ser una mujer en términos físicos para satisfacer ciertas expectativas”, hecho que, atribuye, responde a los estereotipos machistas que todavía se expresan en la sociedad.

 

Pagan el noviciado

 

Rodríguez señala que los psicólogos nóveles o que recién se insertan en el mundo laboral son objeto de estas presiones debido al poco poder que ostentan en las organizaciones donde ejercen. A esta circunstancia, explica, se adiciona la posibilidad cierta de perder el empleo, ya que “hay mucho psicólogo dando vuelta en el mercado”.

 

“Esto les genera un contrasentido grave, porque los psicólogos estudian para ayudar a la gente. Los psicólogos organizacionales tienen como objetivo humanizar el trabajo y se encuentran con estas injusticias”, critica la especialista.

 

Organizaciones que fomentan las faltas éticas

 

Dentro de las condiciones que favorecen que las jefaturas incurran en faltas, el estudio identifica el hecho de que las organizaciones no tengan adecuadamente estructurado un código de ética, valores, procedimientos ni políticas de transparencia.

 

La psicóloga sostiene que este tipo de situaciones socavan la identidad y autoestima de los psicólogos que padecen estas presiones, generándoles incluso un sentimiento de vergüenza.

 

“En cambio, hay organizaciones que se toman muy en serio esto y si algún funcionario comete una falta, es sancionado. Esto depende mucho de la cultura organizacional, de las políticas organizacionales”, señala.

 

Robusteciendo la formación profesional

 

Una de las propuestas de la investigación es generar un modelo que reconstruya los aspectos éticos más relevantes para el ejercicio profesional en psicología organizacional y del trabajo, a objeto de robustecer su formación de pregrado.

 

Dicho modelo, sostiene Rodríguez, debiera comprender que los psicólogos conozcan aspectos legales del ejercicio profesional durante su formación académica; que tengan claridad sobre la deontología o el código de ética de la profesión; que comprendan que la finalidad de la psicología en las organizaciones es “la humanización del trabajo”, subraya; que desde la academia se hagan trabajos sobre esto y que los psicólogos organizacionales conozcan estos estudios; y que estén al tanto de lineamientos gremiales y pronunciamientos que atañen a la profesión.

 

“Si cada profesional construye una identidad sólida en términos éticos y eso se suma el desarrollo de una cultura organizacional justa, el comportamiento del psicólogo debiera ser de excelencia”, asegura la académica.

 

El estudio, donde también participa la Dra. María Inés Winkler en calidad de co-investigadora, ha arrojado resultados en base a entrevistas a psicólogos nóveles, pero también por medio del trabajo con expertos y el análisis de programas de asignaturas de distintas universidades.

 

La investigación es un proyecto de dos años financiado por Dirección de Investigación Científica y Tecnológica (DICYT) de la Universidad de Santiago. Actualmente, se encuentra en su etapa de análisis de resultados y pese a que a fines de 2016 el trabajo debiera estar concluido, Rodríguez no descarta su continuidad.

 

Autor: 
Cristóbal Miranda Ríos