Dr. Bernardo Navarrete

Advierten que estrategia de Ossandón es posicionarse para las presidenciales 2021

El cientista político y académico de nuestra Universidad, Dr. Bernardo Navarrete, sostiene que es imposible que el senador derrote a Piñera en las actuales primarias presidenciales de Chile Vamos, debido a su escasa capacidad para movilizar a electores en regiones. En tal contexto, advierte que el objetivo de su estrategia es de largo plazo, tal como lo ha hecho Marco Enríquez-Ominami.
“Considerando que estamos en un proceso donde los partidos políticos están muy debilitados, Ossandón sabe que hay que instalar liderazgos individuales, que priman por sobre las estructuras institucionales de los colectivos partidarios”

La semana pasada se dieron a conocer los resultados del esperado ‘Estudio Nacional de Opinión Pública, abril-mayo 2017’ del Centro de Estudios Públicos (CEP). En la encuesta, ante la pregunta ‘¿Quién le gustaría a usted que fuera la o el próximo presidente de Chile?’, un 23,7% de los consultados se inclina por Sebastián Piñera, seguido por Alejandro Guillier, con un 12,8%. En tercer lugar, pero mucho más atrás, se ubica Manuel José Ossandón, con un 5,4%.

Para el cientista político y académico de la Universidad de Santiago de Chile, Dr. Bernardo Navarrete, el objetivo del senador Ossandón no está anclado al presente, sino que en una estrategia de largo plazo. Esto porque, a su juicio, las posibilidades de vencer a Piñera en la actual primaria de Chile Vamos, son prácticamente nulas.

Aunque reconoce que el parlamentario es “un formidable candidato en la Región Metropolitana y, sobre todo, en la zona sur de Santiago” por su capacidad para movilizar electores en comunas como Puente Alto o Pirque, donde fue alcalde, sostiene que su mayor debilidad “está en las otras catorce regiones”.

Según la Encuesta CEP, si solo se consideraran los datos de la capital, Ossandón estrecharía su distancia con Piñera en una primaria a solo dos puntos porcentuales (21,11% contra 23,4%). Sin embargo, tomando los datos a nivel nacional, esa diferencia se eleva notoriamente: un 29% de los electores se inclina por el ex Presidente en los comicios previos a la primera vuelta, mientras que solo un 12,2% lo hace por el congresista.

“Lo que no tiene Ossandón es lo que le sobra a Piñera: el apoyo parlamentario y de alcaldes. Todos saben que deben apostar a ganador”, indica, en referencia al potencial despliegue territorial que presenta la campaña del ex Mandatario. Ello, en desmedro del representante de la circunscripción Santiago Oriente, que no contaría con los apoyos institucionales suficientes para movilizar un número competitivo de electores a nivel país.

“En rigor, Ossandón no es un candidato competitivo porque no le puede ganar a Piñera”, sentencia. El analista explica que a un mes de las primarias, los electores ya tienen un compromiso preestablecido con el candidato que han escogido y que, por tanto, los presidenciales presentan escasas posibilidades de aumentar su votación.

Además, desestima el impacto que pudieran tener las campañas en Internet para impedir el triunfo de Piñera, instando a electores no tradicionales de derecha a votar por Ossandón en las primarias opositoras. “Creer que los votantes se mueven por redes sociales es no entender al elector chileno”, señala.

 

Objetivo de la candidatura

 

Para el Dr. Navarrete, la respuesta hacia donde se enfoca  esta candidatura,  es clara: “Ossandón está instalando una idea: que él es un candidato a largo plazo. Que pierda hoy es irrelevante para él. Su tema es cómo se instala en una próxima elección presidencial”.

El analista hace un símil entre su candidatura y las de Marco Enríquez-Ominami, quien, luego de dos campañas con miras a La Moneda (este es su tercer intento), ha logrado posicionarse en el imaginario colectivo como una alternativa presidencial.

“Considerando que estamos en un proceso donde los partidos políticos están muy debilitados, Ossandón sabe que hay que instalar liderazgos individuales, que priman por sobre las estructuras institucionales de los colectivos partidarios”, concluye.

Autor: 
Cristóbal Miranda Ríos